jueves, 19 de noviembre de 2015

En busca del Ogro


El intrépido y valiente pirata Hércules, les propuso a sus amigos Wen y Sus vivir una aventura. En lo más profundo de un bosque se encontraba la morada de un Ogro feo y malvado. 

- ¡Será emocionante! -exclamó Wen entusiasmado con la idea. 

El pequeño Pandy no quiso perderse esta gran aventura y se apuntó de inmediato. Llegaron al bosque y caminaron siguiendo la corriente del río y las instrucciones de Hércules.

- ¡Vamos, que os quedáis atrás! 

Saltaban de roca en roca para no caer al agua. Hacía frío y el agua estaba helada. Pandy saltaba con sus patitas cortitas y afortunadamente no cayó al agua.


- Este bosque es precioso, Wen -admiraba Sus observando la hermosura del paisaje.
- Hemos hecho bien apuntándonos a esta aventura -le dijo mientras saltaba cruzando el río.


Aquel bosque tan grande parecía ocultar secretos y tesoros escondidos. Se respiraba la magia junto a las fragancias de las flores y la humedad del bosque.

- Creo que es por aquí -Hércules caminaba el primero guiando a los dos hermanos y al pequeño panda.
- ###### (Esperad, que tengo las patitas muy cortas) -se quejaba Pandy cansado.
- ¿Te llevo en brazos, Pandy? -Sus se ofreció cariñosa. Adoraba a su querido amigo panda.
- ####### (No es necesario, ya soy mayor y puedo solo) -Aunque Sus no lo entendió, supo que prefería ir solo.


- ¡Mirad, he llegado hasta esta enorme roca! -les decía Sus a los demás.
- Cuidado no te caigas al agua -le advirtió Hércules -que está helada y te resfriarás. 



En ocasiones debían alejarse del río para poder seguir el camino. La vegetación se interponía en su camino y les complicaba avanzar con más libertad. Hércules intentaba evitar las zonas más densas de vegetación y les tocaba escalar y subir algunas montañas.

- Estoy agotada -confesó Sus secándose el sudor.
- Todavía nos queda camino por delante. Cuando pasemos por esta zona de montañas, descansaremos un rato -Pandy por poco salta de alegría. No quería confesar que estaba muy cansado y necesitaba un descanso. 
- Ese Ogro debe sentirse muy solo viviendo en un lugar tan apartado -Aunque a Wen le estaba gustando mucho aquel bosque, imaginarse viviendo allí solo le asustaba.


Llegaron a una de las zonas más elevadas y pudieron contemplar aquel fabuloso paisaje. Pájaros volando en libertad, árboles coloridos, el río, los animales del bosque...

- ¿Veis aquella cascada de allí? -Hércules señaló a lo lejos y todos asintieron -Pues ahí vive el malvado ogro.
- ¿No será peligroso que nos vea? -A Sus la idea ya no le parecía tan divertida.
- Nos esconderemos. Si no nos ve, no pasará nada -la tranquilizó.


Siguieron avanzando y de nuevo llegaron hasta el río. Se estaban acercando poco a poco a la guarida del Ogro. Los pocos que lo habían visto, contaban que era feo y espantoso. Aseguraban que era malo y peligroso, por lo que no aconsejaban acercase a él. 

- ¿Es muy feo? -quiso saber Sus.
- ¡Es lo más espantoso que he visto nunca! -les aseguró.
- ¿Más feo que un gato pelado? -preguntó Wen riendo.
- Más feo, todavía -afirmó el pirata.
- ##### (Pues no tengo claro que lo quiera ver...) -A Pandy le espantaba imaginar tan horrible ser.


En ocasiones, cruzaron el río para poder seguir avanzando. Mediante unas ramas, debían pasar intentando no caer al agua.

- Ay, que me caigo -Sus avanzaba agarrada a un tronco para no caer al agua.
- Wen, ¿has visto cuantos peces? -le preguntó Hércules.
- ¡Ayuda! -pidió Sus asustada.
- ¡Es verdad! Cuantos peces. Algunos son enormes. ¿Serán tiburones? -Wen reía mientras que su hermana gritaba histérica pidiendo ayuda. 
- ¡Ayy, no me asustéis!
- Vamos, Sus. No te preocupes que era broma. Aquí no hay tiburones -la tranquilizó Hércules.
- Venga hermanita, que tú puedes -le animó Wen.


Finalmente llegaron al lugar dónde vivía aquel terrible Ogro. Se trataba de una enorme cueva situada en lo alto de una montaña. De aquella cueva emanaba una gran catarata de aguas cristalinas. 

- Ahí vive el Ogro.
- Empiezo a tener algo de miedo -confesó Sus.
- No nos ocurrirá nada malo, no te preocupes -Hércules era muy valiente y parecía no temer a nada ni a nadie.


Subieron la montaña con mucho cuidado. La cueva estaba situada en una parte alta de aquella montaña. El acceso no era precisamente fácil. Debían ir con mil ojos para no tropezar y caerse.



Hércules se detuvo alertado. 

- Un momento -les ordenó.

Sus, Wen y Pandy se detuvieron silenciosos. Caminaban mojándose los pies en aquellas aguas cristalinas y frías. Para acceder a la morada del ogro, era preciso mojarse un poco. 

- ¿Qué ocurre? -quiso saber Wen.
- El ogro ha gritado. Sabe que estamos aquí -aseguró a sus amigos.


El temible ogro se estaba dando un refrescante baño en las aguas de su cueva. Solía bañarse una vez al día y era su momento preferido. Solía cantar canciones y jugar con los peces que se acercaban hasta él. 

- ¡Patám, patám, patúm, soy el Ogro más guapo del bosque! ¡Patám, patám , patúm, el señor de esta cueva! ¡Ayyyyyy, pero que bello y guaaAAaaaAAAaapo soy!

Cantaba terriblemente mal, pero nadie se lo había dicho nunca. Una vez una ardilla le tiró un piña a la cabeza en señal de protesta ante su horrible canto, pero no se percató.

- Me apetece salir a comer moras -dijo en voz alta.

Vivía completamente solo y así era la mar de feliz; al menos eso era lo que él quería creer. Odiaba a la gente y no le gustaba la compañía de los humanos.


Decidió salir al exterior para atiborrarse de moras y cantar al aire libre. Fue entonces cuando se percató de la dulce fragancia que invadía el ambiente.

-¡Recórcholis, que bien huele!

Olisqueó el aire intentando averiguar de dónde procedía aquella fantástica fragancia.Salió al exterior y el olor se intensificó.



Pensó que podrían ser las moras. Desesperado gritó al viento.

- ¡Allá voy, moras! -exclamó hambriento.

De un gran salto, salió al exterior. Hércules y Wen se prepararon para defenderse, pero el ogro no se percató de su presencia y siguió su camino.


- ¡Qué susto! -dijo Sus tocándose el pecho nerviosa.
- Es espantoso, tenías razón. Jamás había visto un ser tan feo -Wen estaba muy sorprendido y fascinado.
- Se marcha. Vamos a seguirlo, a ver a dónde va.


- ¡Patám, patám, patúm, soy el Ogro más guapo del bosque! ¡Patám, patám , patúm, el señor de esta cueva! ¡Ayyyyyy, pero que bello y guaaAAaaaAAAaapo soy!


- Su voz me da miedo. Además de ser feo y malvado, tiene una voz horrible -sentenció Sus espantada.
- No me extraña que viva solo en este bosque. Ha ido por ahí, chicos. Vamos, no quiero que le perdamos el rastro -dijo Hércules.




Ogro se estaba comiendo todas las moras que podía. Era un lugar secreto y nadie excepto él sabía la existencia de aquellas sabrosas moras. Las masticaba hambriento y feliz. 

- ¡Patám, patám, patúm, soy el Ogro más guapo del bosque! ¡Patám, patám , patúm, el señor de esta cueva! ¡Ayyyyyy, pero que bello y guaaAAaaaAAAaapo soy! -cantaba al mismo tiempo que comía, por lo que miles de perdigones saltaban en todas direcciones.

Nuestros amigos estaban escondidos, observando al ogro comer totalmente fascinados.

- ¡Qué mal educado! ¡Come con la boca abierta y cantando! -exclamó Sus.


- Shhh, creo que nos ha escuchado -. Todos guardaron silencio asustados.
- ¡Quién anda ahí! -gritó el ogro.

No quería que nadie le quitase sus apreciadas moras, así que se alejó de allí con la firme intención de atrapar a aquellos que lo espiaban. Cuando los vio escondidos espiando lo que hacía, se enfadó mucho.

- Malditos humanos, ¡me queréis quitar mis moras! 
- ¡Nos ha descubierto! -dijo Wen aterrado.



El ogro los persiguió enfadado. Aunque ellos eran más rápidos, el ogro conocía el bosque como la palma de su mano. Corrieron desesperados, de un lado para otro intentando alejarse de él, pero todos sus intentos fracasaron. El ogro los acorraló y no tenían posible escapatoria.


- ¡Os queríais comer mis moras! ¡Pagaréis por ello!
- No, te equivocas. ¡No deseamos comernos tus moras! -le aseguró Hércules. Sacó su cuchillo para defenderse.
- ¡Mentiroso! Los humanos sois todos unos mentirosos.


- Por favor, no nos haga daño -le imploró Sus llorando.
-Prometemos marcharnos para siempre -le aseguró Wen.
- Mentiras y más mentiras. Acabaré con vosotros...¿Eres tú lo que huele tan bien?-Pandy miró sorprendido al ogro. 
-###### (Sí, soy yo lo que huele tan bien. Por favor, no nos hagas daño, señor Ogro).


El ogro observaba  y olfateaba curioso a Pandy. Su rostro enfadado y de pocos amigos cambió por completo. Ahora sonreía contento.

- Eres la cosa más bonita y que mejor huele del mundo -le dijo al pequeño panda.
- ###### (Gracias, señor Ogro. No queríamos molestarle. Observamos que vive usted completamente solo y queríamos ser sus amigos) -le explicó.

Sus, Wen y Hércules no comprendían las palabras de Pandy, pero el ogro  las entendía a la perfección.

- Así es, pequeña cosa. Odio a la gente porque nadie me quiere. Dicen que soy feo pero no ven mi buen corazón. Todos huyen cuando me ven -le explicó triste.


- ##### (Eso es muy triste, señor Ogro. No se preocupe, nosotros seremos sus amigos).

Aquellas palabras de Pandy alegraron al Ogro. Agarró a Pandy con una de sus enormes manos y lo acarició.

- Nunca imaginé que podría tener amigos -Unas lágrimas caían por las mejillas del solitario ser.


Pasaron el día juntos. Descubrieron el gran corazón del ogro, que aunque triste y atormentado por la soledad, albergaba mucho amor en su interior. Compartió sus deliciosas moras con sus nuevos amigos y juntos charlaron y jugaron hasta cansarse. 


Desgraciadamente, debían marcharse de nuevo a casa. Aunque al ogro le entristeció la despedida, sabía que sus nuevos amigos lo visitarían muchísimas veces más.

- Cuídese mucho, señor Ogro. No esté triste, volveremos a verle -se despidió Sus sonriente. 
- Os esperaré con ilusión, amigos. La próxima vez, os enseñaré algunos secretos ocultos de este bosque. Nos lo pasaremos muy bien - Levantó su mano para despedirse y se metió en una cueva -¡Adiós, cosa peluda! 
- ##### (¡Adiós, señor Ogro! -le dijo Pandy triste.


Se hacía tarde y estaba oscureciendo. Debían regresar a casa antes de que anocheciese. Aquella experiencia les sirvió para aprender que nunca se debe juzgar a los demás por sus apariencias. No importa la belleza y el físico, importa el corazón.




Fin

4 comentarios:

  1. ¡Qué relato tan hermoso! Como tantas veces, leer tus historias me pone un nudo en la garganta y los ojos húmedos. Sí, yo también soy un ogro, es difícil no identificarse con ese ser valiente y solitario que vive la vida sintiendo que el mundo es hostil. Sí, yo también quiero tener amigos que me rescaten de mi soledad y hagan mi vida más hermosa. ¡Vamos a ver al monstruo!, parece ser el propósito inocente de nuestros amigos al principio de la historia... y luego es Pandy, el más inocente, el que tiene el corazón más puro, el nexo entre el ogro sin nombre y ellos. Las fotos, como siempre, hacen soñar, ¿de dónde sacas esos paisajes? Supongo que fue haciéndolas como perdiste a Pandy, qué bien que lo recuperases. En fin, que me ha gustado mucho, pero muuuuucho.

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  2. ¡Qué historia tan bonita! Podría ir perfectamente insertada en un libro de cuentos para niños porque la moraleja que tiene es preciosa y además muy cierta. Me gustan muchísimo todas las fotografías. Es que ese lugar es mágico, ¿verdad? Siempre que he estado ahí he sentido cosas muy bonitas que me hacen pensar que en ese bosque hay más vida de la que percibimos con los sentidos físicos. También me encanta todo lo que han vivido los cuatro amigos. Me hace mucha gracia Pandy, pobrecito, tan cansado que estaba. Me acuerdo del accidente que tuvo el pobre, por lo que continuamente esperaba que en cualquier momento se cayese al agua y ese accidente verídico formase parte de la historia jajaja, pero no ha sido así. Cuando Sus ha pedido ayuda, pensaba que era porque Pandy se ha caído; pero he visto que todo ha seguido sin problemas. Que se cayese también provocaría que el fluir de la historia se entorpeciese. Tengo que felicitarte por esta historia tan bonita y también por la forma en que está narrada. Me ha llegado mucho al corazón. ¡Pobrecito Ogro! Me alegro mucho de que se haya hecho sus amigos. ¡Enhorabuena!

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  4. Preciosísima historia, no sé por dónde empezar. El argumento es muy tierno, pobre ogro, me alegro de que al fin haya encontrado a alguien que le quiere. Como sabrás, a mí me encanta esta estética natural y de aventuras, así que esta historia me ha conquistado. Las fotos son fantásticas, sobre todo destacar la de Sus con una cascada detrás, me encanta. ¡Felicidades por la historia! Espero que hagas muchas más de este estilo. ¡Saludos!

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