Diamante en el hospital
Capítulo 01
Diamante; ¡Ayyyyyy, date prisa, Sus!
Sus conducía su mini a más velocidad de la que estaba acostumbrada. En el asiento del copiloto estaba Duclack, visiblemente preocupada. En los asientos de atrás estaba Diamante, medio tumbado y tocándose el pecho.
Sus: ¡Aguanta, cariño!
Diamante: ¡Ayyyyy, que me quedo tieso en el coche!
Duclack: Diamante, intenta tranquilizarte.
Diamante: ¡Ayyyyyy!
Estando juntos en casa, se había empezado a sentir indispuesto. Le dolía el pecho y decía que se estaba muriendo. Rápidamente lo subieron al coche y se fueron directamente al hospital más cercano. Había gente en la entrada, entre personal sanitario y pacientes. Algunos rostros conocidos entre ellos.
Ximena salía a la calle tirando de un porta sueros con ruedas. Agarraba con una mano a Don Agripino y Valeria le acompañaba para que no tropezase.
Ximena: Cuanto me arrepiento de haberme comido todas esas chucherías...
Valeria: Ya no pienses más en eso. Lo que importa es que te recuperes.
Ximena: Es que están tan ricas...
Diamante: ¡Ay, que malito estoy!
Sus: ¡Hemos llegado!
Duclack: No te preocupes, Diamante. No te pasará nada.
Diamante: ¡Ayyy, mi capitana! ¡Recuérdame como el gran pirata que soy!
Sus: ¡Diamante, que no digas esas cosas!
Diamante: ¡Ayyyy Sus, esta no la cuento!
Duclack: ¡Eres fuerte, no pienses así!
Sus aparcó el coche todo lo rápido que pudo y sacaron a Diamante con delicadeza. Duclack lo agarraba de un brazo y Sus del otro.
Diamante: ¡No me he despedido de los niños! ¡Ayy que penita! ¡Tan joven como soy!
Sus: No tienes que despedirte de nadie, estarás bien.
Duclack: Sé fuerte, Diamante.
Ximena: ¡Diamante! ¿Qué te pasa?
Diamante: Me muero.
Ximena: ¿Qué?
Valeria: ¡¿Qué me dices?!
Sus: Se siente mal, pero no sabemos lo que le ocurre.
Valeria: ¡Espero que no sea nada!
Ximena: ¡¡Intenta no morirte!!
Diamante: Lo intentaré...
Valeria: Hay mucha gente...espero que os atiendan pronto. Nosotras llevamos aquí toda la mañana.
Diamante: ¡Lo mío es urgente! ¡Me muerooo!
La sala de espera estaba repleta de gente. Onofre y Herminia esperaban impacientes los resultados de una analítica para poder marcharse. Por otro lado estaban Agnes y Lúa, visiblemente preocupadas.
Sus: Diamante, siéntate aquí. ¿Estás mejor?
Diamante: Creo que sí...
Agnes: ¡Sus! ¿Qué le ocurre a Diamante?
Sus: Siente molestias en el pecho.
Agnes: Vaya, espero que no sea nada.
Sus: ¿Y vosotras?
Lúa: Una amiga está enferma.
Agnes: Está ingresada. Estamos esperando que nos permitan verla. La pobre lo ha pasado muy mal...
Sus: Lo siento...
Herminia: ¡No somos nada!
Onofre: Como no nos den ya el resultado de la analítica, nos vamos a tener que empadronar aquí.
Lúa: Mucho ánimo, Diamante.
Agnes: Espero que te recuperes.
Diamante: Ayyyyy, graciaaas.
Sus: A ver si nos atienden.
Duclack: Hay mucha cola.
Diamante: Me moriré aquí esperando, en esta sala espantosa de hospital, qué pena...
Sus: Eso no ocurrirá, mi amor. Voy a ver.
La cola era bastante larga. Todos esperaban su turno impacientes. Se escuchaban murmullos, resoplidos y gruñidos entre los que estaban esperando.
Sus: Pues van a tardar en atendernos...
Enfermera: Muy bien, pues les tocará esperar en la sala de espera hasta que le llamen por megafonía.
Irene: ¿Tardarán mucho?
Enfermera: Un poco, pero tenga paciencia que le atenderemos.
Olga: Venga, sacaremos algo para picar de la máquina.
Sus: No puede ser, esto es demasiado.
Duclack: ¿Y si preguntas? A lo mejor tenemos que ir a otra sala y esa cola es para otra cosa.
Diamante: Es verdad.
Sus: Voy.
Sus fue hasta recepción y preguntó a la enfermera, que en esos momentos estaba atendiendo a otra persona. Todos la miraron sorprendidos. Algunos no tardaron mucho en poner mala cara.
Sus: Disculpe, ¿esta es la cola para que atiendan a un enfermo? Mi marido se encuentra mal.
Enfermera: Así es. Tendrá que esperar su turno.
Sus: Pero...
Ignacio: ¡Oiga, póngase a la cola! Todos estamos enfermos y queremos que nos atiendan. A ver si se cree que estoy aquí por gusto. ¡A la cola!
Sus: Disculpe, solamente quería...
Ignacio: ¡Yo también quiero muchas cosas pero me fastidio!
Tras esperar su turno, la enfermera los atendió. Diamante explicó que se encontraba mal, que no podía respirar y el corazón le iba demasiado rápido.
Enfermera: En seguida le llamarán.
Diamante: Dese prisa, que me estoy muriendo.
Enfermera: No se agobie, está en el lugar indicado.
Sus: Vamos, Diamante.
Diamante: Ayyy, estoy malísimo...
Sus: Tranquilo.
Enfermera: Le llamará en seguida, no se preocupe.
Se sentaron en la sala de espera junto a muchos pacientes más.
Sus: ¿No te encuentras algo mejor?
Diamante: No lo sé...
Duclack: En seguida te atenderán y te sentirás mucho mejor.
Sus: Al menos te veo más tranquilo.
Diamante: Odio los hospitales...
Sus: Lo sé, pero sin ellos no sé lo que haríamos.
Duclack: Te has enfrentado a tiburones, monstruos, animales salvajes y a tormentas en alta mar. Esto en comparación está chupado.
Diamante: Esto me da más miedo.
Laura: ¿Diamante?
Diamante: ¡Soy yo!
Laura: Pase, el doctor le está esperando.
Diamante: ¿Pueden entrar conmigo?
Laura: Solamente un acompañante.
Duclack: Os espero aquí.
Entraron en la consulta. Un doctor muy atractivo que se presentó como doctor Moreno, le pidió que se tumbase en la camilla.
Diamante: Doctor, ¿me voy a morir?
Doctor Moreno: No si yo lo puedo evitar. Relájese. Dígame, qué le ocurre?
Diamante: Estaba hablando con mi amigo Duque, mi compañero, sobre un tesoro que tenemos escondido en una isla que no puedo nombrar, es secreto. Y entonces, me llega un mensaje del capitán Miseria, del buque Calavera Negra. Dice que está en dicha isla y que ha encontrado un tesoro...y...y...
Sus: Se puso a sudar, se tocó el pecho y dijo que le costaba respirar. El corazón le palpitaba muy rápido y dijo que se estaba muriendo.
Doctor Moreno: Comprendo.
El doctor lo examinó minuciosamente, atento a cualquier anomalía. Diamante estaba muy nervioso y buscaba todo el tiempo a Sus con la mirada. Ella le sonreía para tranquilizarlo.
Diamante: Dígame, doctor. ¿Me estoy muriendo?
Doctor Moreno: No, su corazón late con normalidad y no percibo ninguna anomalía.
Diamante: ¿Estoy bien?
Doctor Moreno: Todavía no lo sé con certeza. Tenemos que asegurarnos de que todo está bien. Le haremos una resonancia y algunas pruebas más para cerciorarnos. Se quedará en observación hasta que averigüemos que es lo que le ha ocurrido.
Diamante: ¡En observación! Yo no quiero quedarme aquí...esta noche dan el gran prix click del verano, la final.
Vino un camillero muy simpático. Un chico joven y guapo, de ojos azules y pelo rubio.
Marcos: ¡Hola, amigo! Yo seré su conductor. No se preocupe, tengo el carné y todavía no me han quitado ningún punto.
Diamante se tumbó en la camilla con los ojos llorosos.
Diamante: Sus...no quiero ir solo.
Marcos: Ey, eso duele. Yo te acompañaré.
Sus: En seguida estaremos juntos, no te preocupes.
Diamante: Te quiero.
Sus: Yo también te quiero.
Marcos empujó la camilla y empezó a alejarse de Sus. Diamante lloraba desconsolado. Pasó cerca de Duclack y se despidió de ella como si ya no la fuese a ver nunca más.
Diamante: ¡La mejor amiga y capitana del playmundo!
Duclack: ¡No te desanimes, Diamante!
Sus no pudo evitar ponerse a llorar. Duclack se aguantó las ganas y abrazó a su amiga.
Duclack: No te preocupes, ya verás como todo irá bien.
Sus: Me siento tan mal por no poder ir con él...
Duclack: Sabe que estás aquí.
Sus: Espero que no sea nada...
Continuará...
¡Diamante en el hospital! Con lo fuerte, aventurero y valiente que es, estoy segura de que no le pasa nada grave y que lo único que le ocurre es que tiene un disgusto muy grande que seguro que queda en nada. ¡Cuánto me suena esa situación en la que el corazón se descontrola y crees que te vas a morir! Me encanta el escenario, el provecho que estás sacándole al hospital, pero, sobre todo, me encanta que aparezcan personajes de siempre: Ximena con su Agripino, Valeria, Onofre y Herminia... ¡Menos mal que no estaba también la señora Hermenegilda porque entonces no habrían podido atender a nadie más que a ella! Por cierto, ¡me ha hecho muchísiiiiima ilusión que hayas sacado a Agnes y a Lúa! Y me pregunto quién será esa amiga que está ingresada... y también qué ocurrirá con Diamante, que me hace mucha gracia que crea que se va a morir y se despida así de todo el mundo. Por cierto, al enfermero que se lleva a Diamante en camilla... creo que le ha gustado Diamante, jejejejejeje. ¡Voy a leer la continuación! ¡Menos mal que ya la colgaste!
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