lunes, 6 de marzo de 2023

La gran aventura: Capítulo 03: Primer día de trabajo

Hermenegilda salió de la gasolinera agarrándose a su cochecito. Sus nietos estaban ya en la calle, berreando frente a una máquina expendedora de bolas. Con una moneda de 25 cénclickos, podías conseguir una bola de chicle de numerosos sabores. 

Pedrito: ¡Abu, quiero una bola de chicle!
Hermenegilda: ¡No, que se os caen los dientes!
Pablito: ¡¡Yo quiero una bola sabor limón!!
Hermenegilda: ¡He dicho que no!
Pedrito: ¡Abuuuuuu! ¡Porfaaaa!


Pablito: ¡Tienen sabor mora! ¡¡Quiero una de esas!!
Pedrito: Valen muy pocos cleuros, abu.
Hermenegilda: Eso es lo que tengo yo, pocos cleuros. Venga, que tenemos que ir al Merclackona y se hace tarde.


Resignados, los niños fueron junto a su abuela. Un pato del tamaño de un niño los estaba esperando. Llevaba consigo unos folletos publicitarios. Hermenegilda lo miró con cara de pocos amigos.

Duck: ¿Quieren unos folletos de descuento? Vendo unas referencias preciosas rebajadas de precio. Son una pasada, no pueden dejar escapar esta oportunidad. Mis productos Duck on call son todo un éxito. ¿Sus nietos quieren ser bomberos o policías?
Hermenegilda: ¿Ducocall?¿¡Y eso qué demonios es!? No entiendo la afición de ponerle a todo nombres extranjeros. Así no vas a vender nada, por lo menos a mi. ¡Ponle un nombre que se entienda! No pienso comprar algo que no entiendo y mucho menos si me lo vende un pato siniestro. Vamos,niños.


Duck: ¡No soy siniestro, señora! Niños, ¿no queréis un descuento? ¡Mis cajas son muy chulas!
Pablito: ¡Yo quería una bola de chicle!
Pedrito: ¿Nos das dineros para comprarnos una bola de chicle?
Duck: ¿Yo? Es que no tengo dinero...
Pablito: Vaya un cutre. Venga, la abuela seguro que nos compra algo en el supermercado. 
Duck: No sé lo que hago mal, pero nadie me quiere...


Minutos más tarde...

Wen y Sus se dirigían a la gasolinera. Sus conducía su coche y Wen estaba sentado en el asiento del copiloto. Sabían lo nerviosa que estaría Estrella y decidieron ir a apoyarla en su primer día de trabajo. 

Sus: De paso pondré gasolina al coche, pronto me saltará el piloto.
Wen: No sé si es buena idea ir a verla, Sus. A lo mejor la ponemos más nerviosa.
Sus: No lo creo. La saludamos y nos vamos. Intentaremos no interferir en su trabajo.


Wen: ¿Crees que durará mucho en este trabajo?
Sus: No lo sé. La verdad es que no es el trabajo que más se adapte a las necesidades de Estrella, pero a lo mejor le va bien.
Wen: Las gasolineras suelen ser muy estresantes.


Sus: Bueno, le tenemos que dar un voto de confianza. A lo mejor le encanta.
Wen: ¿Dónde está Diamante? Pensaba que vendría con nosotros.
Sus: Se ha ido con los niños al parque. 
Wen: Pues llamaré a mamá para que lleve a Briana a jugar con ellos.
Sus: Buena idea.


Llegaron a la gasolinera y se bajaron del coche. Sus agarró la manguera para llenar el depósito del coche de gasolina.

Wen: Yo voy entrando.
Sus: Vale, en seguida voy.


Wen saludó a Estrella desde el exterior. Ella lo podía ver gracias al enorme ventanal acristalado que daba a los surtidores. Ella le saludó emocionada al verle llegar. 


Duck: Disculpe señor.

Wen dio un respingo. Estaba tan concentrado en Estrella que no había visto al pato.

Wen: Qué susto.
Duck: ¿Quiere publicidad de mis productos? ¡Son una pasada y están en oferta! Toco las profesiones más interesantes y los niños aprenden. Policía, médico o bombero.


Wen: Lo siento, no me interesa.
Duck: ¡A nadie le interesa! Mis productos son un fracaso...si sigo así, no sacarán más referencias de mi temática...


En una de las mesas de la cafetería, estaban Duclack y Pradito sentadas. Habían ido a saludar a Estrella y de paso, merendar. Se estaban tomando un delicioso chocolate en taza y una porción de tarta de fresa. Ambas adoraban la lectura, así que se llevaron sus libros para leer mientras merendaban. Duclack estaba leyendo una novela sobre una chica que en otra vida había sido una serpiente y le estaba gustando mucho. Pradito leía uno sobre una princesa guerrera.


Cuando Wen las vio, fue a saludarlas antes de hablar con Estrella.

Wen: ¡Menuda sorpresa!
Duclack: ¡Wen! Hemos venido a saludar a Estrella. La pobre está un poco nerviosa, pero de momento lo está llevando bien.
Pradito: Aunque ese señor que vino antes le habló muy mal.
Wen: ¿Le han hablado mal?
Duclack: No ha sido nada, no te preocupes.


Wen fue hasta Estrella y se reprimió para no darle un beso. Ella le había pedido prudencia. No quería que los jefes la pillasen teniendo visitas en el trabajo.

Wen: ¡Estás guapísima!
Estrella: Bueno, tengo que ir vestida así.
Wen: ¿Está todo bien?
Estrella: Creo que sí. De momento estoy saliendo del paso de todas las complicaciones.


Estrella: Consume alguna cosa. ¿Quieres un muffin? 
Wen: Vale, así disimulamos. Dame uno de esos.
Estrella: De frutos del bosque. Están muy buenos. Yo me he comido uno de vainilla.


Sus entró en la gasolinera. Se fijó en una atractiva mujer negra sentada en una de las mesas. Era pelirroja y vestía con ropa muy moderna. Tenía un ordenador portátil sobre la mesa y no dejaba de teclear y sonreír.


Sus: ¡Duclack!
Duclack: ¡También has venido! ¿No has ido al parque con Diamante? Nosotras pensábamos ir ahora. Sebastián está allí con Mar.
Sus: Sí, también pensaba ir después. ¿Estáis leyendo?
Duclack: Sí, sigo con la novela que me recomendaste. Me está gustando muchísimo.
Sus: Te lo dije, es muy buena.


Sus: ¿Qué tal tu libro, Pradito?
Pradito: Muy interesante. Este se lo dejaré a Suselle cuando me lo termine. Trata de una princesa muy valiente que se enfrenta a unos monstruos malvados.
Sus: Huy, qué miedo.


Sus: ¡Estrella! ¿Qué tal el trabajo?
Estrella: De momento bien.
Sus: Me alegro mucho. No te queremos molestar. En seguida nos vamos.
Estrella: No molestáis, Sus.


Sus: ¿Quién es ese hombre tan alto?

Estrella miró por el ventanal y vio a Maximus caminando hacia el interior de la gasolinera.

Estrella: ¡Es mi jefe! Disimulad, por favor.
Wen: Vamos a la mesa con Duclack.


Maximus entró con paso firme y rápido. Estrella se puso nerviosa. Temía que le regañase por estar hablando con Wen o por haber hecho algo mal. 

Maximus: Estrella.

Wen miraba de reojo. No le gustaba que Estrella tuviese que relacionarse con Maximus. Algo en él no le gustaba.

Estrella: Hola, Maximus, ¿ocurre algo?


Maximus le sonrió. No parecía estar enfadado.

Maximus: Todo está bien, tranquila. ¿Has visto a Olivia?
Estrella: No, no la he visto por aquí.
Maximus: Perfecto. Por favor, si aparece, le dices que no me has visto.
Estrella: Ah, vale...


Maximus caminó hasta la mesa de la atractiva chica del ordenador. Todos lo miraban de reojo, expectantes. Estrella no sabía lo que estaba ocurriendo.


Maximus se acercó a ella y le habló al oído. Ella le sonrió coqueta.

Amaya: Eres un picarón. Ya pensaba que no vendrías.
Maximus: Tenía que despistar a mi novia. Ya sabes que me vigila.


Amaya: ¡Oh, Maximus! ¡Quiero ser tuya ahora mismo!
Maximus: Tus deseos son órdenes para mi. Vamos al servicio.
Amaya: ¡Vamos, date prisa! 


Estrella: ¡No puedo creerlo! Menuda pieza...

Estrella los vio salir a la calle agarrados de la mano dirigiéndose a los lavabos de la gasolinera.


Continuará...

2 comentarios:

  1. ¡Pobre Duck! Madre mía, ¡cómo me he reído con el comentario de la señora Hermenegilda! Y menos si me lo vende un pato siniestro, jajajajajjajaja, pero es verdad que a la señora Hermenegilda le pega detestar todas las palabras extranjeras, jajajajaja. Me gusta mucho este capítulo. Me encanta que Sus, Wen y todos quieran apoyar a Estrella, se nota que son amigos de verdad. Además es muy bonito que vayan a verla a su trabajo, es guay cuando te vienen a ver tus seres queridos y encima el primer día, que se está una tan nerviosa... ¡y también me ha sorprendido mucho que Duclack esté leyendo Renacida! Estoy haciéndome cávalas ahora sabiendo que Nesi aparece... ups!!!! ¿Qué pasará?
    ¡Y luego el vicioso de Maximus! Intuía que era un golfillo, ¡pero no esperaba que fuese tan descarado! Madre mía, ¡cuando lo pille Olivia...!
    ¡Por favor no tardes en poner el siguiente capítulo! ¡Estoy deseando saber cómo sigue!

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  2. ¡Ya decía yo que Maximus tenía pinta de clackiero! o ¿cómo se diría en su caso? Jajajaja. ¡Menudo pájaro! Olivia no merece eso. Espero que ella también tenga sus líos.
    Otro capítulo muy divertido. Me ha hecho reír el pato tratando de dar la publicidad de sus productos y que nadie le haga caso. Jajajaja. Una crítica muy inteligente a los productos reales. Son cuanto menos extraños.
    Me ha gustado ver a nuestros personajes en la gasolinera. Pradito merendando con Pradito en la cafetería. Y el coche de Sus es ideal para ella. Me gusta ver también a los dos hermannos juntos. Y lo del libro que lee Duclack de la clack que antes era serpiente me ha dejado intrigada. No sé si esto tiene que ver con algo que hayamos hablado o algo real. Luego me tienes que contar más despacio. Pero me gusta que lea Duclack y que se lo haya recomendado Sus.
    A ver cómo continúa esta historia.

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