Ver a Mike arrodillarse a sus pies la detuvo. Lloraba suplicando por su vida y le besaba los zapatos.
Mike: ¡Piedad, por favor!
Julia: No hace falta que me beses los pies...
Mike: Haré lo que me pidas.
Julia: Levanta, Mike. Te ayudaré.
Mike: ¿En serio? ¿Me ayudarás?
Julia: Sí, te sacaré de aquí.
Le ayudó a levantarse del suelo y le pidió que la siguiese. Mike caminaba muy pegado a ella, temeroso de ser descubierto por las demás.
Julia: Detente. No hagas ruido, por ahí viene una.
Mike: No dejes que me atrape, por favor...
Una de las chicas pasó muy cerca de ellos. Agarraba una lanza con una punta extremadamente afilada.
Julia: Pasa de largo, no te preocupes.
Julia: De prisa, tenemos que pasar por aquí.
Mike: ¡Espera, por favor!
Mike corría tras ella todo lo rápido que podía. Estaba tan nervioso que las piernas casi no le respondían.
Finalmente llegaron al coche de Victoria. Julia se puso al volante y Mike en el asiento del copiloto. Cerró las puertas con el seguro y encendió el motor.
Julia: Saldremos con el coche. Intenta que no te vean demasiado. Tienen armas de fuego y te podrían disparar.
Mike: Gracias, preciosa.
Julia aceleró lentamente y el coche empezó a moverse por el desguace. No lograba ver a ninguna de las chicas.
Mike: ¿Dónde están?
Julia: Deben estar por otra zona del desguace.
Mike: Malditas locas. No había visto unas tías más idas de la olla en mi vida.
Julia: No están locas...
Mike: ¿Hablas en serio? ¡Están para que las encierren! Estas son de las que necesitan que un macho de verdad les enseñe quién es el que manda.
Julia: Eso es muy machista.
Mike: ¡Machista! Lo siento, son tus amigas, o lo eran, pero están locas. Nena, tú sin embargo has hecho lo correcto. Si ya me di cuenta cuando te vi por primera vez, que eres una chica delicada incapaz de hacer daño a nadie.
Julia: No estoy tan segura de eso. He estado a punto de matarte.
Mike: Pero no lo has hecho. Preciosa, gracias por ayudarme.
Julia: ¿Y de verdad no pretendías matarnos?
Mike: ¡Pues claro que no! Estaba de broma con vosotras. Venga, preciosa, ahora no es momento de pensar en eso. Prometo compensarte con un buen ramo de rosas y si quieres, una cena en el restaurante que quieras.
Julia: Entiendo.
Julia giró por un camino más estrecho que daba a un círculo de huesos en el suelo y bidones de fuego colocados alrededor.
Mike: ¿Dónde estamos?
Julia: Eres el único que ha conseguido sobrevivir, ¿verdad?
Mike: Sí, creo que están todos muertos.
Julia: Será mejor que dejemos el coche aquí.
Mike: ¿Qué? ¡No me parece buena idea! Julia, esto no me gusta nada.
Julia: Están agazapadas, esperando atacar. No lograremos salir con el coche. Tengo una idea mejor.
Salieron del coche y se dirigieron al circulo de huesos.
Mike: ¿A dónde vamos?
Julia: ¡No te detengas!
Una vez dentro del círculo, salieron todas de su escondite. Los rodearon pero sin entrar en el circulo de huesos.
Mike: ¡Nos han pillado! ¡Maldita sea!
Julia: Tranquilo, no pueden hacerte daño.
Mike: ¿No pueden?
Julia: Es un círculo sagrado. No pueden entrar.
Mike: Malditas lunáticas. ¡Estáis piradas! Julia, ¿y qué hacemos ahora?
Julia agarró un enorme hueso del suelo y se acercó a Mike.
Julia: Terminar el ritual.
Mike: ¿Qué?
Julia clavó el hueso en la espalda de Mike hasta que este cayó al suelo. Se retorcía de dolor sabiendo que aquellos, eran los últimos segundos de su vida.
Mike: Mujeres...
Julia: Gracias, Mike. Me has mostrado el camino sin quererlo. Ahora, soy la nueva representante de nuestra fe en la tierra.
Hemera y Nix se acercaron a Julia y le levantaron los brazos para celebrar su victoria.
Nix: ¡Tenemos nueva representante!
Hemera: ¡Nuestro ritual llega a su fin!
Todas aplaudían entre gritos de felicidad.
Julia: ¡Gracias, chicas!
Harry miró a Calabazo cuando este concluyó la historia. Resopló disgustado y puso cara de pocos amigos.
Harry: Pues vaya un chasco.
Calabazo: ¿No le ha gustado?
Harry: Es una locura de historia.
Calabazo: Usted quería que saliesen chicas guapas y fiestas.
Harry: ¡Pero no chicas asesinas ni ese tipo de fiestas!
Calabazo: Debería habérmelo especificado.
Harry: ¿Puedo ir al servicio? Tengo que ir a cambiar el agua al canario.
Calabazo: Hacía años que no escuchaba esa frase tan absurda y patética. Puede ir al servicio. Se encuentra en la plana superior.
Harry: ¿Cómo subo?
Calabazo: Por las escaleras, a no ser que sepa usted volar o teletransportarse.
Harry: No sé que es eso...
Harry subió las escaleras poco a poco. El viento se colaba por los huecos de los ventanales y los gritos de los zombies invadían la mansión.
Subió a la planta superior pero no lograba ver el cuarto de baño. Estaba oscuro y lo poco que podía ver parecía abandonado. El polvo, las telarañas y la suciedad estaban por todas partes.
Harry: ¿Hola? ¡Señor!
Caminaba sin rumbo fijo. Le rodeaban susurros, ruidos extraños y pasos que parecían dirigirse a él.
Harry: ¿Hola?
De pronto, llegó a un ataúd. No podía dejar de tiritar. Tenía miedo y mucho frío. La mansión de Calabazo no era un lugar precisamente muy confortable. La curiosidad le pudo, así que abrió el ataúd.
Un hombre de pelo blanco y tez muy pálida estaba tumbado en su interior. Tenía los ojos cerrados. Harry pensó que debía estar muerto, pero de pronto, abrió los ojos y lo miró enfadado. Abrió la boca y le enseñó sus colmillos.
Harry: ¡Un vampiro!
Vampiro: ¡Grrrr no huyas! ¡Tengo sed!
Harry: ¡Socorro!
Al intentar bajar las escaleras, una fantasma se interpuso en su camino. Le habló en un idioma que no reconoció pero lo más escalofriante era su voz de ultratumba.
Harry bajó las escaleras a toda prisa y el fantasma lo dejó ir sin intención de perseguirle. Llegó a la planta baja y corrió hasta la puerta.
Harry: ¡Tengo que salir de aquí!
Una bruja poseída por un demonio muy poderoso lo acechaba desde las sombras de la casa. Empezó a reírse a carcajadas y Harry casi se muere del susto.
Abrió la puerta y salió a toda prisa de la mansión. Los zombies le estaban esperando pacientemente en el exterior, por lo que no tardaron en darle alcance.
Harry: ¡¡Quiero volver al bar!!
Los zombies se abalanzaron sobre él y este cayó al suelo entre mordiscos y arañazos. Calabazo salió a la puerta alertado por los gritos desgarradores de dolor. Vio al pobre Harry morir devorado por los zombies sin que ya se pudiese hacer nada por su vida.
Calabazo: Vaya, creo que se ha debido asustar por lo sucio que tengo mi cuarto de baño. Hace unas pocas décadas que no lo limpio, pero entendedme, no pensaba que recibiría visitas.
Calabazo: Pobre Harry. Bueno, no os voy a engañar, me ha dado completamente igual que haya muerto. ¡No le ha gustado mi historia! En fin, ya da igual. Harry es historia. Gracias por estar un año más ahí. Espero que os haya gustado mi historia. El año que viene prometo estar una vez más aquí. Pasaré lista y si no estáis presentes, iré buscaros para daros un buen escarmiento. ¡Feliz Halloween, amigos!
FIN
Calabazo es genial, con esa mansión terrorífica, en cada rincón llena de espíritus, vampiros, telarañas... Me he reído mucho con la frase: una bruja poseída por un demonio muy peligroso y lo de que los zombies lo esperaban pacientemente, jajajaja, pacientemente, me encanta. No sabía cómo iba a terminar la historia porque por un momento sí he pensado que Julia rescataría al idiota ése del Mike, pero menos mal que no ha sido así, aunque matarlo tampoco era la solución, y me he quedado con ganas de saber por qué actuaban así, qué pretendían matando a los chicos, pero supongo que hay sectas que existen sin ninguna justificación. ¡Estoy deseosa de saber qué historias nos entregarás a partir de ahora!
ResponderEliminarPor cierto, creo que Calabazo es la voz de los lectores cuando dice que le ha dado igual que Harry muera, jajajajaja. Sí, son tipos de los que sobran en este mundo!
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