miércoles, 21 de enero de 2015

La guerra de SAM: Capítulo 10 - Necesitamos tu ayuda

Selena y Ben desaparecieron junto a todo lo que les rodeaba. Fue como si un tornado se los llevase todo menos a ellos, que permanecían paralizados y asustados. Todo se movía muy rápido entre una explosión de colores. Aunque no querían perderse ni un detalle, cerraron los ojos. Era imposible mirar a su alrededor sin marearse o sentir desesperación. De pronto el suelo desapareció y comenzaron a moverse junto a todo lo demás. Anna gritó y se separaron. Steve cayó al suelo y abrió los ojos preocupado. Estaba muy mareado y no conseguía ponerse en pie.

Steve:¡Anna!

Miró a su alrededor y descubrió que se encontraba en un espeso bosque. El aire puro que entró en sus pulmones le asustó. Se trataba de un aire fresco y puro como el que jamás había respirado. Era como beberse de golpe un vaso de agua muy fría.


El aire le otorgó vitalidad y la fuerza suficiente para incorporarse. Se puso de pie y miró a su alrededor. No veía a Anna por ninguna parte. Se asustó al imaginarse a su querida amiga perdida en otro mundo o herida al golpearse contra el suelo.

Steve: ¡Anna!


Anna: ¡Steve!

Su voz calmó su desesperación. El tornado la había mandado a lo alto de un árbol. Se agarraba como podía para no caer al suelo.

Steve: ¡Estás ahí! ¿Te encuentras bien?
Anna: ¡Ayúdame, por favor!


Steve se apresuró y ayudó a Anna a bajar de aquel árbol. Todavía estaba mareada así que perdió el equilibrio y cayeron los dos al suelo. Anna cayó sobre Steve y este quedó paralizado al tenerla encima. Si antes sentía atracción y algo especial por ella, ahora mucho más.


Anna: Perdona, estoy mareada...
Steve: No te preocupes. Por mi puedes permanecer así hasta que te sientas mejor.

Anna se sintió incómoda y en seguida se levantó.


No sabían dónde estaban. Aquel lugar no les sonaba de nada. Sólo les rodeaba espesa vegetación y algunos animalillos que se escondían asustados.

Anna: ¿Estamos en el pasado?
Steve: No lo sé. ¿Notas este aire?
Anna: Sí...respirar es toda una experiencia. ¿Que hacemos? No sabemos que dirección tomar ni dónde está esa tal Ginger.
Steve: Tomemos una dirección al azar.


Comenzaron a andar sin rumbo fijo. Era un bosque precioso. Los olores y colores que los rodeaban estaban dotados de una gran intensidad. A pesar de eso, los dos estaban asustados. Tenían por delante una semana para encontrar a Ginger, la elegida, y no sabían por dónde empezar. Aquel bosque podía esconder grandes peligros.


El bosque parecía querer atraparles y asfixiarles entre ramas y vegetación.Costaba caminar y tenían que ir apartando ramas.

Anna: Todavía no creo que esto sea real...
Steve: Parece una pesadilla...
Anna: Parece que nos estamos adentrando cada vez más en el corazón del bosque.


Steve: Selena dijo que nos enviaría cerca de Ginger, así que no creo que estemos muy lejos de su posición.
Anna: Yo solo quiero que esta pesadilla termine...

Anna recordaba a Michael, poseído por SAM. Quería ayudar a su novio antes de que fuese demasiado tarde pero por otro lado tenía miedo. No sabía si sería capaz de volver a su lado y perdonar todo lo que ocurrió. Ya no lo podía mirar con los mismos ojos.


Steve: Si encontramos a Ginger, todo terminará. Espera, deja que vaya delante. No te alejes de mi.
Anna: No lo haré.

Steve abría camino entre la intenesa vegetación. Miles de ramas, troncos y plantas se interponían en su camino. Empezaban a estar agotados.




Después de horas caminando consiguieron llegar a una explanada. Frente a ellos tenían un camino que seguramente les llevaría hacia un lugar habitado por el que preguntar por Ginger.

Steve: Mira, por fin hemos llegado a un camino.
Anna: Menos mal...estaba perdiendo la esperanza. Necesito recuperar fuerzas. 


Anna se sentó en una roca para descansar. Hasta sudada y con cara de cansancio era preciosa para Steve.

Steve: Sí, descansemos...

No se quería quejar, pero estaba muy agotado. Tenía la necesidad de aparentar ser fuerte y valiente ante ella.

Anna: Me duelen las piernas y tengo mucha sed...


Steve se sentó a su lado y le agarró la mano para transmitirle toda su fuerza. Ella lo miró agradecida.

Steve: Me bebería una buena jarra de cerveza fresquita.
Anna: Temía tanto perderte, Steve. No se que habría hecho sin ti...
Steve: Un mago de pacotilla no es rival para mi. No pienso dejarte sola en esto, no te preocupes. 
Anna: Pienso en Michael...en lo que debe estar sufriendo con ese ser apoderándose de su cuerpo...Tenemos que ayudarle, Steve.
Steve: No te preocupes, lo haremos. Sé lo mucho que lo quieres...
Anna: Ya no sé que siento. Sé que él no fue quién mató a mi gata ni el que me quiso matar, pero...no puedo pensar en él sin sentir escalofríos. 
Steve: Ahora le tienes miedo.
Anna: Sí...Quiero ayudarle, que vuelva a ser el que era pero...no creo que pueda seguir con él. No me veo capaz...
Steve: Anna, ahora no pienses en eso.


Coneja Jallo:  Saludos, forasteros, ¿se han perdido?

No podían creer lo que estaban viendo. Una persona con cabeza de conejo les había hablado y los miraba sonriendo. Tenía unas  enormes orejas y ojos saltones. Vestía de rojo, con unas botas altas negras, una capa también negra y un cinto en el que portaba una enorme espada. Sus enormes senos y esbelta figura anunciaban que se trataba de una coneja. Anna se frotó los ojos esperando que fuese un espejismo pero la mujer conejo seguía allí de pie, ante ellos. 

Coneja Jallo: ¿Hola? ¿Entienden mi idioma? Sin duda no son de estas tierras, con que ropajes más extraños se visten...



Anna cayó redonda al suelo quedando inconsciente. Habían sido demasiadas emociones en un mismo día. 

Steve: ¡¡Anna!!
Coneja Jallo: ¿Está mal herida?


Steve: ¿¡Que eres tú!? ¡No te acerques, bicho!
Coneja Jallo: ¿Disculpa?
Steve: ¡No permitiré que le hagas daño! Tendrás que enfrentarme a mi y te advierto que he ido a las clases de Chino Juan y doy patadas voladoras implacables. 


Coneja Jallo: Le aclaro que no soy ningún bicho, ¡será maleducado!  Mi nombre es Jallo y soy Princesa Guerrera así que le exijo un respeto. No quiero hacerles daño, al contrario. Deje que examine a su compañera. 
Steve: Como le haga daño...
Coneja Jallo: Y dale con eso, le he dicho que no deseo infligirles ningún mal. Su compañera se pondrá bien. Parece estar agotada y algo deshidratada.


Anna volvió en sí y al ver a Jallo se levantó asustada. Fue junto a Steve, todavía sorprendida por la sola visión de la mujer conejo.

Anna: ¿Que eres?
Coneja Jallo: Mi nombre es Jallo. No comprendo que mi aspecto os asuste tanto, quizás del lugar de dónde procedéis no existan Humanejos.  Trabajo para la Reina y ahora me disponía a ir en busca de mis hijos, que los he dejado en casa de una amiga. ¿Puedo saber cual es vuestro nombre?


Steve: Yo me llamo Steve y ella es Anna.
Coneja Jallo: ¿Y esos ropajes? Nunca había visto unos igual.
Anna: De dónde venimos son habituales. Siento nuestro comportamiento pero jamás habíamos visto un ser como tú.
Coneja Jallo: ¿Que os trae por estos lares?
Steve: Estamos buscando a una clack que se llama Ginger, ¿la conoces?
Coneja Jallo: ¿Ginger? ¡Pues claro! Ahora mismo me dirigía a su casa. Mis hijos juegan mucho con Cedric, su hermano y con su pequeña hija, Lana. Si quieren podemos ir juntos. 


Los dos se miraron dudosos. Aunque Jallo parecía tener buenas intenciones no se terminaban de fiar de ella.

Steve: No sé...
Coneja Jallo: ¡Por todas las zanahorias! Que desconfiados y poco respetuosos sois, ¡pues no me molesto más! Busquen por su cuenta el camino a casa de Ginger.
Anna: No te enfades...


Jallo comenzó a caminar enfadada y con paso firme. Estaba indignada. Encima que les había querido ayudar se mostraban desconfiados. La habían tratado como a una proscrita. 

Steve: ¿Que hacemos?
Anna: No sabemos dónde vive Ginger.
Steve: ¿Crees que nos podemos fiar de ella?
Anna: No parece que sea mala...tenemos que arriesgarnos, Steve.
Steve: Está bien, vamos.


Anna: ¡Jallo, espera! Siento nuestra indecisión. Iremos contigo.
Coneja Jallo: Me alegra saber que ya soy de vuestra confianza...Pues andando, la morada de Ginger no está lejos de aquí.


Ginger vivía feliz junto a su familia. Había recuperado las tierras de sus padres y con la ayuda de sus amigos reconstruyó su casa. Ella era Princesa Guerrera, una de las oficiales más importantes. Era una clack respetada y querida por todo el mundo. Tenía poderes sobre los animales pero sabía controlarlos y pocas veces los utilizaba. Vivía junto a su marido, James, su hija de tres años Lana, su hermana Martha y su nuevo marido Argus y su sobrino Cedric. Tenían animales y su vida era pacífica con pocos problemas.

Cedric: Chusco, ven aquí.
Chusco: ¡Miauuu! (Ese pollito me está retando, grrr)
Duriel: ¿Cuando iremos a escalar árboles?
Cedric: Si quieres podemos ir mañana. Hay uno desde el que se ve el  castillo de Wensuland.

Duriel era hijo de Jallo así que era un humanejo, como su madre. Se llevaba muy bien con Cedric y desde hacía meses eran inseparables.


Martha: Pitas, pitas, pitas...Tranquilas chicas, hay para todas. ¡Pomposa! No piques a tu hermana, no seas mala.
Agus: Esas gallinas son poco consideradas. 
Martha: Es Pomposa, que siempre tiene que ser la primera. ¡Uy, otra vez! Pomposa, ¡no seas así!



James observaba como su esposa enseñaba a las niñas como ser Princesas guerreras. Aunque eran muy jóvenes, Ginger les enseñaba algunos trucos. La admiraban y sentía que no las podía ignorar. Aqua, Monix y  Sistri eran hijas de Jallo y Lana hija de Ginger y James. Aunque las hermanas humanejo tenían nueve años cada una, la pequeña Lana jugaba con ellas como una más a pesar de tener tan solo tres añitos.

Ginger: Patada, giro y y mamporro en la cara. Si es pequeño un buen pisotón podría ser una buena estrategia. ¿Habéis comprendido? Al contrincante nunca hay que perderle de vista y jamás infravalorarlo. 
Lana: ¿Nifrarlo que es?
Monix: Significa nunca pensar que es mejor que tú.
Aqua: ¡Anda! ¿Es que no vas a la escuela? Eso significa que no debemos enamorarnos de nuestros contrincantes.
Sistri: Yo pienso que significa que no debemos pensar que lo podemos vencer fácilmente y nos confiemos, ¿no?
Ginger: Exacto, es eso. Entonces...
James: Cariño, vaya patata de lección les estás dando...
Ginger: Tú calla, que no entiendes nada...


James: ¿Dar un pisotón? ¡Pues vaya una estrategia!
Ginger: Pues sí. Imagina que tiene un cayo de esos que duelen mucho...Bueno, aquí termina la lección. Recordad que mientras no seáis mayores de edad lo mejor es pedir ayuda a los mayores.


Jallo llegó seguida de Anna y Steve. Martha levantó el brazo y la saludó.Duriel salió corriendo a avisar a sus hermanas. 

Duriel: ¡Hermanas, madre ya está aquí!
Coneja Jallo: ¡Hola a todos! 
Martha: ¿Se quedarán a comer? ¡Estoy preparando un guiso riquísimo!
Coneja Jallo: No puedo, tengo comida familiar. Se lo agradezco.¿Dónde está Ginger? Estas personas preguntan por ella.
Martha: Está justo ahí.


Cuando sus hijas la vieron venir, fueron a su encuentro. Se abrazaron a ella entusiasmadas. Jallo las abrazó repartiendo besos sobre sus cabezas.

Coneja Jallo: ¿Habéis sido buenas?
Aqua: ¡Sí, madre!
Monix: Ginger nos enseñó como ser Princesas guerreras.
Jallo: Eso es fabuloso, hija.


Marta, Agus y Cedric miraban a Steve y Anna con curiosidad. Su forma de vestir les había sorprendido.

Martha: Jamás había visto ese tipo de ropajes...
Agus: Me recuerdan a la forma de vestir de los bufones.


Coneja Jallo: Ginger, estos forasteros andaban perdidos por el bosque. Dicen que quieren hablar contigo.
Ginger: ¿Conmigo? 
Coneja Jallo: Se hacen llamar Anna y Steve.
Anna: Es un placer conocerla. 
Steve: Lo mismo digo.
Ginger: ¿Les conozco?
Anna: No...pero nos envía alguien que conoce muy bien.


Los hijos de Jallo miraban a Steve fijamente. No perdían detalle de cada gesto y movimiento que hacía. Steve se puso muy nervioso. 

Steve: Hola, majos...


Ginger: ¿Quién os envía?
Anna: Selena, ¿la conoces?
Ginger: ¡Selena! Pues claro, somos amigas. ¿Sois amigos de ella?
Anna: Sí, se puede decir que sí.
Ginger: Pues entonces sois bienvenidos a mi hogar.


Anna: Muchas gracias, Ginger.
Ginger: Esta es mi familia. Mi hija pequeña Lana, mi marido James, este es mi sobrino Cedric y aquellos son mi hermana Martha y su marido Agus. ¿De dónde sois?
Anna: Pues...somos de por aquí pero nos dejamos ver muy poco...¿Verdad, Steve?
Steve: Verdad verdad.


Steve no podía concentrarse en la conversación. Notaba la mirada de los conejos en la nuca y se le erizaba el pelo. Aquellos seres le daban repelús. 

Steve: Que majos son...


Anna: Tenemos algo importante que comunicarte. Selena te necesita.
Ginger: Vaya, en ese caso no perdamos más el tiempo. Entremos en casa y me cuentan con tranquilidad de que se trata.
Steve: Sí, por favor...estos conejos me están poniendo de los nervios...
Coneja Jallo: Nosotros nos vamos, Ginger. Nos vemos mañana.
Ginger: ¡Adiós, Jallo!


Steve: Adiós amiguitos...espero no volver a veros nunca más...¿Que mirarán tan fijamente?


Coneja Jallo: Vamos hijos, en fila india. 


Martha: James...¿Quiénes son esos?
James: Son amigos de Selena. No los había visto nunca.
Cedric: Yo quiero vestir igual que ellos.
Lana: ¡Ño tambén!
Martha: Espero que no sean portadores de malas noticias. Desde que SAM murió estamos viviendo una tranquilidad maravillosa. Cuando recuerdo el tiempo que estuve prisionera...
Agus: No pienses en eso, amor.
James: Confiemos que no sea nada...


Ginger: Pasen, pasen. Hoy no hace un día especialmente frío pero se agradece estar bajo techo.
Anna: Que casa tan bonita.
Ginger: Gracias. Perteneció a mis abuelos pero está completamente restaurada. Se quemó...bueno, la quemaron y la hemos tenido que reconstruir prácticamente desde cero.
Steve: Es mejor que mi piso. Yo tengo la cama, un armario, una ridícula cocina y una televisión en muy pocos metros.


Ginger: ¿Que es una televisión?
Steve: Es una caja en la que se ven películas, series, documentales...la gente habla y explica historias y noticias.
Ginger: No lo comprendo...¿Como un teatrillo?
Steve: Algo así...


Anna: Que bien huele.
Ginger: Mi hermana está preparando su guisado especial. ¿Deseáis tomar algo? Tengo cerveza.
Steve: ¡Cerveza! Sí, te lo agradecería.
Anna: Sí, estamos sedientos...


Steve: Tengo una sed de caballo.
Ginger: ¡De caballo! ¡Jajajajajajajaja! ¡Que divertido es! ¿Eres bufón?
Steve: ¿Bufón? No...


Ginger: Pues seguro que se le daría muy bien. Aquí están las cervezas.
Steve: ¡Que buena pinta!
Anna: Gracias, Ginger.


Ginger: Bueno, ¿en que puedo ayudar a Selena?
Anna: Es una historia un poco extraña...cuesta de creer.
Ginger: Estoy curada de espanto, no se preocupe. Si yo le contara las cosas que he vivido...


Anna: ¿Conoce a un mago oscuro llamado SAM?
Ginger: Claro, todo el mundo lo conoce. Sembró el terror enWensuland pero hace mucho tiempo que fue derrotado por la Reina. Murió en aquella batalla final.
Anna: Pues está vivo.
Ginger: No puede estar hablando en serio...
Steve: Yo he sufrido la ira de ese ser monstruoso y Anna también. 


Ginger: Pero esto debo comunicárselo a la Reina. ¡Debemos preparar a todos para una nueva guerra!
Anna: No es tan fácil. SAM está vivo pero en un futuro muy lejano. Ahora está muerto.
Ginger: ¿Está vivo en un futuro? ¿Cómo pueden saber eso?
Anna: Nosotros venimos del futuro. Selena nos envió para buscarte...y que te vengas con nosotros y nos ayudes a encontrar a la elegida en el futuro. 
Steve: Dice que es la única que puede acabar con él y que sin ti no la encontraremos.
Ginger: No comprendo nada...todo esto me parece una broma de mal gusto...
Anna: No bromeamos. 
Ginger: ¿Y cómo es posible que Selena siga viva en ese futuro?
Anna: Resucitó, no sé la razón. Por lo visto su misión es acabar con SAM y te necesita. Mi novio está poseído por el alma de SAM y si no hacemos nada...se perderá para siempre.
Ginger: ¿Y cómo vamos a viajar al futuro? ¡Yo no quiero perder a mi familia!
Steve: Selena nos dijo que pasada una semana de nuestra estancia en el pasado, regresaremos sin más al futuro. Si te encuentras con nosotros, también viajarás. 
Ginger: ¿Dónde está Selena? Me lo podría decir ella misma...
Steve: Dijo que ella no podía volver al pasado...


La familia de Ginger entró en la casa e interrumpió la conversación.  Ginger no sabía si creer lo que Anna y Steve le habían contado pero debía ser precavida. 

Lana: ¡Mamá!
Ginger: ¡Hola, pequeñaja!
Cedric: ¿Puedo saber de que hablabais?
Ginger: Es confidencial.
Cedric: ¡Odio que me trates como a un nño!
Ginger: ¿Odias que te trate por lo que eres? Pues te trataré como a una niña.
Cedric: ¡Tonta!
Ginger: ¡Niña!
Martha: ¡No discutáis! Un respeto por los invitados. ¿Desean quedarse a comer?
Anna: Pues...
Steve: ¡Pues claro! 
Martha: ¡Estupendo! 


Fueron sacando bandejas con deliciosos manjares. Martha seguía removiendo su guiso mientras que Agus traía más platos.

James: Ginger, ¿debo preocuparme?
Ginger: Oh, no te preocupes cariño. Todo está bien.
Cedric: Yo quiero tener ropa igual que la suya.
Steve: Mola, ¿eh?



Anna: ¿Nos ayudarás?
Ginger: No parece que mienta, así que os ayudaré. Antes tengo que hablar con la Reina y también con Pez...necesito que me explique algunas cosas.
Anna: Te lo agradezco tanto...

Anna se puso a llorar. Ginger no se esperaba esa reacción y en seguida sintió lástima por ella.

Ginger: No llore, se lo ruego. Todo se solucionará. Hemos acabado antes con ese indeseable y lo volveremos a hacer.


Martha: ¡Esto está listo! Agus, voy para allá con la olla, haz sitio en la mesa.
Agus: ¡Eso está hecho! 
Cedric: ¡Que bien huele!
Steve: Mi estómago ruge como un león.


Ginger: Mañana iremos al castillo de Wensuland. Hablaremos con la Reina, ella debe saber lo que está ocurriendo y si esto supone una amenaza para nuestro tiempo. Esta noche os quedaréis a dormir aquí y mañana seguro que la Reina decide alojaros en el castillo. 
Anna: Gracias, no sabes lo que te lo agradezco...
Ginger: Ahora debéis reponer fuerzas y descansar. Mañana será otro día.


Continuará...

2 comentarios:

  1. Bueno, de nuevo la historia de Sam. Debo admitir que apenas me acordaba de lo que había pasado en el último capítulo, pero poco a poco he ido recordándolo. Me da pena pensar en lo bonitos y libres que eran antes los bosques y lo controlados y empobrecidos que están ahora... Cuando leo textos antiguos, siempre se hacen menciones a bosques como el que Ana y Steve han tenido que atravesar para buscar la casa de Ginger, quien me cae muy bien, al igual que Jallo y sus hijitos; pero debo confesarte que yo también me sentiría un poquito incómoda ante ella, pero seguro que en cuanto empezase a tratar con ella se me pasaría. Jajajaja, es que no es muy normal ver a un humanejo, cómo me he reído con ese nombre. Sin embargo, aunque quiero que les salga bien, no consigo empatizar con ana y Steve porque en parte pienso que Ana se merece lo que está pasando por haber hecho esa travesura en el museo; pero a ver cómo termina todo. Estoy deseando saber quién será la elegida... ¡Está muy emocionante!

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  2. ¡Ya me he leído el capítulo! Me encantaaaaaaa esta historia y me gusta muchísimo la manera en que escribes y narras. Hay mucha calidad en todo lo que escribes. Quiero comentar muchas cosas que me han hecho reír. Sobre todo algunos comentarios de Steve y Ginger. Por ejemplo, cuando Steve se pregunta que mirarán los humanejos y le dan escalofríos, jajajajajajaja. Son graciosísimos la familia de Jallo. Todos en fila india. Y como Caris les enseña a ser princesas guerreras a las niñas. Lana es monísima tan pequeñita. Seguro que en el futuro es una princesa importante. Me encantaría conocer toda la historia de estos personajes de generación en generación. Duriel también me ha caído bien. Cedric ha encontrado un buen amigo en él. También me hizo mucho reír cuando Ginger le pregunta a Steve si es bufón, jajajajajajaja. Y mientras Martha con las gallinas y sus guisos. Y James picando como siempre a Ginger. Son fotos todas tan tiernas. Los personajes rebosan ternura y felicidad que transmiten. Después de todo lo que pasaron, se lo merecen.
    Pues ya le han contado a Ginger toda la que hay liada en el futuro con SAM. No lo ha pensado mucho aunque no quiere dejar a su familia, parece dispuesta a ayudarlos. Anna tiene ya sus dudas respecto a Michael y no es para menos. En cambio, Steve está ahí siempre adorando a Anna hasta sudorosa y cansada. Ainsss, me gustaría que terminasen juntos. Yo con el poseído no puedo. Me ha hecho gracia el comentario de Sinéad que no empatiza con Anna y Steve por lo del museo. ¡Pobrecitos! Si toda la culpa fue del otro, Anna solo lo siguió en la travesura. Y Steve es completamente inocente. Ya verás como al final les coges cariño. Dani tiene que trabajar en ello. Muéstranos más de estos personajes y estoy segura de que conseguirás que al final empatice con ellos.
    Esto se pone cada vez más interesante. Espero que nos deleites pronto con otro capítulo.
    Un besote

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