viernes, 20 de diciembre de 2013

La guerra de SAM: Capítulo 5 - Gremilin

Anna había escapado. La novia de Michael huyó cuando descubrió lo que ocurría. Para SAM aquella chica asustada no suponía ningún peligro. Conocía la sociedad actual y sabía que si iba a la policía la tomarían por loca. Nadie la creería. Ya que había poseído por completo el cuerpo de Michael, no la necesitaba. Ahora debía seguir su plan para reconquistar Wensuland y luego el Playmundo. Recordó a Ragnar, Ralph, Exquilator y todos los que le traicionaron. Se reía cuando pensaba en lo muertos y olvidados que estaban todos. Nadie podría hacerle sombra. Necesitaba un lacayo inmediatamente.  Había notado la presencia del espíritu de un Gremilin, un duende malvado que debido a la magia blanca había quedado atrapado en el mundo de los vivos. Su espíritu vagaba por la tierra, sin muchas posibilidades de molestar a nadie.
Un niño miró a SAM riéndose. La gente le miraba curiosa al verle con la vara y su larga barba blanca.

Niño: ¡Eres feo! ¡Viejo y feo!

SAM miró al niño de reojo y sonrió. Era un recipiente prefecto para el espíritu del Gremilin. Había mostrado ser rebelde y de nula educación.

SAM: ¿Cuál es tu nombre?
Niño: ¡A ti que te importa! ¡Viejo!



El niño salió corriendo y se detuvo en la puerta de una juguetería. Le sacó la lengua burlándose de él.

SAM: ¡Vuelve, pequeño diablo!
Niño: ¡Vete al cuerno!



El niño entró en la juguetería. La dependienta hablaba con una clienta y su nieta. Estaba envolviendo una gran caja con papel de regalo.

Sus: Pues esta casita de muñecas es preciosa, es la última que me quedaba.
Herminia: En mis tiempos no existían estas cosas. Cogía un palo y una piedra y con eso jugaba.
Fedra: Abuela, no cuentes otra vez lo mismo. ¡Siempre igual!
Herminia: Te lo digo para que valores las cosas, Fedra.
Fedra: ¡Ay que ganas tengo de abrirlo!
Herminia: En casa lo abres. Es que se ha caído haciendo gimnasia y tiene que llevar el yeso durante unas semanas. La pobre lloró tanto que le prometí un regalo para animarle.
Sus: Que buena es tu abuela. Espero que te recuperes pronto.
Fedra: Gracias.

Dos niños buscaban en una caja de balones uno que les gustase. Mientras, el niño revoltoso que había insultado a SAM miraba los osos de peluche.




SAM entró en la tienda. Sus, Herminia y su nieta se asustaron al verle entrar.

Sus: Buenas tardes.

Su aspecto no le transmitía buenas vibraciones. Cuando SAM la miró, esos ojos de loco la alarmaron todavía más.

Herminia: ¿Y este? ¿De qué va disfrazado?
SAM: Buenas tardes.

SAM se dirigió hacia el niño rebelde. Notaba el espíritu del Gremilin excitado. Intuía lo que iba a pasar y estaba ansioso. El niño no le prestó atención hasta que SAM le habló.

SAM: Tú y yo tenemos una cuenta pendiente. Me serás de gran utilidad, niño del diablo.
Niño: ¡Déjeme en paz!
Sus: ¿Hay algún problema? ¿Ocurre algo?
Herminia: Llama a la policía, Sus.



SAM elevó su vara y de ella salieron rayos disparados que impactaron sobre el niño. El espíritu del duende malvado se introdujo en su cuerpo. El niño se asustó e intentó pedir ayuda, pero ya era demasiado tarde. Fue arrastrado a un lugar oscuro y apartado de su mente dónde nadie le podría ayudar. Su rostro cambió. Sus ojos eran ahora grandes y amarillos y su piel negra como la noche.



SAM: ¡Gremilin! Bienvenido.

El Gremeilin miró a su alrededor. Después de siglos vagando por la tierra al fin la gente lo miraba. Llevaba tanto tiempo esperando una oportunidad así, que tenía ganas de martirizar y matar a todos los que estaban allí presentes. Se contuvo cuando SAM le ordenó con la mirada que siguiese sus indicaciones.



Herminia: ¡Pero que le ha hecho a ese niño!
Sus: ¡¿Quién es usted?!
SAM: ¡Disculpen! Estamos intentando promocionar las tiendas en la zona. Formamos parte de un espectáculo ambulante. Por una insignificante cantidad de cleuros, podrá disfrutar de nuestros trucos de magia, ¿verdad socio?
Gremilin: Verdad, cierto.
Sus: ¡Que susto!
Niños: ¡Hala! Mira que cara tiene, ¡parece de verdad! ¿Es una máscara?
Herminia: Pues menuda forma de promocionarse, con un susto de muerte.
Sus: ¿Cómo consigue hacer esos trucos? Es fascinante.
SAM: No puedo revelar cual es el truco, se perdería la gracia y la magia del espectáculo. Que me dice, ¿nos contrata? ¡Oh! No quiero presionarla, ya nos pasaremos otro día y conversamos tranquilamente.
Sus: Ah, vale. Me ha gustado mucho.
Herminia: A mi no…estas cosas me dan miedo…
SAM: Señoras, un placer. Vamos, Gremilin.
Herminia: No lo contrates…¿has visto esa cara de loco que tiene? Tengo la piel de gallina…
Sus: Sí, tiene unos ojos…extraños.




SAM salió con el Gremilin de la tienda. Había tenido que improvisar para evitar montar un escándalo. Había demasiada gente observando y no le interesaba llamar mucho la atención.

SAM: No te preocupes, pronto podrás saciar tu sed de venganza y sangre.
Gremilin: Años llevo esperando este momento, agradecido le estoy.
SAM: Entremos en esta tienda de ropa. Necesito cambiar de atuendo.
Gremilin: Sí, señor.




Entraron en una de las boutiques más famosas de la zona, HI&LI. Era la tienda de moda del momento. Lilu y su mejor amiga Hilary eran las propietarias y ellas mismas se encargaban de todo. En aquel momento, estaban atendiendo a varias clientas.

Marta: Es que en unos días volveré a ver a mi novio y quería algo especial para la ocasión.
Lilu: Estarás monísima con ese vestido. El rojo pasión te favorece y con los zapatos negros que te llevas serás lo más. Tu novio no se podrá resistir, cari.
Marta: Eso espero…
Lilu: Yo creo que en cuanto te vea, no se volverá a ir nunca más. Se pondrá más caliente que las barandillas del infierno. Y si se marcha otra vez es que tiene menos luces que un capítulo de Expediente X.



Marta: Tú si que sabes animar...¿Quiénes son esos? ¡Que pintas! Lilu, me dan mala espina…

Marta miraba asombrada a SAM y Gremilin. Cuando Lilu los vio entrar, no pudo evitar emitir un gritito de terror.

Lilu: ¡Ahh! ¡OMG!Que…Que… ¿Qué quieren?

Marta aprovechó el momento para salir. Llegaba tarde al trabajo. Hilary, que estaba atendiendo a una clienta llamada Fatumata, prestó atención a lo que estaba ocurriendo.

SAM: Disculpen, señoritas. No deseaba incomodarlas con nuestra presencia. Permitan que me presente. Mi nombre es SAM y este es mi fiel amigo Gremilin.
Lilu: Ah…hola…
Hilary: ¿Qué deseaban?



SAM: ¿Es posible que me confeccionasen un traje a medida? Necesito algo elegante.
Hilary: Es una tienda para clacks, lo siento…
SAM: Pagaré lo que haga falta, el dinero no es problema. Es más, si se ponen a ello ahora mismo, les garantizo que les pagaré más de lo que puedan imaginar.
Lilu: ¡Hecho! 


Hilary: Lilu… ¿Crees que es buena idea?
Lilu: Cari, tenemos menos dinero que el que se está bañando. No quiero pedirle a mi abuelo si no es estrictamente necesario.

Lilu tomó las medidas a SAM y las apuntaba en una libreta. Al día siguiente, SAM ya disponía de un traje a su medida. Negro con camisa blanca y corbata oscura y un sombrero negro estilo mafioso.

SAM: Es perfecto.

El cheque con el que SAM les pagó el trabajo llevaba más ceros de los que Lilu y Hilary podrían haber soñado.



En la iglesia del barrio...

Padre Benito: Por eso clisto dio su vida por nosotros. Hermanas, debemos seguir su palabra y no desobedecer sus mandamientos. Nuestra fe nos guiará por este camino angosto que nos ha tocado recorrer. ¡Alabado sea su nombre!


Vicenta: ¡Alabado! Ay, que palabras más bonitas las que dice el padre Benito. Este hombre es un santo varón. Uy, que tarde es ya...había quedado con Herminia y Hermenegilda para jugar a las cartas.
Padre Benito: Las escrituras son claras, hermanas. Si confiamos en él, nos recompensará. Por hoy es suficiente, nos despedimos con una oración. Oren conmigo.


SAM irrumpió en la iglesia. Deseaba reírse, vengarse de aquellos que proclamaban ser la luz. Le pareció un lugar patético. Miraba a esas mujeres mayores, con múltiples dolores y seguramente viudas. A pesar de ser castigadas por su supuesto dios y totalmente ignoradas, seguían acudiendo a la iglesia aceptando que se merecían todo lo que la vida les deparase.


Vicenta: Padre, un discurso precioso.Se lo diré a Hermenegilda y Herminia, que se han perdido una misa preciosa.

SAM caminaba hacia el altar. Las feligresas se marcharon dejando al padre Benito solo con SAM y Gremilin.



Padre Benito: Bienvenido, caballero. ¿Desea que le ayude en algo o viene solo a rezar?
SAM: Quizás podría ayudarme, ¿puedo sentarme?
Padre Benito: Esta es la casa del Señor, considérese en su casa.


SAM: No me gusta la hipocresía. Parece que hoy en día todo el mundo lo es.
Padre Benito: Comprendo lo que dice. Estamos viviendo unos tiempos complicados. Ya lo dice Dios en la biblia, ¿la ha leído alguna vez?
SAM: Me aburre una barbaridad, padre. ¿Me quemaré en el infierno por ello?
Padre Benito: Es usted muy sincero. Eso no me corresponde decidir lo a mi. ¿Desearía confesarse?
SAM: ¿Y usted? ¿Desearía confesarse?
Padre Benito: No logro comprender...
SAM: Esa mujer con la que mantiene un romance, que además está casada y con hijos...¿Usted la confiesa? Me imagino lo que debe suponer que confiese que peca con usted...¿No se siente incómodo?
Padre Benito: No sé de que está hablando, será mejor que se marche de aquí.
SAM: Padre, esta es mi casa, usted mismo lo dijo hace un momento.
Padre Benito: No permitiré que venga a mi iglesia para calumniarme, ¡le exijo que se marche inmediatamente!


SAM: ¡Fornica y bebe hasta perder la consciencia! ¿Usted pretende confesarme? Ya se lo dije, ¡no soporto la hipocresía!
Padre Benito: ¡Fuera de aquí! ¿Que quiere usted?

SAM elevó su vara y gritó a las imágenes religiosas que se encontraban en la iglesia...

SAM: ¡Un Dios que permite que un pecador borracho y depravado dirija su iglesia no merece ninguna consideración!


SAM: Yo soy maligno, padre. Amo la oscuridad, el dolor, la rabia, el sufrimiento y la muerte, ¡y lo digo alto y claro en su ridícula iglesia!
Padre Benito: ¡Está usted loco!


El padre Benito corrió hasta la puerta de salida, pero Gremilin la cerró y le impidió el paso.

Padre Benito: ¡Esta es la casa del Señor! ¡Fuera de aquí demonios malignos!
Gremilin: Yo deseo acabar con su vida, lenta y dolorosamente.
Padre Benito: ¡Socorro!


SAM: ¡Insatalum! ¡Dadaumba tircara! ¡Seres malignos perdidos en el olvido! ¡Salid del oscuro abismo y llevaos con vosotros a este humano pecador! ¡Que pague con su vida sus pecados!

Seres sin rostros, como sombras con cuerpo y ansiosas de sangre se arrastraban hacia el padre. Salían de todas partes y pronto invadieron la iglesia.

Padre Benito: ¡Señor no me abandones! ¡Perdona mis pecados!
SAM: ¡Tu Dios ya no te escucha!


Los seres le acorralaron. Estendían sus brazos hacia él mientras el cura golpeaba la puerta de salida desesperado. 

Padre Benito: ¡Socorro! ¡No me abandones Señor!


De pronto, la puerta de salida se abrió. El padre Castellanes la había abierto. Venía muchas tardes a conversar con el padre Benito y cuando escuchó los golpes abrió inmediatamente la puerta. El padre Benito cayó al suelo cuando se abrió. Quedó tendido en la entrada a la iglesia.

Padre Castellanes: ¡Hermano Benito! ¿Que le ocurre?
Padre Benito: ¡Bendito seas! ¡Gracias Señor!


Padre Benito: ¡Huye, hermano! ¡El mismísimo demonio está en esa iglesia! ¡Corre por tu vida!

Castellanes observó el interior de la iglesia y solo vio a un hombre y un niño sentados en los bancos. Parecían estar rezando y se respiraba mucha tranquilidad.

Padre Castellanes: Debo dar parte de esto...el hermano Benito está perdiendo la cabeza a causa del alcohol...


Continuará...

2 comentarios:

  1. ¡qué capítulo más emocionante! Se me han puesto los pelos de punta cuando salen esos seres malignos y rodean al pobre padre Benito. En cambio, me ha hecho mucha gracia la intervención de la señora Herminia y que se mencione a la señora Hermenegilda. Supongo que Sus, Herminia y su nieta no se habrán creído del todo que esa escena haya sido un truco de magia. Qué miedo da Sam. A ver qué va a pasar ahora. :)

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  2. ¡Qué capítulo más intenso! Esta historia va aumentando en tensión y terror. La podemos dividir en tres partes según los espacios en los que se desarrolla la acción. La primera parte en la juguetería de Sus donde SAM transforma al niño maleducado. Me ha hecho gracia eso de que ese crío es el envase perfecto para el espíritu del gremilin.No sé cómo Sus y Herminia se han podido tragar lo del espectáculo. La señora Herminia ha sentido algo extraño con la presencia de SAM. Se le pone la piel de gallina. El maligno se hace notar. Después en la tienda de Lilu, donde parecen no sospechar nada extraño al ver al raro niño. Lilu no ha puesto pegas en aceptar el encargo cuando ha visto que había mucho dinero de por medio. Es muy graciosa la foto tomándole medidas y después el resultado ha sido francamente bueno. Parece todo un mafioso con ese traje. Por último, la parte en la iglesia es la más terrorífica. Sobre todo la escena en la que empiezan a salir espíritus de las paredes. ¡Es realmente escalofriante! ¡De película de terror! Y el padre Benito atrapado completamente aterrorizado. Yo creía que de esa ya no salía. Ha tenido mucha suerte de que haya llegado el otro cura. Aunque me parece que cuando se enteren sus superiores, van a jubilarlo o mandarlo a una parroquía de pueblo perdido mucho más tranquila.
    ¡Me encanta esta historia! Cada vez se pone más emocionante. Y ahora nuestros personajes son también parte de ella con la aparición de Sus. Veremos cómo continúa. Un besote, Dani

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