lunes, 25 de marzo de 2019

Mi vida ahora - Capítulo 10: Ficha policial


Mercedes Clická era la primera periodista que había llegado a la comisaría. Sabía que en breves minutos, trasladarían al Chris a ese lugar. Era la noticia bomba del momento, otra clack maltratada por su pareja. La gente estaba cansada de tantos casos de maltrato a las clacks y se estaban empezando a calentar los ánimos. Consciente de todo esto, decidió acudir junto a su inseparable compañero Paco, el cámara.

Mercedes Clická: Estamos a punto de presenciar la entrada a la comisaría del presunto agresor.



Chris: ¿Cámaras de televisión? ¡Lo que faltaba!
John: No te detengas.
Mercedes Clická: ¡Una pregunta! ¿Se declara inocente o culpable?


Mercedes se acercó a Chris, pero John se interpuso.

John: Por favor, no se acerque al detenido.
Mercedes Clická: Solamente quiero saber si se considera inocente.
Chris: ¡Soy inocente! ¡Ha sido culpa de la loca de su madre! ¡Ella le come la cabeza!
Mercedes Clická: ¿La madre? ¿Considera a la madre culpable de lo ocurrido?
John: Ya es suficiente.


Mercedes Clická: El presunto agresor alega que la madre de la víctima es la culpable. ¿Habrá algo cierto en sus palabras? ¿Intenta exculparse?


Agente García: Muy bien, Levis. espera un momento y te podrás ir.
Levis: Joer macho, menuda pesadilla.
Agente García: La pesadilla es para mi, que te tengo que ver la jeta todos los santos días. A ver si te enderezas y dejas de hacer el tonto.
Levis: Lo que tú digas. 


John entró junto a Chris. 

Agente García: Hola John. ¿Este es el detenido?
 John: Sí, creo que tenemos la ficha por ahí.
Agente García: Deja que lo mire. ¿Su nombre?
Chris: Chris Revuelta.
Agente García: Sí, te tengo. Vaya, veo que tenemos que rellenar algunos datos más. Te haremos una ficha más específica. Ya lo puedes meter, John. Por cierto, ¿que tal Sabrina y el niño?
John: Muy bien. ¿Y Helen y los niños?
Agente García: De maravilla. 


John abrió la puerta de la celda y Chris se sorprendió al ver tanta gente. Todos tenían pintas de macarras y de tener muy malas pulgas.

John: Lo siento, estamos faltos de espacio. Tendrás que compartir celda con estos caballeros hasta que te traslademos.
Chris: Vale...


John cerró la peurta con llave y lo dejó ahí dentro.

Pinhead: ¿Qué miras?
Chris: ¿Yo? Nada.
José: Tengo ganas de partirle la cara a alguien.
Jacinta: Oh, qué macho.


Fuera, El Petas y Fune esperaban el momento idóneo para poder liberar a Chris y Pinhead. Se conocían de varios trapicheos y quedaron para urdir un plan. No se calentaron mucho la cabeza. Compraron una sierra especial con la que pretendían serrar los barrotes de la celda.

Fune: No pienso dejar que mi Pinhead vaya de nuevo a prisión.
El Petas: Chris es mi colega y entre los colegas nos ayudamos. Tenemos muchos planes de futuro.


Se acercaron a la ventana de la celda y mientras Fune vigilaba, El Petas llamó a su amigo.

Chris: ¡Petas!
El Petas: ¡Bro!
Chris: Me han pillado, colega.
El Petas: No te preocupes, te sacaré de ahí. Tengo un plan infalible.


Los padres y la hermana de Pinhead se dirigían a la comisaría. Ramona estaba muy enfadada con su hijo. Creía que ya había entrado en razón y dejaría la delincuencia atrás, pero no era así. 

Ramona: ¡Le voy a dar un par de collejas que le dolerá la cabeza en semanas! Pagar una fianza, con lo que cuesta ganar el dinero...


Sandy: Ya sabes como es, mamá.
Ramona: Nena, vete a la carnicería y la abres. Tu padre y yo nos encargamos de esto.
Sandy: Pero...
Ramona: Hija, me tienes que ayudar un poco, por favor...


Ramona entró a toda velocidad a la comisaría. Su marido la seguía sin abrir la boca. Sabía que cuando su mujer estaba enfadada, era mejor mantenerse en silencio y no tentar a la suerte. Cualquier cosa que diga, puede ser usado en su contra.

Ramona: Buenas agente García, vengo a sacar a mi hijo. 
Agente García: ¿Otra vez, señora Ramona?
Ramona: Pues sí, no me queda otra.


Agente García: Parece que su hijo no aprende. Deje que mire en el ordenador. Ajá, aquí lo tengo. La fianza asciende a dos mil cleuros.
Ramona: Aquí tiene. Dese prisa, que tengo la carnicería por atender. Tengo unas ganas de cantarle las cuarentas al cabeza perdida de mi hijo...


Unos hombres estaban sentados en la sala de espera. Lucían muchos tatuajes y tenían cara de pocos amigos.

Ramona: ¿No piensa levantarse y dejarme asiento?

Uno de los hombres la miró sorprendido. Le dio miedo y se levantó sin pensárselo.

Ramona: Muy amable.


Agente García: Su hijo ya sale, señora Ramona.
Ramona: Este hijo mío me hace perder dinero y tiempo. Entre la mujerzuela esa con la que sale y sus amistades, no hay manera de que entre en razón.


Agente: Pinhead, tus padres están aquí. Han pagado tu fianza.
Pinhead: ¿Le pueden decir a mi madre que saldré más tarde y que me espere en casa? Me dará una somanta de palos cuando me vea...
Agente:Pinhead, que salgas.
Pinhead: Vale vale...
Agente: Chris, acompáñame. 


Fune y El Petas vieron lo ocurrido. Fune empezó a saltar de alegría.

Fune: ¡Mi novio es libre! Lo siento colega, pero yo me las piro.
El Petas: Eso no vale, ¡somos un equipo!
Fune: Yo paso de meterme en jaleos por tu colega.


Fune salió corriendo muy emocionada. El Petas no podía contener la rabia.

El Petas: ¡No me dejes solo! ¡Fune!
Fune:  ¡Ahí te quedas, pringao!
El Petas: ¡Traidora!


Agente García: Señor Pinhead, deberá acudir cada día a comisaría y firmar hasta que llegue el día del juicio.
Pinhead: ¿Todos los días? ¡Los maderos sois unos plastas!
Agente García: Tiene suerte de tener una madre que se preocupe por usted.


Ramona agarró a su hijo de los pelos y tiró con fuerza. Seguidamente le dio dos capones en la cabeza.

Pinhead: ¡Ay! ¡Mamá!
Ramona: Me tienes contenta, Pinhead. ¡A partir de ahora trabajarás en la carnicería o te juro que no te saco más las castañas del fuego!
Pinhead: ¡Juro que me portaré bien!


Salieron de la comisaría y su madre comenzó a darle bolsazos.

Ramona: ¡A partir de ahora las cosas van a cambiar! 
Pinhead: ¡Ay, no me pegues más!
Ramona: ¡Te mereces esto y mucho más!¡Tiiiraaa para casa! No pienso dejarte salir hasta que no endereces tu vida. ¡Trabajarás en la carnicería sin ganar un cleuro!
Pinhead: ¡La carnicería me aburre!
Ramona: ¡No me repliques!

Fune veía lo que estaba sucediendo en la distancia. Ansiaba estar con su novio, pero esperaría a la noche. Se colaría por la ventana de su habitación y pasarían la noche juntos.


Rose: Chris, ponte en aquella pared, por favor. Tengo que actualizar tu ficha policial.
Chris: Vale...
Rose: te haré una foto, ¿vale?


Chris: ¿Me pongo aquí?


Rose: Sí, ahí estás bien. ¡Perfecto! Ahora te tengo que tomar las huellas dactilares. 


Chris: ¿Pongo el dedo ahí?
Rose: Exacto. Ahora deja la huella en ese papel. Genial, ha sido muy rápido. 
Chris: ¿Y ahora que hago?
Rose: Ahora vamos a ver a John y te contará como está tu situación actualmente.
Chris: Eso ya lo sé, bien jodida.
Rose: Bueno, no seamos pesimistas. 


Rose acompañó a Chris hasta el despacho de John, que los estaba esperando frente al ordenador.

Rose: John, te traigo a Chris.
John: Ah, perfecto. Gracias Rose. Chris, siéntate por favor.
Chris: Gracias.


John: Vamos a ver...Estuviste en prisión dos años, por robo con intimidación y pertenencia a banda armada. Anteriormente habías cometido delitos menores y se te condenó a servicios sociales.
Chris: Sí, limpiar las calles. Le vine bien al ayuntamiento.
Rose: Mejor eso que estar encerrado.


John: Bien. Ahora tenemos que añadir a todo eso dos delitos más. Robo y violencia de género.
Chris: No quise hacer daño a mi novia, fue un accidente.
John: Le empujaste por accidente.
Chris: Es que fue en un momento de confusión.
John: ¿Robaste todas esas monedas de oro?
Chris: No, simplemente me las llevé por equivocación.


John: Explícate.
Chris: Nada, que me llevé una bolsa para meter ropa mojada y no sabía que estaban esas monedas dentro.
John: ¿No te extrañó que pesase tanto?
Chris: La ropa mojada pesa, tío.
Rose: Ya.


John: Chris, esto es serio. Puedes pasarte muchos años encerrado.
Chris: ¡Fue todo un malentendido, maldita sea!
Rose: Tranquilo.
Chris: ¡Soy inocente! ¡Es la bruja de la madre de mi novia! ¡Se lo inventa todo!
John: Chris, hay muchos testigos. Los dueños de la casa lo han visto todo y por si todo eso fuese poco, hay una grabación en la que se te ve robando las monedas de oro.
Chris: ¡Todos mienten! Ese vídeo es un montaje.
John: Necesitas un buen abogado.


Chris se levantó enfadado. Estaba esposado, pero podía suponer un peligro en ese estado de nervios. 

Chris: ¡Soy inocente! ¡Vosotros los maderos os creéis los reyes del mundo! ¡No sois mejores que yo! ¡Dejarme ir!
John: Por favor, intenta mantener la calma.
Chris: ¡No me da la gana!
Rose: Será mejor que vuelvas a la celda.
Chris: ¡Soy inocente!


Rose lo agarró para llevárselo de nuevo a la celda.

John: Tienes que calmarte y decir la verdad, Chris. Si colaboras, todo irá mejor.
Chris: Vete al infierno.
Rose: Me lo llevo. Vamos, chico malo. 


Sus conducía el coche familiar. Wenda estaba sentada de copiloto, llorando como una magdalena. Suselle y Dante estaban sentados en los asientos traseros. Pinky y Pandy en la parte de atrás. 

Sus: Tienes que intentar reponerte, mamá.
Wenda: Lo intento, pero es muy duro. De pensar que debe estar por ahí solo, sufriendo...debería haberme permitido ir con él.
Sus: Lo sé, mamá. Sabes lo mucho que te quería, pero era algo que quería hacer solo...

 La marcha de Duclón desoló a todo el mundo, especialmente a Duclack. Aquel no era un buen momento para la pirata. Wenda no podía soportar la idea de perderle para siempre.


Silvia había pedido a Agnes y Artemisa que la acompañasen. Había quedado con Ben para dar un paseo. Irían con ella y luego se acercarían al hospital. A la señora Hermenegilda la habían ingresado en el hospital por una subida de azúcar.

Agnes: Ahora nos pasaremos a verla.
Artemisa: Es que no me extraña nada que esté así. ¡Se pasó comiendo dulces!
Silvia: Santa paciencia para aguantar a esa señora. Yo no sería capaz, chicas. Me colapsa con tantas enfermedades y no para de hablar. Deberíamos haber prohibido la entrada a la cafetería a señoras pesadas con un cartelito en la entrada del estilo, "no se admiten abueliñas pesadas".


Agnes: Aí falaches!

Se echaron a reír a carcajadas.

Artemisa: Ay chicas, estoy nerviosa. Hoy sabremos si esa crítica culinaria ha dicho algo de la cafetería y si es bueno.
Agnes: ¿Lo dice en el periódico que has comprado?
Artemisa: Sí, aquí escribe sus artículos.


Silvia: Espero que sea una critica positiva o al menos constructiva.
Agnes: Claro, que podamos mejorar en aquello que fallamos.
Chino Juan: ¡Señolita Silvia!


Se dieron la vuelta y ahí estaba Chino Juan. Llevaba consigo dos maletines.

Silvia: Señor Chino Juan.
Chino Juan: Disculpe las molestias, pelo tengo otla ofelta que hacele.
Silvia: Es usted muy persistente.


Chino Juan le enseñó los dos maletines plateados.

Chino Juan: Están lepletos de dinelo. Si acepta, son suyos. Es el doble de lo que le oflecí la plimela vez.
Silvia: Es usted muy generoso pero sigo sin querer vender. Esa cafetería es importante para mi. Me he dejado la piel para convertirla en una realidad y si la vendiese, estaría vendiendo parte de mi.
Chino Juan: Pelo...
Silvia: Lo siento, pero sigo sin querer vender.


Se marcharon y dejaron al "pobre" Chino Juan desolado.

Artemisa: Ese hombre no se rinde. 
Silvia: El dinero requiere tres cosas, saberlo ganar, saberlo gastar y saberlo despreciar. De momento, me quedo con mi cafetería.
Agnes: Eso nos hace muy felices, ¿verdad Artemisiña?
Artemisa: Mucho.


Silvia: Bueno, chicas. Ha llegado el momento de leer la crítica. ¡Estoy de los nervios!
Artemisa: Yo también...
Agnes: Vamos, salgamos de dudas.


Artemisa abrió el periódico y buscó la sección de la crítica. Tragó saliva y se puso a leer.

"Naturalidad, transparencia e implicación con el negocio. Sus camareras, atentas y muy simpáticas procuran que el cliente se sienta como en casa, y a pesar de los evidentes nervios por la inauguración, todo salió a las mil maravillas. Es un lugar acogedor, elegante y muy tranquilo.Pude degustar sus deliciosos dulces, distintos y que no dejan indiferente a nadie. Con cada bocado, descubres una nueva sensación. Su extensa carta de tés, cafés e infusiones te invita a viajar por el extraordinario mundo de los sabores más exóticos y por los más clásicos. Tienen un café, una infusión y un té para cualquier estado de ánimo. Descubrí que hay manchas de té que desaparecen. Se está mejor que en casa, que ya es decir. Sin duda, un lugar extraordinario en el que repetiré muchas veces".


Las tres saltaron y se abrazaron felices.

Silvia: ¡Ha sido todo un éxito!
Agnes: ¡Le hemos gustado mucho!
Artemisa: ¡Hacemos buen equipo!


Silvia: Esto hay que celebrarlo. Mañana por la noche, salimos las tres de fiesta. ¡Se lo tengo que contar a Ben! Estoy tan feliz, chicas. 
Agnes: Y nosotras, es un reconocimiento público muy bonito.
Silvia: Por cierto, tenemos que contratar a otra persona. No os quiero tener todo el día trabajando. 


Continuará...

1 comentario:

  1. ¡Qué capítulo tan intenso! Me encanta que esté lleno de diversas historias. Me ha gustado mucho el final. Qué bien que la crítica haya hablado bien de la cafetería de Silvia. Por cierto, no sé si es otro personaje distinto a Silvia, pero ahora me cuesta mucho acordarme de quién es Raquel o a lo mejor te has confundido con el nombre, jajajajaja. Pero me encanta, me encanta cómo están construidos los personajes. Me gusta mucho el momento de la comisaría, cómo Pinhead sale a bolsazo limpio por su madre, qué bueno, tan chulito tan chulito y luego se acobarda ante su madre, jajajajaja. Luego qué traidora Fune, pero es normal. Qué esperar de la gente de ese mundo, jajajaja. Luego me da mucha pena Wenda. Yo tampoco entiendo nad,a pobrecita. Y Silvia pensando en Ben en varias ocasiones... Y qué risa con lo de la señora Hermenegilda, que la han tenido que ingresar por una subida de azúcar, jajajajaja. Ay, hablando de azúcar, voy a desayunar ya, que me toca ahora a las siete y media. Enhorabuena por este capítulo, ay, que también me he reído con las absurdas mentiras que se inventa Chris para justificar su robo. Nada nada, ése tiene que pudrirse en la cárcel. Creo que quien nace Delicuente, es muy difícil que cambie.
    Muchas gracias por esta historia. ¡Espero ansiosa otro capítulo!!

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