sábado, 22 de marzo de 2014

Hafida: Capítulo 15 - Te lo prometo


Zayd bebía junto a su hijo. Celebraba  lo que para él era todo un éxito. Había salvado el honor de la familia y su negocio de trata de clacks no podía ir mejor. Pronto Hafida no sería más que un mal recuerdo. Sin embargo, Makin no estaba tan contento como su padre. El rechazo de Hafida le había herido en lo más profundo de su hombría. Se consideraba un hombre irresistible y un gran partido para las mujeres.

Zayd: Hijo, alegra esa cara. Podrás tener la mujer que te plazca. Hafida deseará estar muerta cuando descubra el lugar dónde vivirá. Se arrepentirá por haberte rechazado.
Makin: Lo sé, padre. Esa mujer me ha ofendido como jamás pensé que podría hacerlo. Deseo que su vida sea un calvario. Se merece una vida de desgracias y sufrimiento.
Zayd: Así será, hijo mío. 


Makin: ¿Qué te parece Pamela?
Zayd: Hijo, esa mujer será el deseo de muchos compradores. Hiciste un buen trabajo engañado y trayendo a esa rubia descarada. ¿En serio pensaba que una mujer tan poco respetuosa podría ser tu esposa?
Makin: Fue fácil engañarla.
Zayd: Una mujer de ciudad, de las que se piensan que pueden hacer todo lo que les venga en gana. Mostrando sus encantos y pervirtiendo a los pobres hombres que se topan con ella. La mujer existe para complacer al hombre y servirle, pero no de esa forma tan descarada y poco respetuosa.
Makin: Allá dónde la enviaremos deberá mostrar respeto por los hombres.


Zayd: Mañana llevaremos a Hafida y las demás al punto de encuentro. Allí nos estarán esperando unos jeques deseosos de gastar su dinero en exóticas y preciosas mujeres. Tenemos unas cuantas bellezas por ofrecer.
Makin: Seguro que por Hafida pagan bien. Estoy deseando ver su rostro sorprendido cuando sepa cual es su destino.
Zayd: De todas formas, debemos andarnos con cuidado. Manda a uno de nuestros hombres a que le lleven comida y agua, no quiero que tengan mal aspecto. Mañana mandaré que las limpien y las vistan para la ocasión.
Makin: Luego enviaré a alguien a que les lleve algo de comida. Seguro que estarán pasando mucho calor. El sol está más furioso que nunca.


Zayd: Debemos buscar otra ubicación para las chicas en un futuro. No podemos correr el riesgo a que mueran de calor o quién no deba las descubra. El otro día tu hermana paseaba por aquella zona. Menos mal que uno de nuestros hombres me informó y le ordené que no pasease más por allí.
Makin: Si descubre que Hafida está allí encerrada y que la pensamos vender a un Jeque millonario se interpondría.
Zayd: No lo creo, ahora ya no son amigas. Me preocupa más Hasine, ese viejo podría darnos problemas.
Makin: Piensa que su sobrina se fue a la gran ciudad y lo abandonó.
Zayd: Lo sé, pero no me fío. En cuanto pueda, me desharé de él.


Jessenia quería hablar con su padre sobre algunos detalles de la boda y cuando escuchó la conversación, se escondió. Descubrió lo que su padre y su hermano habían hecho con Hafida y no pudo más que sentirse preocupada y arrepentida por ella. Aunque se habían peleado, la quería como a una hermana. No podía permitir que la vendiesen como si de un animal se tratara. Tenía que hacer algo por ella antes de que fuese demasiado tarde.



Pamela se había rendido. Llevaba horas protestando, intentando convencerse de que aquello era una broma pesada de Makin. Conforme pasaban los minutos se iba percatando de la gravedad de la situación, de lo ingenua que había sido. Le dolían las manos y las piernas de tanto patalear y golpear la puerta. Se sentó en un lugar apartado, alejada de todas las demás. No quería mezclarse con ellas. Aunque estaban en la misma situación, se consideraba superior y se negaba a creer que correría el mismo destino que ellas. Hafida la observaba y decidió acercarse. Aunque su comportamiento había dejado mucho que desear, pensaba que vivir aquel infierno en persona quizás la hubiese hecho recapacitar y se replantease su actitud.


Hafida: ¿Estás bien?
Pamela: En cualquier momento Makin abrirá esa puerta y me dejará salir. Sé que esto es solo una broma.
Hafida: Te estás engañado tontamente. Has sido utilizada y engañada. Estás en la misma situación que nosotras. Cuanto antes lo aceptes mejor.


Pamela se levantó airada. No permitiría que la comparasen con ellas. Debía defenderse, hacerles entender que no eran iguales y que aquello era tan solo una broma pesada.

Pamela: ¡Cállate! Tú que sabrás, ¡no me conoces! Makin está enamoradísimo de mí, ¿lo entiendes? ¡Me ama! Esto es solo una broma y cuando entre a por mí y me deje salir, me reiré en tu cara.
Hafida: ¡No seas ingenua! ¡Te venderán al igual que lo harán con nosotras!
Pamela: No eres capaz de comprender, ridícula. Yo no soy igual que tú, soy como el buen caviar y tú…eres una vulgar sardina. Sabe que como yo, hay pocas mujeres.


Denise agarró a Pamela del cuello y la empujó contra la pared. Pamela palideció de inmediato. Estaba paralizada del miedo y no supo reaccionar.

Denise: ¿Te crees mejor que nosotras? ¡Deja de decir tonterías! Ya puedes dar gracias que soy una mujer pacífica, si no te tragarías mi puño entero. Veo que tienes dos piernas, pelo en la cabeza, dos brazos…imagino que tu sangre es roja, ¿o perteneces a la realeza y es azul? No eres más que otra mujer encerrada contra su voluntad en este lugar…aunque un poco más tonta, sin duda.
Pamela: ¡Suéltame! ¡Socorro!


Llegó la noche. Hafida no podía dormir. Se negaba en rotundo a aceptar ese destino. Quería luchar, necesitaba luchar. Pasó horas pensando una forma de escapar de aquel lugar y finalmente tuvo una idea. No tenía muy claro si funcionaría pero valía la pena intentarlo.


Por la mañana, ocuparon sus posiciones. Si pretendían ganar dinero con ellas, era imprescindible que estuviesen vivas. Indulala y Denise se tirarían al suelo haciéndose las muertas. Hafida y Nazira se colocarían a ambos lados de la puerta y asaltarían al hombre que abriese la puerta y fuese a socorrerlas.

Hafida: ¿Seguro que vendrá ahora?
Denise: Sí, siempre nos traen el desayuno cuando amanece.
Nazira: ¡Escucho pasos!
Hafida: ¡Todas a vuestros posiciones!

Indulala y Denise se tumbaron en el suelo, a la vista de sus captores. Hafida y Nazira esperaban el momento para lanzarse sobre quién les trajese el desayuno. Pamela se mantenía al margen. Aunque hacía ver que no le interesaba, en su interior rezaba para que todo saliese bien.



Al abrirse la puerta no entró ninguno de los hombres de Zayd con comida. Jessenia se había hecho con las llaves golpeando en la cabeza con una piedra al vigilante que custodiaba la zona. 

Hafida: ¡Jessenia!
Jessenia: ¡Por lo más sagrado! ¡Era verdad!
Hafida: ¿Que haces aquí?
Nazira: ¡Tu padre nos tiene secuestradas!
Jessenia: ¡Hafida! ¡Nazira!
Hafida: Jessenia, ¡tienes que ayudarnos!
Jessenia: ¿Que les ocurre a esas chicas?
Hafida: No te preocupes, están bien.



Jessenia se lanzó a los brazos de Hafida y se puso a llorar. La había echado de menos. A pesar de pelearse, la quería como a una hermana. Las dos amigas lloraban abrazadas.

Jessenia: ¡Oh Hafida, lo siento! ¡Perdóname, te lo ruego!
Hafida: Jessenia, perdóname tú a mí...
Jessenia: Te tiré del pelo y te dije cosas horribles...
Hafida: Eso ahora ya no importa, no te preocupes. Debes ayudarnos a salir de aquí. Tu padre...


Jessenia: Debes creerme, amiga mía. Yo no sabía que mi padre hacía estas cosas...y ni muchos menos que te retenía contra tu voluntad para venderte. He venido en cuanto he podido. ¡No permitiré que se salga con la suya!
Hafida: ¿Que piensas hacer?


Jessenia: He golpeado al vigilante con una piedra. Tardará en recuperar la conciencia. Tengo dos camellos amarrados no muy lejos de aquí, escaparéis con ellos. Hay que caminar bastante, pero no podía arriesgarme a ser descubierta con camellos por los hombres de mi padre.

Todas saltaron felices al escuchar esas palabras. Veían luz en un túnel hasta ahora muy oscuro.

Hafida: ¡Eres la mejor!
Jessenia: Debemos darnos prisa, no tardarán en dar la voz de alarma.


Pasados unos minutos, uno de los hombres de Zayd descubrió el cuerpo de su compañero inconsciente en el suelo. Quitó el seguro de su rifle y se puso en guardia.

Tutoh: ¡Pero que narices!

Vio la puerta abierta y se asomó alerta. Las chicas habían escapado.

Tutoh: ¡Maldición! Esto no gustará nada al jefe...



Zayd acudió junto a su hijo y sus mejores hombres cuando Tutoh dio la voz de alarma. Estaba muy enfurecido. Había prometido a importantes compradores material de primera. Clacks preciosas que cumplirían sus más profundos deseos. Si escapaban perdería mucho dinero. También le preocupaba que acudiesen a las autoridades. Si se descubrían sus negocios corruptos, le meterían en la cárcel y se pudriría entre rejas el resto de su vida.

Zayd: ¡Solo tengo hombres incompetentes!
Makin: Padre, no desesperes. 
Zayd: ¡Nuestro futuro está en juego! Debéis atrapar a esas mujeres, a ser posible con vida...pero si no tenéis otra opción, disparad a matar. No podemos permitir que nos denuncien. Sabes que si nos descubren, iremos a prisión.
Makin: ¡Eso no ocurrirá, padre! Las encontraré.
Zayd: Llévate algunos hombres contigo. No quiero que regreses con las manos vacías.

Makin y algunos hombres salieron corriendo siguiendo el rastro de las huellas en la arena.

Makin: ¡No andan muy lejos! ¡De prisa!



Las chicas llevaban mucho rato corriendo sin parar. Encontraron unas palmeras dónde resguardarse del sol y descansar unos minutos. Estaban muy cansadas y nerviosas.

Nazira: ¡Pienso denunciar lo ocurrido en cuanto pueda!
Denise: Yo también lo haré. No podemos permitir que sigan traficando con clacks.
Jessenia: Siento mucho el sufrimiento que habéis padecido por culpa de mi padre. Haced lo que debáis. Si llego a saber lo que ocurría yo misma le habría denunciado. 
Hafida: Jessenia, ¿puedo hablar contigo a solas?
Jessenia: Por supuesto, ¿que ocurre?


Hafida: Comprenderás que denunciar a tu padre es inevitable.Sé que debe ser duro para ti, pero...
Jessenia: Jamás le podré perdonar que te haya hecho esto...tampoco a estas chicas. Siempre imaginé que los asuntos de mi padre eran ilegales pero no hasta este punto...De verdad que siento todo esto...
Hafida: No es culpa tuya. Nos has ayudado, eso es lo que cuenta. Quería comentarte otra cosa. Es sobre Simbat...
Jessenia: Mejor no toquemos ese tema, por favor. Todavía me sigue doliendo tu actitud...pero intento olvidar.
Hafida: Debemos hablar de ello. Tu padre amenazó a Simbat para que se casara contigo.
Jessenia: Eso no tiene sentido, Simbat me ama.
Hafida: Siento decirte esto, pero no es así. Tu padre le amenazó con matar a su padre y también a mi si se negaba.
Jessenia: No...eso no es cierto.


Hafida: Siento provocar este dolor en tu corazón...pero es verdad. Nazira fue testigo de ello. Ya sabes que precisamente ella no tiene razón para inventarse nada así, no somos amigas ni ningún interés en ello. Simbat me ama y yo a él, es así. Puedes volver a tirarme del pelo si lo necesitas o retirarme la palabra, pero es la verdad.
Jessenia: Yo pensaba que me amaba...¿Que más me puede ocurrir en la vida? No podría ser más desgraciada...El amor de Smbat era lo único que me daba fuerzas para seguir adelante...Ya no puedo más, esto es demasiado para mi...


Nazira: ¡Mirad! 
Indulala: ¡Vienen a por nosotras!
Jessenia:¡Es mi hermano y sus hombres!
Hafida: ¡Debemos huir!
Jessenia: ¡Tenemos que llegar a los camellos antes que nos alcancen!


Corrieron desesperadas siguiendo a Jessenia. Pamela estaba asfixiada. Correr sobre esa arena y con el implacable sol brillando resplandeciente en lo más alto era agotador.

Pamela: ¡No sé si podré correr por más tiempo!
Jessenia: ¡Ya falta poco!
Nazira: ¡Nos están disparando!
Hafida: ¡Se han vuelto locos!
Denice: ¡No os rindáis! 



Los hombres de Makin dispararon hasta alcanzar a una de las chicas en la espalda. Nazira cayó al suelo al momento. Pamela gritó alertando a las demás que corrían más adelantadas.

Nazira: ¡Ahh!
Pamela: ¡Le han dado! ¡Han disparado a Nazira!
Hafida: ¡Nazira!
Denise: ¡Malditos!


Se acercaron hasta ella. Hafida la abrazó y examinó la herida. Supo de inmediato que era un herida mortal. De estar cerca de algún hospital habría tenido alguna posibilidad pero en medio del desierto nada se podía hacer por ella.

Jessenia: ¡Estás perdiendo mucha sangre! ¡Debemos llevarte a un hospital!
Nazira: El hospital más cercano está demasiado lejos...Hafida, ¿es grabe? Me duele mucho...
Hafida: Nazira...
Nazira: No me mientas...
Hafida: Sí...es muy grabe.
Nazira: Voy a morir...en mitad del desierto...
Hafida: No te abandonaremos.
Denise: ¡Cargaremos con ella!
Pamela: ¡Se están acercando! ¡Debemos marcharnos ya!


Nazira: No, soy una carga y nada podéis hacer ya por mi.Os alcanzaran y moriremos todas...ya no siento dolor...
Hafida: ¡No te abandonaré! Entre todas te llevaremos, ¡podemos conseguirlo Nazira!
Denise: ¡No te rindas!
Hafida: Venga, te ayudaré.
Nazira: Hafida, es inútil...Quiero pedirte perdón por todas las veces que te he tratado mal...te envidiaba. Veía el amor entre Simbat y tú, que aunque no os declararais vuestro amor, tenía claro que os amabais. Tu amistad con Jessenia, tus aventuras en el extranjero...te envidiaba por todo y deseaba ser tu amiga...
Hafida: Nazira, ya eres mi amiga. Aunque me dijeses que no querías serlo. No te mueras, por favor...
Pamela: ¡Se están acercando!
Nazira: Hazme un favor. Cásate con Simbat, sé feliz. 
Hafida: Lo haré, te lo prometo.
Nazira: Haz que los hombres que nos han hecho esto lo paguen, por favor...
Hafida: Lo haré, aunque sea lo último que haga.
Jessenia: Yo también...
Nazira: Iros, no dejéis que os atrapen.... 


Jessenia: Yo me quedaré con ella.
Indulala: ¡Es una locura!
Hafida: De eso nada, es muy peligroso. Yo me quedaré con ella.
Jessenia: Me siento responsable de Nazira, esto es por culpa de mi padre y mi hermano. Yo cuidaré de ella en sus últimos momentos. A mi no me harán nada, soy de la familia.
Hafida: Está bien. Ten cuidado, amiga.
Pamela: ¡De prisa!
Hafida: Adiós...Nazira.
Jessenia: ¡No perdáis más tiempo! Los camellos se encuentran en esa dirección.

Huyeron a toda prisa. Todas menos Pamela lloraban por Nazira. 





Jessenia acariciaba a Nazira mientras esperaba su trágico final. 

Jessenia: Lo siento mucho, Nazira.
Nazira: No eres culpable de nada, Jessenia...te pido que dejes que Hafida y Simbat sean felices juntos...debes aceptar que él no te ama...
Jessenia: Pero yo sí que le amo...
Nazira: Eso no es suficiente...se valiente. Hoy  has demostrado gran valor...
Jessenia: Yo no soy valiente...¿Nazira? ¡Nazira!

Nazira dejó de respirar y murió. Jessenia lloraba abrazando su cuerpo sin vida. En ese momento llegó Makin con sus hombres.

Makin: ¡¿Jessenia?! ¿Que haces aquí?


Jessenia: ¡Habéis matado a Nazira!
Makin: Responde mi pregunta, hermana. ¿Que haces aquí?
Jessenia: Liberé a Hafida y las demás. Os escuché hablar a padre y a ti. No podía permitir que cometierais más injusticias.
Makin: ¿Fuiste tú?
Hafida: Sí. 


Makin propinó a Jessenia un golpe en la cabeza con la culata de su pistola. Ella cayó al suelo sorprendida. Sus hombres miraban expectantes la escena.

Makin: ¡Desagradecida! ¿Cómo crees que pagamos todos tus caprichos? ¿Crees que lo ganamos vendiendo zapatos en el mercado? Esto no le gustará nada a padre.


Jessenia intentaba levantarse pero veía borroso. Uno de los hombres examinó a Nazira.

Hombre1: Está muerta, señor.
Makin: Nos has hecho perder mucho dinero, hermanita. Por tu culpa nuestras vidas penden de un hilo. Si dan parte a las autoridades, nos arrestarán.
Jessenia: La culpa es solo vuestra, ¡sois unos delincuentes!


Makin: Maldita desagradecida...padre te castigará como mereces. Enterrad a la mujer aquí mismo.
Jessenia: ¡No! No es digno, ¡deja que la entierre como es debido!
Makin: No podemos correr riesgos. Aquí nadie encontrará su cadáver. 


Jessenia: Me engañaste...pensaba que eras diferente, hermano. Te admiraba, te quería. Por favor, debes entrar en razón. Dejad esta locura antes de que mueran más inocentes.
Makin: Definitivamente eres tonta, hermana. ¿Quieres llevar una vida pobre y desgraciada? Este negocio nos permite vivir bien. 
Jessenia: A costa de la vida de los demás. ¿Es que te da igual que Nazira esté muerta?
Makin: Ella está muerta por tu culpa. Tú las liberaste. Te aseguro que todavía seguiría con vida si no te hubieses interpuesto en nuestros planes.


Continuará...

3 comentarios:

  1. Qué capítulo más emocionante y triste a la vez... Jessenia ha reflexionado y ha hecho lo correcto. Qué contentas se han puesto todas. Pamela es una puta zorrona, la verdad, sólo piensa en sí misma, en su belleza y a los demás que les den. Me ha puesto muy triste la pérdida de Nazira, al final era buena clack. ;( Jessenia se ha metido en un buen lío, a ver que pasa...

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  2. ¡Qué bien ha estado este capítulo! Me encantan los textos, cada palabra, la forma en que plasmas los sentimientos y forma de pensar de cada personaje, coherentes con sus actuaciones. No esperaba la muerte de Nazira. Me ha sorprendido y me ha entristecido. No creía que tuviera ese final tan trágico. Aunque su muerte no ha sido en vano, creo que con ella ha terminado de hacer que Jessenia reflexione sobre Simbat y Hafida. Hafida fue muy valiente confesándole todo abiertamente. ¡Pobrecita Jessenia! Como la ha golpeado su hermano sin piedad. Ole por ella cuando se ha atrevido a ir a salvar a las chicas. En el fondo es una buena clack. Ahora está en manos de su padre y su hermano y no creo que sean muy compasivos con ella.
    Mención aparte el comportamiento de Pamela. Yo creo que está aterrorizada y se ha asustado mucho cuando ha visto que disparaban a Nazira aunque luego no llore. Es como cuando no reconoce su situación. El orgullo y el shock le impiden reconocer la realidad. Me da lástima verla correr por el desierto con esos zapatitos rojos con sus tacones. Espero que reaccione y que el destino le haga cambiar su visión de la vida aunque está muy ciega.
    Estoy deseando de leer el siguiente capítulo ;-)

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  3. ¡Vaya capítulo más emocionante! Me alegro de que Jessenia al fin se haya dado cuenta de lo que hacen su padre y su hermano, pero todavía sigue dándome rabia que no reconozca que entre Simbat y ella no puede haber nada. Es cierto que el amor turba la razón, pero es que el caso de Jessenia ya excede límites. qué bonito el comportamiento de Nazira al final. Realmente no me da mucha pena que se haya muerto, pero sí le agradezco que haya intervenido entre Simbat y Hafida. ¡Ahora me pregunto qué ocurrirá con ellas...! ¡A Pamela todavía tienen que castigarla! No se merece salvarse, como sí Hafida y las demás. Además, las fotografías están muy bien hechas. qué colores más vivos y cuántas sensaciones desprenden. ¡Enhorabuena!

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