sábado, 16 de noviembre de 2013

Hafida: Capítulo 8 - El hotel


Tras un largo viaje, llegaron a la gran ciudad. Habían llegado en avión y Ben también se quiso traer su coche, así que lo transportaron mediante una agencia de transportes. Una vez allí, dejaron a Hasine en el hospital. Lo ingresaron y mientras se preparaban los trámites para la operación, lo tenían en observación. Ben los llevó hasta el hotel para que descansasen, las visitas estaban muy restringidas y con unos horarios muy estrictos. Poco podían hacer en una sala de espera. Ben eligió un hotel perteneciente a  la cadena de hoteles de su ex suegro, Ernesto Pérez. Sabía que era un buen hotel y que Hafida y Simbat dispondrían de todas las comodidades.

Ben: Hemos llegado.
Simbat: Con lo mal que lo he pasado en el avión…estoy deseando tumbarme y cerrar los ojos.
Hafida: No pensaba que te daría tanto miedo el avión…
Simbat: No era miedo…más bien impresión.


Ben: Este hotel pertenece a mi ex suegro, con el que no me llevo muy bien pero aquí estaremos cómodos. No creo que pongan pegas por traer a Swity con nosotros.
Hafida: Swity es muy importante para mí, allá dónde voy yo se viene conmigo. Puede que para algunos solo sea un mono, pero para mí es mucho más. Mi amigo, un miembro más de la familia.
Swity: ¡Oh oh oh! (¡Así se habla Hafida!)
Ben: Preguntaremos, pero creo que lo dejarán pasar.  


Caminaron hacia la entrada principal del hotel. Simbat observaba todo lo que les rodeaba atónito. Parecía un niño en un parque de atracciones. Hafida sonreía al verle tan sorprendido. Pamela (la secretaria de dirección del hotel) se encontraba junto a Idalia y Peter, el botones. Idalia tenía la misión de enseñar a Pamela cómo ser una buena secretaria de dirección y cuáles eran sus obligaciones.

Idalia: Peter, estarás bajo las órdenes de Pamela. Ella es la secretaria de dirección, así que todo lo que diga va a misa.


Pamela vio pasar a Simbat y dejó de escuchar a Idalia en el acto. No es que estuviese totalmente atenta a lo que decía, se estaba aburriendo soberanamente con tanta explicación, pero el poco interés que estaba mostrando por sus explicaciones desapareció definitivamente.

Idalia: …en caso de emergencia. Es muy importante que lo tengas en cuenta. Nunca debes permitir que eso ocurra, ¿comprendes? ¿Pamela? ¿Me estás escuchando?
Pamela: ¿Eh? ¡Ah sí! Pues claro.
Idalia: Te lo repetiré de nuevo…




Llegaron al mostrador y les atendió Christine. A pesar de estar en otoño, seguía haciendo mucho calor. Tanto era así, que el hotel estaba casi completo. Normalmente llegada esa época del año el hotel estaba prácticamente vacío.

Christine: ¿Un mono? Bueno, no es problema a menos que no lo sepan controlar. Si produce desperfectos de cualquier tipo en muebles, paredes o cualquier elemento que sea del hotel, deberán pagar su valor. Por no hablar de las posibles molestias que puede ocasionar a otros clientes…en ese caso deberán marcharse.
Ben: No se preocupe, señorita. Este mono es más civilizado que muchos clicks que conozco…
Hafida: Swity es adorable.



Christine: No se preocupen, les creo, pero mi obligación es informarles sobre las consecuencias y la política del hotel. Dicho esto, el mono me parece encantador.
Swity: ¡Oh oh oh! (¡Le gustooo!)
Christine: A ver…les puedo dar la habitación 101, 102 y 103 que están aquí al lado.
Ben: Muchas gracias.
Christine: Chelo, ¿está lista ya la 101? ¿Chelo?

Chelo era una de las limpiadoras del hotel y encargada de formar a nuevas empleadas. Cuando vio a Ben, su corazón dio un vuelco. Le pareció un hombre irresistible.

Chelo: ¡Oh sí! Perdona, hija. Ahora mismo voy a ver. Marta estaba terminando de limpiar.


Marta estaba terminando de hacer la cama de la habitación 101. Limpiadora también, había venido desde Clisandia junto a Chelo para formar y trabajar. Se había enamorado de un cliente en el hotel de Clisandia dónde trabajaba. Era un cantante guapo y famoso y aunque nadie apostaba por su relación, al final se habían comprometido. Su novio se tuvo que marchar para promocionarse y llevaban tiempo sin verse. Marta tenía un hijo pequeño y con la ayuda de sus padres y su hermana, lo estaba sacando para adelante.

Marta: Clingo…te echo tanto de menos…

Chelo entró en la habitación y la pilló hablando sola...

Chelo: ¿Hablando sola? No te preocupes, no pienso que estés loca por eso. Date prisa que se van a hospedar aquí unos clientes.
Marta: Ya está lista.
Chelo: ¡Menudo maromo he visto! Ese hombre es…es…
Marta: ¿Tan guapo es?



Chelo: Guapísimo. Eso sí que es un hombre de verdad…Marta, ¿otra vez con esa cara? ¿Que te ocurre?
Marta: Lo siento…es que no puedo dejar de pensar en él…
Chelo: En mis tiempos era obligatorio hacer el servicio militar y los novios se separaban durante mucho tiempo. Mi Resti y yo lo pasamos muy mal, ¡yo tenía muchos pretendientes! Pero amaba mucho a mi Resti así que lo esperé. Era muy duro, sólo nos podíamos comunicar por carta…ahora tienes el móvil con el wuasa o cómo se llame, el ordenador y todo tipo de artilugios para estar en contacto, ¡anímate!
Marta: Lo sé…tienes razón, Chelo. Intentaré ver las cosas de esa forma.


Hafida: Hola, buenos días.
Marta: ¡Un mono!
Chelo: ¡Por la virgen de la Clackarena!  No me lo acerques por favor, que bastante tuve con la cabra de los gitanos…


Chelo llevaba en la mano un trapo para la limpieza. Al agitarlo haciendo ademanes, Swity pensó que quería jugar con él. Se tiró sobre su cabeza y le tiró de los pelos para arrebatarle el trapo.

Chelo: ¡Ahhhhh! ¡Socorro! ¡Que alguien me quite este bicho de encima!
Marta: ¡Chelo!
Hafida: ¡Swity, no!



Ben llegó veloz al escuchar los ruidos y espantó a Swity. El mono dejó a Chelo y se sentó en la cama avergonzado.

Ben: ¿Se encuentra bien?
Chelo: ¡Me quería morder! ¡Ay virgen de la Clackarena!
Hafida: Lo siento…Swity solo quería jugar…me siento avergonzada. ¡Swity! Te has portado muy mal.
Swity: ¡OH, OH, OH! (¡Solo quería jugar con ella y su trapo! ¡Es una sosa!)
Ben: Le ruego que no diga nada de esto a su jefe. Si da parte de lo ocurrido tendremos que marcharnos…
Chelo: No se yo... 
Ben: Por favor...
Chelo: Está bien, pero intente controlar más al mono.
Hafida: Descuide.


Hafida: Swity, castigado sin plátano durante todo el día.
Swity: ¡OH OH OH! (¡Pues me da igual, lo tengo aborrecido!)
Simbat: ¿Qué ocurre?
Hafida: Swity, que está muy alterado…ruego que me perdone, señora.
Chelo: No se preocupe. Espero no llevarme más sustos como estos…mi corazón tiene un límite.



Ben: ¿Cómo se llama?
Chelo: Me llamo Chelo, pa servirle.
Ben: Yo soy Ben, es un placer conocer a tan bella dama y con esa capacidad de perdonar.
Chelo: Que adulador, es muy amable señor Ben…
Marta: Chelo, tenemos trabajo. Piensa en Resti...Vamos.

Marta empujó a su compañera hacia la puerta pero Chelo se resistía…

Chelo: Ay Marta, tampoco tenemos tanta prisa…
Marta: Adela nos cantará las cuarenta si nos encuentra de cháchara…por no hablar de Pamela...sabes que está intentando que nos despidan...
Ben: Ha sido un placer.
Chelo: ¡Igualmente!


Ben: Hafida, he pensado que esa cama es amplia. Podríamos compartir habitación, ¿Qué te parece? Por supuesto, yo soy un caballero y te respetaré.
Hafida: Pues…
Simbat: ¿Hablas en serio? ¡No seas ridículo! Ella compartirá habitación conmigo, no nos fiamos de tu ti.
Ben: No te metas, chico.
Hafida: ¡Basta! Ninguno de los dos dormirá conmigo. Venga, todo el mundo a su habitación, necesito descansar.
Simbat: ¡Hafida! Vamos, ¡yo no ronco y casi no notarás que estoy ahí!
Ben: ¡No le hagas caso! Yo te podría hacer un relajante masaje, ¿Qué me dices?
Hafida: Hasta luego.





Cerró la puerta y dejó de escuchar sus protestas y proposiciones. Deseaba relajarse y ordenar sus ideas. Había sido un viaje largo y pesado y estaba muy preocupada por su tío. Se tumbó y cerró los ojos. Entonces, sintió ansiedad. Una desesperante sensación recorría sus entrañas. Quería cerrar los ojos y descansar pero no podía… pensaba en su tío, en la operación, en Ben, Jessenia, en la proposición de matrimonio y en Simbat. Lo que sentía por él era algo verdadero, real. Lo había echado de la habitación, pero en realidad deseaba estar con él. No quería herir a Ben y no consideraba buena idea compartir habitación con Simbat, un hombre al que deseaba profundamente y que Jessenia amaba. Ella era su amiga, no podía interponerse entre ellos…no estaba bien. No podía descansar...iría en busca de Simbat y le propondría dar un paseo por la zona.


En otra de las habitaciones...

Pamela intentaba ver a Simbat escondida en la ventana. Estaba pisando las flores que adornaban los exteriores del hotel, pero le daba igual. Deseaba a ese hombre con todas sus fuerzas. Desde que lo vio pasar, no podía pensar en otra cosa. Ella era una mujer atractiva, solo necesitaba una buena estrategia para seducirlo. Era un click, y ninguno se le resistía. Simbat se estaba duchando, así que Pamela abrió los ojos como platos y espero escondida a que Simbat saliese de la ducha. Con un poco de suerte y paciencia, conseguiría verle tal y como su madre lo trajo al mundo.


Simbat se duchaba tranquilamente. Se sentía en las nubes. La ducha de agua caliente con hidromasaje le había dejado como nuevo.  Se estaba secando con una suave toalla blanca.

Simbat: Me podría acostumbrar a este estilo de vida, si señor.



Salió de la ducha y se terminó de secar fuera. El momento que Pamela estaba esperando ansiosa, llegó al fin. Simbat retiró la toalla de su cuerpo y Pamela pudo comprobar que disponía de unos grandes y sorprendentes atributos y una anatomía más que interesante.

Pamela: ¡Nunca había visto nada igual!¡Lo quiero todo para mi!


Simbat se tumbó en la cama y se colocó la toalla por encima. Miraba fijamente el techo...

Simbat: Hafida...¿Que puedo hacer para conquistar tu corazón?

Pamela no se lo pensó dos veces y entró en acción.

Pamela: Esta es la mía. ¡Allá voy!


LLamó a la puerta de la habitación de Simbat. Ya había pensado un plan de ataque. Simbat se colocó la toalla alrededor de la cintura y abrió la puerta. 

Simbat: ¿Puedo ayudarle?
Pamela: No sabes cuanto...Hola, ¿puedo pasar?
Simbat: Pues...
Pamela: ¡Gracias!



Pamela entró descarada dejando a Simbat en la puerta sin saber que hacer. Se giró e intentó razonar con ella.

Simbat: Oiga, no es buen momento...tengo que cambiarme y...
Pamela: No le robaré mucho tiempo. Es que necesito su ayuda...


Simbat: ¿Podría esperar a que me cambiase? Es que no es buen momento y...
Pamela: No se preocupe, puede cambiarse. Es que en mi casa han cortado el agua, una avería muy grabe. El fontanero lo está intentando arreglar, pero tardará mucho y necesito darme una buena ducha...tengo tanto calor...¿Podría ducharme aquí? Estoy muy sudada...
Simbat: ¿Aquí? Antes deje que me vista y la dejaré a solas mientras se ducha.
Pamela: No me importa que se quede conmigo...no soy tímida.


Pamela se quitó la camiseta. Simbat se quedó boquiabierto sin saber que hacer. Sudaba nervioso. Nunca había visto una clack desnuda tan de cerca y menos una blanca. Cerró los ojos para no mirar.

Simbat: Oiga...será mejor que se vaya...¿Que pensará la gente si nos encuentran así?
Pamela: Me da igual...yo soy una clack guapa, sexy y perfecta. Tú un click guapo, fuerte y...perfecto. No hay nada de malo en ello, ¿no te parece?


Pamela: ¡Oh, no tengas miedo! ¡Hoy es tu día de suerte, guapo!
Simbat: Yo...no sé que quiere...
Pamela: ¡Que inocente eres! No temas, muerdo pero no hago daño...


Pamela se metió en la ducha y se enjabonó todo el cuerpo. El agua terminó de llevarse toda la espuma tras frotarse todo el cuerpo con ella. Mientras se secaba, miraba a Simbat y le mandaba besos coquetos.

Simbat: ¿Que debo hacer? Esto es demasiado para mi...


Pamela salió de la ducha desnuda. Simbat estaba paralizado, no sabía cómo reaccionar.

Pamela: ¿Quieres darme crema en la espalda?
Simbat: Señorita, será mejor que se vaya...

En ese momento, Hafida entró en la habitación. Iba en busca de Simbat para ir juntos a dar un paseo. Encontró la puerta abierta y entró. Cuando vio a Simbat sentado en la cama tapado con tan solo una toalla y a Pamela desnuda frente a él, sintió que el mundo se le venía encima. Todo comenzó a darle vueltas, sentía que se caería al suelo redonda. No podía creer lo que estaba viendo.

Simbat: ¡Hafida!
Hafida: Yo...
Pamela: ¿Quién es esa?


Simbat: Hafida...no pienses mal. Esta mujer se...
Pamela: ¿Es tu novia? ¡No me habías dicho que tenías novia!
Simbat: No es mi novia...¡Quiero que se vaya ahora mismo! Hafida, esto no es lo que parece, en serio.
Hafida: Siento interrumpir...
Simbat: Hafida...esta mujer se metió en mi habitación...


Hafida: No tienes que darme explicaciones, tú mismo has dicho que no soy tu novia...
Simbat: ¡Por favor, deja que te explique!
Hafida: No sabía que eras así...ahora entiendo esas ganas locas que tenías de venir a la gran ciudad...


Simbat se levantó. La situación se le había escapado de las manos. Amaba a Hafida y no entendía cómo había terminado con una desconocida desnuda en su habitación. No estaba interesado en ella y no se perdonaría perder a Hafida por esta confusión. Tan nervioso se puso que olvidó agarrarse bien la toalla, así que esta se cayó al suelo dejándolo totalmente desnudo.

Simbat: ¡La toalla! ¡No mires!
Hafida: ¡Ahhh!


Hafida no pudo observar cada centímetro de la anatomía de Simbat. Se ruborizó y se asustó tanto, que salió corriendo. Se puso a llorar mientras se alejaba. Un torbellino de sentimientos le atacaba en si interior. Ver a Simbat desnudo y junto a esa mujer le había terminado de hundir. Se encerraría en su habitación a llorar hasta que se le terminasen las lágrimas.


Simbat: ¡Hafida, vuelve! ¡No te vayas! ¡Hafidaaaa!


Continuará...

7 comentarios:

  1. ¡Un nuevo capítulo de Hafida! Definitivamente esta historia es la más fresca y divertida. Tiene algo muy especial. Me han encantado el capítulo. Es divertidísimo con el ataque de Pamela a Simbat y el malentendido que se produce.
    ¡Pobre Hafida! Se ha quedado impresionada por ver a Simbat al desnudo, que por lo visto es muuuuy impactante y la situación tan desagradable con Pamela. Esa clack es una loba. Como se frota...¡descarada!
    Las fotos son preciosas. Consigues superarte en cada una y realmente creas vida en ellas con los pequeños gestos y posturas de los clicks. Este don no lo tiene todo el mundo que hace foto a clicks.
    Una foto muy bonita es esa en que Hafida está encima de la cama descansando y la luz hace que tenga unos brillitos bajo los ojos. Parece que está a punto de llorar o medio llorosa.
    La foto de los pies que simula el desnudo es un plano de pelicula.
    También me ha gustado mucho ver a Chelo y Marta, la introducción a los personajes que has hecho, se nota que los conoces bien, y el diálogo tan cómico que surge entre ella, Ben y Marta. Le ha dejado impactada Ben. Es un caballero y la ha salvado de Swity. No ha tenido que decir mucho para encandilarla y convencerla de que no dijera nada a sus superiores sobre el ataque del mono.
    Estoy deseando que llegue el próximo capítulo. Me encantaaaaa esta historia.

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    1. ¡Muchas gracias Inmaaa! Pamela es una loba...ansiosa. Mira que Sabrina se las traía, pero es que esta...Ben y Chelo me gustan como pareja, aunque su amor sea una cosa imposible. Hafida...desilusionada por lo que a visto, Simbat con otra mujer...y por otro lado nada desilusionada al verle desnudo. No sabe que Pamela es una lianta y que Simbat es inocente. Muchas gracias por todo lo que me dices, ¡que haría yo sin ti!

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  2. Guaaaaau! Pensé que se había acabado el verano y no volveríamos a ver a Chelo, Marta, Pamela... ¡Me encanta el hotel! E argumento está genial. Me encanta todo todo toooooodo!

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  3. ¿Dónde conseguiste ese hotel? ¿Es pintado por ti mismo o...?

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    1. ¡Sidraaa! Gracias por comentar. Sí, Chelo y Marta tienen un papel en algunos capítulos de Hafida, que se lo merecen. El hotel es original de Playmobil. Se trata de una referencia exclusiva de venta solo en Toys r us. Cuesta unos 80 euros, pero es precioso. Aunque el gran hotel es más completo, con comedor y todo eso. Un saludoooo! Espero que todo bien por Irlandaaa!

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  4. ¡Pero qué maleducada, desvergonzada y furcia es Pamela! ¡Me cayó mal cuando leí la selección del personal del hotel y ahora me cae muchísimo peor! ¡Pobre Simbat y pobre Hafida! Ruego que este asqueroso malentendido se solucione pronto. No es justo que amándose tanto les sucedan estas cosas. Es un capítulo muy divertido, gracioso e interesante, pero también me ha hecho sentir impotencia. ¡Pobre Swity, sólo quería jugar! ¡Estoy deseando leer el siguiente!

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  5. ¡Gracias Sinéad! Lo sé...Pamela es muy desvergonzada (esa palabra me recuerda a la señorita Rottermeller, de Heidi jajajaja). En el próximo capítulo este mal entendido tiene su desenlace, espero que sea de tu agrado. Me alegra que te haya gustado ;-)

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