jueves, 6 de octubre de 2016

Una boda en el Pantano - Capítulo 07: Pitusas inolvidables

Artemisa: ¡Dejadme paso!

Todo el mundo se apartó cuando la vieron aparecer. Artemisa imponía respeto sin pretenderlo. Había percibido el intenso dolor que emanaba de todos aquellos clicks. No pudo evitar acercarse hasta allí para averiguar que es lo que estaba ocurriendo. 

Leandra: ¿Quién es esa?
Othello: No lo sé...


El poder de la diosa circulaba por su sangre con más fuerza que nunca. Se sentía segura, valiente y decidida. Cuando vio a Wen tumbado sobre el cuerpo de Estrella un feroz desgarro la sobrecogió. 


Wen: Estrella...
Sus: Wen...lo siento mucho...
Duclack: Wen...

Por alguna razón, el dolor y desesperación que estaba sintiendo Wen en aquellos momentos lo percibía Artemisa en su alma.


Todos lloraban. No eran capaces de decir ni hacer nada. Se sentían impotentes ante aquella traumática situación.

Artemisa: Puedo percibir el dolor que te aflige, que te desgarra por dentro...Puedo ayudarte mediante el poder de la Diosa.
Wen: No puedes hacer nada...está muerta...mi Estrella...
Artemisa: Yo soy una simple mortal, igual que tú, pero el poder de la Diosa está en mi cuerpo. Puede ayudar a tu amada, pero para ello debes confiar en  mi.


Wen: ¿Quién eres tú?
Artemisa: Me llamo Artemisa, pero eso ahora carece de importancia. Debemos darnos prisa antes que el poder de la Diosa abandone mi cuerpo.
Wen: No sé muy bien de que estás hablando, pero adelante...

Aquel fino rayo de esperanza que Artemisa le estaba ofreciendo lo consiguió calmar. Artemisa sonrió para tranquilizarle y Wen se apartó para dejarle hacer.


Artemisa colocó sus brazos sobre el cuerpo de Estrella. Cerró los ojos y se concentró. Notaba la fuerza de la Diosa en cada uno de los poros de su piel. Aquel poder puro y brillante recorría su cuerpo cada vez con más fuerza. Estaba a punto de desaparecer, lo percibía. Toda aquella mágica energía se concentró en las palmas de sus manos.

Artemisa: No la dejan marchar...

Estrella no podía regresar, la retenían en un lugar oscuro. Cerró los ojos con fuerza y ordenó que la soltasen. Esas cosas se resistían, pero el poder de la Diosa los deslumbró. Se apartaron del alma de Estrella y la dejaron marchar. En ese momento prácticamente toda la energía de la Diosa la abandonó y penetró en el cuerpo de Estrella. 


Artemisa se sintió débil y mareada. Perdió el equilibrio y cayó al suelo. Su hermana acudió en su ayuda al momento.

Cassandra: Mila, ¿te encuentras bien?
Artemisa: Ya no me llamo Mila, hermana...
Cassandra: Veo que estás bien. ¿Me puedes explicar que es lo que ha sucedido?
Artemisa: Todavía no lo sé...


Estrella: ¿Wen?


Wen: ¿Estrella? ¡No es posible! ¡Estás viva!
Estrella: No puede ser...¡La herida ha desaparecido!


Se abrazaron llorando. La vida les había dado una segunda oportunidad y estaban dispuestos a aprovecharla. 

Wen: ¿Estás bien? ¿Buscamos un médico?
Estrella: Wen, estoy bien. Es más, me siento mejor que nunca. 

Todos saltaban y gritaban de felicidad. Habían sido testigos de un increíble milagro.


Wen: Artemisa...no comprendo cómo lo has hecho, pero muchas gracias. Has salvado la vida de mi esposa, no tengo forma de agradecértelo...
Artemisa: Debes agradecérselo a la Diosa. Yo he sido solo una vía para que ella la ayudase. Me siento feliz por haber podido ayudar.


Duque: Lilu...Siento haberte dejado. Me sentí confuso y agobiado por los acontecimientos. Por favor, dame otra oportunidad. Llevo todo el día buscando el momento para hablar contigo, pero no era capaz de reunir el suficiente valor. Cuando esa loca te apuntó con su arma lo vi claro, te amo y no quiero perderte.
Lilu: Duque, estaba deseando que me lo dijeras...Has sido muy valiente queriéndote intercambiar por mi. No digas nada más y bésame.


Se besaron con pasión. Tenían que recuperar el tiempo perdido.

Lulú:  Ay, que bonito el amor...y yo más sola que Adán en el día de la madre...


Uma: ¡Tengo que acabar con él! ¡No me toquéis con vuestras sucias manos!
Carmelo: ¡Eres una asesina!
Hércules: ¡Pagarás por lo que has hecho!


Artemisa: ¡Tú! Eres una casquivana crapulosa! Un ser repugnante indigno y despreciable.
Uma: ¡Me importa un cuerno lo que pienses de mi!


Artemisa: ¡Zurumbática! 
Uma: No entiendo nada de lo que dices. 
Artemisa: Quiero que experimentes el dolor y la tristeza que has provocado en estas personas. Sufrirás de por vida este castigo hasta que aprendas a amar y respetar a los demás. Mientras el odio y la venganza habiten en ti, vivirás con el intenso dolor que Wen, Estrella y todos los presentan han sentido por tu culpa.
Uma: Estás loca.


Artemisa: ¡Todavía reside en mi la magia blanca y poderosa de la Diosa!

Alzó los brazos al aire y Uma sintió un intenso dolor en el pecho. Asustada, salió corriendo a toda prisa.


Hércules: ¡Se escapa!
Artemisa: Déjala ir. Está maldita. Os puedo asegurar que sufrirá un gran castigo.


Uma corría a toda prisa. Se sentía muy mal. Desesperación, tristeza y un dolor agudo en el pecho que le cortaba la respiración. Lloraba, pero no le aliviaba la gran angustia. Sentía que se moría, que nada tenía sentido. Se dejó caer al suelo conmocionada. No podía dejar de llorar. Aquella ansiedad desbocada le retorcía las entrañas. 



Susanne: Ernesto...amor, antes de que sea demasiado tarde. ¿Te parece bien que nos reunamos en casa de Sus y Diamante un día de estos? Te lo explicaré todo. Quiero que sepas toda la verdad.
Ernesto: Está bien...esperaré tu llamada.


Estrella: ¡Artemisa! Estoy viva gracias a ti y tu diosa. Os estoy inmensamente agradecida. Eres maravillosa, gracias por todo. Por favor, me gustaría compensarte de alguna forma. ¿Hay algo que pueda hacer por ti?
Artemisa: Sí, hay algo.
Estrella: Lo que sea.


Artemisa: Tu ramo de flores, lo necesito.
Estrella: ¡Claro que sí! Estoy segura que te casarás pronto.
Artemisa: No lo quiero por la ridícula creencia de que quién se haga con el ramo de la novia será la próxima en casarse. No estoy interesada en ningún hombre y por el momento no entra en mis planes. Esas flores que componen tu ramo de novia son Pitusas inolvidables. Las estaba buscando, son muy difíciles de encontrar. Las necesito para curar a una persona que está enferma.
Estrella: Por supuesto, es tuyo. Pero algo más podré hacer por ti...
Artemisa: Si quieres, búscame. Veo en ti una luz blanca. Tu alma es pura y quizás te apetezca pasar unos días conmigo.
Estrella: De acuerdo, será un placer. ¿Cómo te encontraré?
Artemisa: Vivo en Bosque Intenso, cerca del río Caudaloso. Deja que tu instinto te guíe y me encontrarás.


Artemisa agarró el ramo de flores y se marchó junto a su hermana.

Artemisa: Te dije que aquí encontraríamos Pitusas inolvidables. Tienes poca fe en mi, hermana.
Cassandra: Debo reconocer que estabas en lo cierto. Jamás pensé que las encontrarías en el ramo de una novia. Debemos darnos prisa, Gaya nos necesita.
Artemisa: Sí, con esto se recuperará. 
Cassandra: Estoy deseando contar a todo el aquelarre lo que has hecho hoy. 


FIN

3 comentarios:

  1. Ay, qué mal lo he pasado... snif... el capítulo anterior me dejó con muy mal sabor de boca, a ver, que estaba todo muy bien, la trama, las fotos, todo, pero es que Estrella... jolines... y luego pensaba que soy tonto porque a ver por qué no vas a poder matar y rematar los personajes que quieras, faltaba más, que no son muertes reales, pero eso lo decía para consolarme, porque en el fondo no aceptaba la muerte de Estrella, de hecho me estaba inventando finales alternativos. Lo único que se me ocurría es que Sinéad y Eros interviniesen, pero entonces Estrella iba a ser vampiresa y tampoco por ahí veía una fácil salida... reconozco que me olvidé por completo de Artemisa (y de paso me parece que a lo mejor me has hecho un spoiler con la enfermedad de Gaya :-))). El caso es que ha salido todo perfecto, como diría Roberto... "love is in the air"; me gusta el giro de la historia de Pepota, pero son muchas las reconciliaciones, e incluso los amores perrunos me encantan, ¡a este paso se nos queda Pandy para vestir santos! Siempre me sorprenden las expresiones de los personajes, como ese "más solo que Adán el día de la madre", no lo comento nunca pero es verdad que me fijo en cómo cada personaje tiene su forma de hablar, y recoges muchísimas expresiones populares de una forma muy acertada y divertida. En fin, no voy a repasar el guión, Uma se lleva su merecido, que lo pague así es mucho más duro que morir o cualquier otro castigo, esa angustia punzante que a veces hemos sentido un instante tiene que ser insoportable notarla continuamente. Seguramente Estrella y Artemisa se tomarán un té cerca del río Caudaloso donde vive, si mal me quedé con el capítulo anterior este me deja más que satisfecho, eres el mejor ejemplo que conozco de uno de los oficios más bonitos del mundo: Cuentacuentos.

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  2. ¡Yo sabía que no podías dejarlo así! ¡Tenía plena confianza en ti en que te habías guardado un as bajo la manga! Lo que menos me esperaba es que fuese Artemisa quien salvase a Estrella de la muerte. Me has halagado muchísimo con este hecho, de verdad. Muchas gracias por atribuirle a Artemisa un papel tan importante. Gracias de todo corazón. Me ha encantado que la Diosa la haya ayudado a solucionar esos problemas terribles con los que se ha encontrado, pero sobre todo que le haya permitido salvar a Estrella a través de su magia. Es un final precioso y se solucionan varias cosas al mismo tiempo. me gusta que Lilu haya recuperado a Duque, pero confío en que sepa apreciar mejor lo que tiene ahora que lo ha recuperado.
    Me ha encantado esta historia, de verdad. De nuevo gracias por introducir a Artemisa como lo has hecho. Además, me ha encantado el detalle de que su hermana la llame Mila para saber que de veras la escucha. ¡Gracias de todo corazón! ¡Enhorabuena!
    Me alegro mucho de que todo haya acabado bien.

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  3. ¡Precioso capítulo! En él podemos disfrutar de la solución de todo el conflicto, gracias a la intervención milagrosa de Artemisa. El título me parece especialmente significativo. Me ha gustado mucho este capítulo.
    Gracias por regalarnos tu magia de contar historias.

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