jueves, 2 de agosto de 2018

Vacaciones en el mar - Capítulo 18: La sorpresa

Beatriz siguió a su marido por los pasillos del barco. Ignacio se detuvo en la puerta de un camarote y tocó a la puerta. En seguida alguien le abrió y entró. Ese no era el camarote que compartían ni el de Kimberly. Tenía miedo, una parte de ella no quería saber que hacía en ese camarote, pero ya era demasiado tarde. Necesitaba averiguar lo que su marido le ocultaba. Una palabra se repetía una y otra en vez en su interior, "infidelidad". Pensar en ello le dolía profundamente.


Llegó hasta la puerta y pensó en llamar sin más, pero se lo pensó mejor. Al escuchar su voz, seguro que no abriría y le daría tiempo a esconder lo que estuviese haciendo. Tenía que pensar en otro plan.


Pasaba Dora justamente por aquel pasillo. Beatriz la detuvo.

Beatriz: Hola, guapa. Me preguntaba si podrías hacerme un favor.
Dora: Claro que sí, señora. ¿En que le puedo ayudar?
Beatriz: Quiero sorprender a una amiga con un regalo, pero no sé si este es su camarote. Necesito que llames y al escuchar su voz, sabré si es ella.
Dora: No sé...
Beatriz: Por favor, es importante para mi. Puedes decir "servicio de habitaciones" y ya está. Si te abre la puerta, es que ya me haces el favor del siglo.


Dora: Bueno, pero que no se entere nadie. Me puede caer un buen puro si se enteran...
Beatriz: No te preocupes, que esto queda entre nosotras. Toma, te doy 50 cleuros por tu ayuda.
Dora: Oh, muchas gracias señora.


Beatriz se escondió y Dora llamó a la puerta. Estaba insegura y no sabía si estaba haciendo bien, pero Beatriz era muy convincente y los 50 cleuros le venían muy bien. 

Dora: Servicio de habitaciones.
Ignacio: No hemos pedido nada.
Dora: ¿Está seguro? He recibido una llamada de este camarote.


Ignacio abrió la puerta en calzoncillos. Al verle así, Beatriz se puso roja. No podía esperar ni un segundo más.

Ignacio: Señorita, que no hemos pedido nada, leches. Deje de molestar de una vez por todas...
Dora: Yo...


Beatriz: ¡Ignacio!

Al ver a su mujer, Ignacio palideció. Quiso cerrar la puerta, pero Beatriz puso la pierna.

Ignacio: Yo....yo...¡Estoy trabajando! 
Beatriz: ¡Y un cuerno! ¿Dónde está ella?

Dora alucinaba. No sabía si salir corriendo o quedarse a ver el espectáculo.


Entró al camarote como una fiera, empujando a Ignacio. Su corazón se quebró en mil pedazos al ver a Nicole tumbada en la cama en ropa interior. Me ha cambiado por una más joven y bella, es lo primero que pensó al verla. Nunca se había sentido así, tan humillada y decepcionada.

Ignacio: Puedo explicarlo...
Beatriz: Puerco, más que puerco. ¡Desgraciado!


Beatriz estaba tan enfurecida que si en esos momentos hubiese tenido una pistola en la mano, se lo habría cargado allí mismo. No tenía pistola, pero tenía un bolso, además de los buenos. Le había costado un montón de cleuros y era muy resistente. Le empezó a dar bolsazos en la cabeza. Ignacio intentaba esquivar los golpes inútilmente. Se quejaba dolorido e intentando hablar con ella.

Beatriz: ¡Guarro, cochino, malnacido!
Ignacio: ¡Ay! ¡Amor, te lo puedo explicar! 
Beatriz: ¡Cerdo degenerado! 
Ignacio: ¡Teníamos calor y nos quitamos la ropa! ¡Ay! ¡Es una amiga!
Nicole: ¡Déjelo en paz, le está haciendo daño!
Beatriz: ¡Tú te callas!


Estaba cansada de dar bolsazos, así que se detuvo para tomar aire. Ignacio aprovechó el momento para intentar justificarse.

Ignacio: Es todo una gran confusión, cariño. Ella es...es...ella es una amiga que...
Beatriz: Ni para inventarte una excusa vales. Te estabas acostando con esta y os he pillado, punto. Me has destrozado el corazón...¡Tenemos una hija! ¿Es que no te importa nuestra familia?
Ignacio: Claro que mi importa. Ella no significa nada para mi, no la quiero.
Nicole: ¿¡Qué!? Me amas, dile la verdad.
Ignacio: Lo siento, Nicole. Yo amo a mi mujer. Solamente eres una cara bonita.
Nicole: Me has engañado...
Beatriz: Esto es patético. ¡¡No quiero volver a verte nunca más!!


Beatriz huyó de aquel camarote. Desde ese momento, le daba asco su marido. Sentía tanta repulsión que no se explicaba como había convivido con él tantos años. Su sola visión le provocaba arcadas. Lo detestaba con todas sus fuerzas. Debía alejarse de él, proteger a Kimberly y divorciarse lo antes posible.

Ignacio: ¡Beatriz, espera!
Nicole: ¡De aquí no te mueves, Igancio! ¡¡Me has utilizado!! ¡¡Decías que no amabas a tu mujer y que te ibas a separar!! ¡¡Me prometiste una vida en común!!

Nicole lloraba desesperada. Todos sus planes de vida se venían abajo. Había alquilado un piso en una zona céntrica de una ciudad de Clisandia y se había trasladado allí a vivir. Se había cambiado de trabajo, a pesar de gustarle el que tenía.

Ignacio: ¡Eres tonta, Nicole! Te has hecho ilusiones tontamente. 
Nicole: Pero...
Ignacio: Si me disculpas, tengo que recuperar a mi mujer.


Dora vio a Beatriz saliendo del camarote llorando. Se sintió mal por ella. Al menos le había ayudado a descubrir la infidelidad de su marido. Estaba deseando contarle el chisme a su amiga Vera.


Carlota no sabía a dónde ir. Temía que el hombre misterioso conociese el número del camarote en el que estaba alojada, por lo que no quiso refugiarse allí. Miraba de un lado para otro, sin saber a dónde podía ir.


Se asustó cuando una puerta se abrió de golpe.

Natalia Morey: Sí... Bartolo ahora sale con una clack más joven. 
David: Ya conozco, se llama Melani. Vive en mi mismo edificio. No sabes lo que te has quitado de encima. Disfruta de este viaje, te lo mereces.
Natalia Morey: Sí, lo intentaré...

Carlota los escuchaba hablar pero no entendía lo que estaban diciendo.

David: ¿Se encuentra bien?
Carlota: Yo...
Natalia Morey: Señora, ¿está bien?
Donato: ¡Carmeeen!


La voz de Donato la espabiló. Salió otra vez corriendo. No quería que Donato saliese herido por su culpa.

Donato: ¡Espera, Carmen!


Natalia vio a Donato pasar y luego, al hombre misterioso. Llevaba una pistola en la mano, por lo que no lo dudó un instante. Agarró a David de la pechera y lo metió en su camarote. Cerró la puerta a toda prisa antes que el hombre se percatase de su presencia.


Donato alcanzó a Carlota, que estaba escondida en un rincón.

Donato: ¡Carmen!
Carlota: No, Donato...debes alejarte de mi.
Donato: No lo haré. Tienes que explicarme lo que ocurre.
Carlota: Ven aquí.


Le empujó al rincón y unos instantes después, apareció el hombre misterioso. 

Donato: ¿Quién es ese?
Carlota: Quiere matarme. Es un asesino a sueldo. He sido testigo de uno de sus asesinatos y tengo que testificar en su contra en un juicio. La policía me aseguró que me protegería, pero mintieron. Asesinó a cuatro policías que me protegían y se ha cargado a todo el que intenta ayudarme. Mi única escapatoria era huir e intentar darle esquinazo. 


Donato: Tendrías que habérmelo contado.
Carlota: No te quería implicar en todo esto. Por eso te mentí. Me llamo Carlota, no Carmen. ¡Maldita sea! ¡Corre, nos ha descubierto!
Donato: ¡Nos está disparando!
Carlota: ¡Corre!


Malena: Después de una actuación tan especial, nos toca disfrutar de un espectáculo diferente y con mucha fuerza. Se trata del grupo  flamenco Vientos del sur, con Carmela, Pepón y Jonatán a la guitarra. ¡Un aplauso para ellos!


Su actuación animó a todos los presentes a dar palmas. Carmela y Pepón bailaban con mucha entrega y pasión, taconeando sin parar. Jonatán tocaba la guitarra con gran maestría.



Cuando terminó su actuación, Malena subió al escenario para presentar al siguiente artista.

Malena: Menuda noche estamos viviendo. Emociones fuertes y mucho arte. La siguiente actuación no dejará a nadie indiferente. Se trata de una artista de la cabeza a los pies, maravillosa. Su talento acompañado por su gran belleza la convierten en una estrella del espectáculo única e irrepetible. Con todos ustedes, ¡Caitlyn! 


 Las luces lila de la sala consiguieron crear ambientación.  Caitlyn subió al escenario con una boa de pelo rosa en el cuello. Vestía un traje brillante azul marino que se ajustaba a su esbelta figura. No tardó en sonar la música. Todo el mundo la observaba fascinado.


El Capitán Miller salió a ver su actuación. No se lo había dicho a nadie para no ofender a los demás artistas, pero Caitlyn era la que más le gustaba. 


Su forma de moverse sobre el escenario atrapaba a hombres y mujeres. Sabía cautivar al público y hacerlo suyo.



La canción era muy marchosa, tanto que muchos se pusieron a bailar. Su voz era dulce y diferente, un regalo para los oídos.


Agnes: ¡Es guapísima!
Artemisa: No tanto como tú.
Agnes: Me miras con buenos ojos, Artemisiña. Es que encima canta precioso.
Artemisa:  No tanto como tú.
Agnes: Artemisiña...

Agnes se puso colorada y Artemisa reía divertida.

Wenda: Pero que preciosa es esta clack. 
Duclón: Canta muy bien.


Blas la observaba anonadado. No podía dejar de mirar cada centímetro de su cuerpo. Deseaba con todas sus fuerzas estar con ella a solas. Caitlyn le miraba y de vez en cuando, le guiñaba un ojo. 


Sudaba y se movía en su asiento todo el tiempo. Caitlyn le volvía loco. 


Malena: ¡Un fuerte aplauso para Caitlyn! Después de una actuación tan estupenda, tenemos una sorpresa para alguien muy especial. Uno de vosotros tiene algo muy especial que comunicar a su pareja.


Malena: Duclón, ya puedes subir al escenario.
Duclón: Voy.
Wenda: ¿Duclón? ¿A dónde vas? ¿Qué haces?


Wenda no podía dar crédito. Cuando vio a Duclón en el escenario, con el micrófono en la mano, se puso muy nerviosa. No era una clack vergonzosa, pero en esos momentos estaba acalorada y muy nerviosa.

Duclón: Wenda, llevamos muchos años juntos. Ahora mismo no sé cuantos, pero son muchos. Al principio lo nuestro parecía imposible, nuestras vidas eran complicadas y muy distintas, pero conseguimos superar todo eso.


Wenda: Duclón...
Duclón: Sabes que te amo. Hay pocas cosas en mi vida que tenga tan claro. Hay dos clacks importantes en mi vida, Duclack y tú. Ahora quiero que lo nuestro se formalice, que demos un paso más. Sube aquí arriba conmigo.


Wenda subió nerviosa. Ya intuía lo que Duclón le iba a proponer.

Duclón: Wenda, ¿quieres casarte conmigo?

Wenda lo miraba con los ojos llorosos. 

Wenda: Sí, quiero.


Los dos se besaron y todos aplaudieron.

Duclón: No tengo anillos, lo he planificado sobre la marcha, pero para nuestra boda tendremos las alianzas, no te preocupes.
Wenda: Eso no es problema, no te preocupes.
Duclón: Nos casaremos mañana mismo.
Wenda: ¿Mañana?
Duclón: Sí, en este barco. El Capitán oficiará nuestra boda.
Wenda: ¿Y la familia?
Duclón: Aprovechemos el momento, vivamos cada instante. Ya haremos otra ceremonia con ellos.
Wenda: Te quiero, Duclón.
Duclón: Y yo a ti.



Capitán Miller: Será un placer casar a estos dos enamorados. Es una muestra que el amor se vive con la misma intensidad a los 15 que a los 70.
Lucía: Sí...A nuestra edad también se vive con mucha intensidad.
Capitán Miller: Lo sé muy bien...
Lucía: Mira, allí está Elliot. ¿Has hablado con él?


Capitán Miller: No quiere hablar conmigo. Voy a intentarlo otra vez.
Lucía: Espera, deja que hable con él. A lo mejor yo consigo calmarlo un poco.


Capitán Miller: Vale, a ver si lo consigues. Cuando hables con él, ven y explícame que tal ha ido.
Lucía: Tranquilo, seguro que irá bien.


Lucía fue a buscarlo, pero Elliot salió corriendo a la cubierta. Lo siguió dispuesta a hablar con él de la forma más cariñosa y hacerle entender que no debía preocuparse por nada.


Continuará...

2 comentarios:

  1. ¡Qué capítulo tan bonito! Me ha encantado cuando Beatriz se pone a darle bolsazos en la cabeza a Ignacio y cuando le suelta por fin esa retahíla de insultos que tanto se merece. Lo que no entiendo es por qué quiere recuperar ahora a Beatriz, por qué le interesa seguir con ella si le importaba un carallo cuando estaba con Nicola. Además, me da pena la pobre Nicola, que había creído todo lo que ese cerdo inmundo le había dicho y encima creyó que su amor era de verdad. Es un puerco. No entiendo por qué quiere recuperarla ahora, pero bueno... También me da mucha pena Carlota. No es justo que quieran matarla. Y otra vez las cosas dependen sobre todo de los que tienen poder, qué asco. No entiendo por qué las cosas les salen bien a esos asquerosos. Espero que puedan salvarse de él, tanto ella como Donato, que se nota que es muy buena persona. Me ha sorprendido mucho descubrir ahí a Natalia Morey. No me esperaba para nada que estuviese ahí. No sé si aportará algo a la historia.
    también me ha encantado la actuación de Kaytlin. Y qué bonito cuando salen Artemisa y Agnes hablando así... y a ver si Lucía consigue hablar con elliot.
    Ha sido un capítulo muy bonito y divertido.
    ¡Cuelga pronto la continuación!

    ResponderEliminar
  2. En primer lugar destacar tu aparición fugaz en el pasillo en forma de avatar y sentado luego entre el público con Duque. Es tu sello personal y me gusta.
    La primera escena de la pillada de Beatriz me ha parecido perfecta. Le ha montado un buen pollo a Ignacio y bien merecido. Es un miserable y ahora no quiere divorciarse, porque sabe que le costaría caro. Espero que su mujer le saque hasta los higadillos con la separación. Encima llama tonta a Nicole por creer en su amor y hacerse ilusiones. Sucio perro infiel miserable... Espero que tenga su merecido.
    Respecto a la actuación flamenca, me ha encantado. Pero sobre todo el custom del Jonatan. Me ha hecho mucha gracia. Ese tiene que salir más.
    La presentadora está durante todo el show de lujo, presentando a todos fenomenal.
    Me gustaron mucho las fotos de la actuación de Caitlyn: guapísima con ese mono azul, sensual con ese baile y el toque de las plumas y espectacular. Me gustaría que el capitán se quedara al final con ella. Aunque lo veo difícil y él ama a Lucía... pero merece ser feliz con un Click como el capitán.
    Muy emotiva la pedida de mano de Duclón y Wenda. Nunca pensé que terminarían de cuajar del todo, como estaba Ben. Pero es de estas cosas que los personajes van marcando su propio destino. A veces ajeno el camino al que nosotros teníamos trazado, tienen la capacidad de sorprendernos.
    A ver lo del niño del capitán que pasa. Me resulta ese niño un poco malcriado.

    ResponderEliminar