jueves, 3 de septiembre de 2020

Un verano muy loco - Capítulo 05 - Buscando a Sus

 Sus dejó a Diamante jugando con los niños en el río y se fue a pasear. El intenso olor a humedad y flores junto al colorido paisaje le relajaba. Necesitaba desconectar, volver a encontrarse a si misma. Quería recuperar su carácter natural. La pandemia, los miedos, el embarazo, los niños, las parejas de sus padres...todo se le había venido encima.

Sus: Respira profundo, Sus. Debes relajarte y pensar en positivo. Tengo una familia maravillosa que me quiere y un bebé que viene en camino. Mis amigos son los mejores y todos gozamos de buena salud. Estás de vacaciones, en plena naturaleza. Vive el momento.


Sabrina la estaba siguiendo. Al ver a Sus alejarse, no lo dudó un instante. Era el momento ideal para darle un escarmiento. Gritó simulando ser un monstruo y se escondió. Sus se dio la vuelta asustada pero Sabrina se había escondido entre los matorrales.

Sus: ¿Qué ha sido eso?¿Hola? 

Al recibir silencio a su respuesta, siguió caminando.

Sus: Será algún animal...


Sabrina volvió a gritar, esta vez con más fuerza. Sus salió corriendo muy asustada. Su mente barajaba muchas posibilidades. Un lobo, un oso,...quizás un monstruo.


Seguía corriendo, huyendo de los espeluznantes gritos que le perseguían. Sabrina gritaba una y otra vez. No podía aguantarse la risa. Ver a Sus tan asustada le divertía muchísimo. Se metió tanto en el papel que pensaba lanzarse sobre ella y morderle. Estaba perdiendo totalmente el norte.

Sabrina: ¡Grrrrrrrrrrrr!
Sus: ¡Socorro! ¡Diamanteeeee!


Huía a la desesperada, por lo que al final, se perdió. Estaba agotada y cada vez más dolorida. Sentía que su bebé se removía asustado, igual que ella.

Sabrina: ¡Grrrrrrrr! ¡Jajajajaja!
Sus: ¡Auxilio! ¡Diamante, ayúdame!


Llamaba a Diamante, pero con cada paso que daba, más se alejaba de él y su familia. Le faltaba el aliento y no podía dejar de llorar. Se imaginó atrapada por un lobo y devorada.

Sabrina:  ¡Grrrrrrrrrrr!


Tropezó y por muy poco no cayó por un precipicio. Se pudo agarrar a duras penas al borde, pero no aguantaría mucho tiempo así.

Sus: ¡Socorro! ¡Que alguien me ayude!

Sabrina la vio ahí, agarrada al borde del abismo y un escalofrío de satisfacción y victoria recorrió su cuerpo.

Sabrina: Al fin tienes lo que mereces.
Sus: ¿Sabrina? ¡Ayúdame, por favor!


Sabrina: Yo...

Temblaba, a causa de la enfermedad. Notaba como su mente luchaba por recuperar el poco juicio que siempre había tenido.

Sus: No aguantaré mucho más, por favor...


Sabrina:...
Sus: ¡Sabrina, por favor! ¡Ayúdame!


Owen llevaba a Agatha de vuelta con los demás. Habían disfrutado de un paseo muy agradable por el río. Owen le había contado cosas muy interesantes y conforme más hablaba, más le gustaba. Agatha se agarraba a la parte trasera de la moto para no caer, pero cuando atravesaban zonas con muchas piedras, se agarraba a su cintura.  Su torso era firme y musculoso, por lo que pudo intuir al tacto.

Owen: Agárrate bien, que aquí hay muchas piedras.
Agatha: Tranquilo, estoy bien sujeta. ¿A  dónde irás cuando me dejes?
Owen: Seguiré el curso del río y después pasaré la noche en un pueblo precioso que me han recomendado. Dicen que se come de maravilla. Seguramente que volveré a mi casa para preparar maletas y en un par de semanas me marcharé a Egipto.
Agatha: ¡Egipto! Siempre he querido ir.


Owen: Pues vente. He ido un par de veces y te llevaría a las mejores localizaciones. Lugares que pocos conocen, lejos de turistas y aglomeraciones. 
Agatha: Me encantaría, pero no puedo...
Owen: Entiendo, estás comprometida con esa familia con la que trabajas.
Agatha: Sí...
Owen: Pues es una pena. Después de Egipto, iré a Chile y posiblemente me quede unos meses en México. 
Agatha: Es apasionante. Tienes suerte...
Owen: Tengo contactos en todas partes, por lo que viajar no me sale tan caro como podrías imaginar. Piénsatelo con calma. Tienes tiempo para decidirte.


Diamante y los niños llamaban a Sus. Llevaban dos horas buscándola por todas partes. No era normal que Sus se marchase de esa forma, sin decir nada y por tanto tiempo.

Diamante: ¡Sus! ¡Dónde estás!
Suselle: ¡Mamá!


Diamante: ¿Dónde estará? ¿Estará con Agatha? Ella no se marcharía así sin más...


Dante: ¿Y si le ha pasado algo?


Suselle: ¡Mamiii! ¡¡Estamos aquí!! 


Agatha: Diamante, ¿ocurre algo?
Diamante: ¡Agatha! ¿No está Sus contigo?
Agatha: No, se quedó con vosotros.
Diamante: Pues no aparece. Llevamos dos horas buscándola por todas partes.
Agatha: Tranquilo, a lo mejor se ha desorientado un poco. La encontraremos.


Owen: Contad con mi ayuda. La buscaré con la moto, así recorreré más terreno.
Agatha: Muchas gracias, Owen.
Diamante: Muchas gracias. Tengo miedo de que le haya ocurrido algo.
Owen: Desorientarse es muy fácil en un bosque tan espeso. No te preocupes, daremos con ella.


Mientras tanto...

De pronto, un rayo de luz iluminó la mente de Sabrina. Sus se esforzaba por no caer, llorando y mirando con ojos suplicantes que le ayudara. Se vio a si misma, mirando aquella escena, como una loca descerebrada. Una clack estaba a punto de morir junto a su bebé. Recordó a Anita y Walter, sus hijos. Ese no era el mejor ejemplo para ellos. Luego pensó en John. El click con el corazón más grande que había conocido nunca, él jamás haría daño a nadie. Tenía que conseguir que su familia se sintiese orgullosa de ella, pero sobretodo, ella misma.

Sabrina: ¡Aguanta, Sus!

Fue hasta ella y le ayudó a subir. Pesaba muchísimo, pero consiguió rescatarla de una muerte segura.


Sus se quedó tendida en el suelo, totalmente agotada.

Sus: Gracias...
Sabrina: ¿Estás bien?
Sus: No, pero al menos estoy a salvo. Me duelen los brazos...
Sabrina: Te pondrás bien.
Sus: ¿Qué te ocurre en la piel?
Sabrina: Estoy enferma, pero tranquila, no es contagioso. Aunque mi cabeza no funciona del todo bien...siento haberte asustado.
Sus: Eras tú...¡Ayyy!
Sabrina: ¿Qué te ocurre?
Sus: Creo que estoy a punto de dar a luz...ay no, ¡aquí no!


Sabrina: Rápido, iremos a buscar ayuda.
Sus: Casi no me puedo mover...¡Ay!
Sabrina: Tienes que intentarlo. 
Sus: ¿Sabes dónde estamos?
Sabrina: No...
Sus: Yo tampoco. Aunque aquí no nos podemos quedar. Tenemos que encontrar a Diamante y los niños.
Sabrina: Agárrate a mi, yo te ayudaré a caminar.


Caminaron unos metros, pero Sus no podía más.

Sus: Sabrina, no puedo...¡Ayy!
Sabrina: Vamos, tienes que hacer un esfuerzo. Espera, te daré un palo para que te apoyes.


Con la ayuda del palo y de Sabrina, Sus pudo caminar, aunque muy lentamente.

Sus: No puedo dar a luz aquí, en medio de la nada...
Sabrina: Seguro que encontramos a Diamante y tendrás tu hijo en un hospital.
Sus: Eso espero...


Sabrina: No veo a Diamante ni la caravana por ninguna parte.
Sus: ¡Jolines!¡Esto no me puede estar pasando a mi!
Sabrina: Solamente veo árboles y vegetación por todas partes. No hay signos de civilización.
Sus: No puede ser...
Sabrina: ¡Un momento! Veo una cabaña, no está demasiado lejos.
Sus: ¡Bien!


Sabrina: Seguro que tendrán teléfono y podremos pedir ayuda. Vamos, haz un último esfuerzo.
Sus: Lo intentaré...


Continuará 


1 comentario:

  1. Ayyyyyy! ¡No lo puedes dejar así! ¡Por favor, continúa rápido nseguida la historia! Lo he pasado fatal por Sus, ahí perdiéndose en el bosque, y Sabrina ahí asustándola cada vez más. Ha estado a punto de liarla bien. Menos mal que al final ha reaccionado y ha ahyudado a Sus... pero tengo miedo por ella. Temo que la haya contagiado. Le ha dicho que lo que tiene no es contagioso. Tampoco habría ayudado en nada que dijese la verdad... Me gustaría, también, que Agata se fuese con Owen. La verdad es que el estilo de persona que es me encanta. Me gustaría ser así, vivir en sitios distintos por tiempo, que aprendes mucho de las otras culturas... Me cae muy bien ese chico. Espero que Sus pueda dar a luz en un sitio en el que se sienta segura. He devorado este capítulo en menos de tres minutos porque es que es muy emocionante. ¡Cuelga pronto la continuación!

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