sábado, 17 de febrero de 2018

Fuego en mi alma: Capítulo 05 - Esa es mi chica

Capítulo 05

Esa es mi chica

Keira creó grupos de tres y les asignó una zona del bosque. Aunque Suselle quería participar, la dejaron en la cabaña junto a Ximena y Donna. Esas personas podían reaccionar de una forma impredecible si las encontraban, por lo que era demasiado peligroso. 

Agnes y Artemisa iban junto a Valeria. Era una clack valiente y muy segura de si misma, por lo que se sentían protegidas. Comenzaron a caminar entre los árboles. Al principio reinaba el silencio, ninguna parecía capaz de pronunciar una sola palabra. Aquello a Agnes no le importaba, pues estaba disfrutando del relajante ambiente natural del bosque. Finalmente, Valeria rompió el silencio.

Valeria: Chicas, muchas gracias por ayudarnos.
Artemisa: Queremos ayudar en todo lo que sea posible.
Valeria: La gente suele pasar de estas cosas. Se piensan que nada de esto va con ellos.
Agnes: La naturaleza es todo lo que tenemos. Sin ella...
Valeria: No somos nada.
Agnes: Siempre he estado muy unida a la naturaleza. En Galicia me pasaba largas horas paseando y leyendo en el bosque.
Valeria: ¿Eres gallega?
Agnes: Sí, aunque hace mucho que no vivo allí. Aunque mi intención es volver en cuanto pueda y quedarme allí para siempre.


Valeria: Dicen que Galicia es muy bonita. No he estado nunca, pero me han hablado muy bien de ella.
Artemisa: Es una tierra preciosa.
Agnes: La tierra más preciosa del mundo. Bueno...al menos para mi.
Valeria: Es lógico que pienses así. Es la tierra dónde has nacido. Yo amo mi Wensuland y no creo que exista mejor lugar en el mundo. Por mucho que nos alejemos, la tierra que nos vio nacer siempre la llevaremos en nuestro corazón.
Agnes: Sí...
Valeria: Perdona, no pretendía entristecerte...
Agnes: No te preocupes, es añoranza por Galicia. No me has entristecido. 


Valeria: Un momento...¿Habéis escuchado eso?
Artemisa: Yo no...
Agnes: Viene alguien...
Valeria: Debemos escondernos. Puede que sea uno de esos hombres.
Artemisa: ¿Son peligrosos?
Valeria: ¿Clicks capaces de incendiar un bosque y asesinar animales por diversión? Apuesto lo que quieras a que sí. Seguidme, por aquí.


Siguieron a Valeria intentando hacer el menor ruido posible. Agnes se detuvo un momento para ver quién se estaba acercando. Sabía que podía ser peligroso, pero quería ver la persona capaz de hacer cosas tan terribles. Recordó los incendios que azotaron Galicia y eso la enfureció. Por un momento pensó en ir corriendo hasta esa persona y gritarle en la cara, pero desechó la idea al instante.


Ese ser miserable tenía la apariencia de un click normal. Era rubio, con barba. Vestía con ropa de cazador y un gorro negro de tela. Caminaba con tranquilidad, sin percatarse de su presencia.


Valeria las llevó hasta una cueva y allí se escondieron. Se asomaron para ver que hacía aquel hombre.

Valeria: ¡Lo sabía!
Artemisa: ¿Qué ocurre?
Valeria: Es uno de los cazadores que merodean por el bosque. Le he multado muchas veces y tiene varios juicios pendientes. Es un personaje despreciable. 
Artemisa: ¿Está planeando algo? Parece muy decidido...
Valeria: Seguro que sí. Debemos estar atentas. Si lo pillamos con las manos en la masa, lo podrían encerrar mucho tiempo entre rejas.


Agnes: No comprendo que exista gente capaz de dañar la naturaleza...
Valeria: Desgraciadamente hay mucha. Por eso decidí ser guardabosques. Al menos siento que hago algo por la tierra.
Artemisa: ¿Qué está haciendo?


Se acercó hasta unas rocas y apartó unos matorrales. Metió la mano entre las rocas y sacó una garrafa de gasolina.

Agnes: ¿Eso que es?
Valeria: Debe ser gasolina. La tenía ahí escondida. ¡Maldito!



Cuando agarró la garrafa de gasolina, se marchó.

Agnes: ¡Se nos escapa!
Valeria: No te preocupes, me conozco muy bien este bosque.


Algo gruñó tras ellas. Todavía no habían salido de la cueva. Al darse la vuelta, vieron a un pequeño oso mirarles fijamente.

Valeria: ¡Es un osezno! Debemos apartarnos lentamente. 
Artemisa: Mirad...esa es la madre.
Valeria: Está durmiendo, si somos sigilosas no se despertará. Si se percata de nuestra presencia, nos atacará.
Agnes: Hola, pequeño.
Artemisa: Agnes, no te acerques...


El osezno se acercó a Agnes y ella lo acarició. El animal parecía agradecido y no se mostraba hostil. 

Agnes: Pareces un peluche. Eres un animal adorable. Eu tamén me alegro de coñecerche.
Valeria: No te teme...
Agnes: Sabe que no le haré ningún daño.
Valeria: Es peligroso, Agnes...si la madre se...


En ese preciso momento, la madre se despertó. Se acercó rápidamente hasta su hijo y Agnes. Artemisa y Valeria se alejaron de ellos, pero Agnes no se movió.

Artemisa: ¡Agnes!
Agnes: No tengo miedo.
Valeria: Debes alejarte, por favor. ¡Es peligroso!


Agnes hizo caso omiso a su advertencia. Se acercó lentamente a la madre y la acarició. La osa cerró los ojos complacida y Agnes le sonrió.

Agnes: Coida do teu fillo, amiga. Hai xente moi mala que quere facervos dano.
Valeria: No doy crédito...
Artemisa: Me va a dar algo. Sabía de su conexión especial con los animales, pero nunca pensé que podría ser tan grande.


Agnes se despidió de los osos y comenzó a caminar.

Agnes: Vamos, no debemos perder más tiempo.

Artemisa y Valeria la miraban con admiración.

Artemisa: Esa es mi chica.
Valeria: Es alucinante.


Keira caminaba junto a Ben y Paula. Ella iba delante, buscando huellas o cualquier cosa que le diese pistas sobre los sospechosos. Paula escuchaba audios del móvil con los auriculares, por lo que estaba poco atenta a lo que ocurría a su alrededor.

Ben: ¿A que este lugar es precioso? ¿Paula?
Keira: No te escucha. Las niñatas son así, Ben.
Ben: No es una niñata.
Keira: Pues tampoco es una mujer. No me quiero meter dónde no me llaman, pero Paula es una...


Paula: ¡BEEEEEEN! ¡Nueva canción de Clingo! ¡Habla de un amor y parece que está hablando de nosotros! ¡LA TENEMOS QUE BAILAR!
Keira: ¡Shhh! ¡Baja la voz!
Ben: ¿Ahora? Cariño, este no es buen momento para eso...


Paula: ¡Claro que lo es!
Keira: ¡Shhh! No grites tanto, intentamos pasar desapercibidos. 
Paula: ¡Tú, calla! Se nota que estás celosa. 
Keira: ¿Yo? Niñata, estás alucinando.
Paula: Venga, vamos a bailar. Te pongo un auricular y bailamos.
Ben: Paula, te digo que ahora no es buen momento...
Paula: ¡¡QUIERO BAILAR ESTA CANCIÓN!! 


Keira: Por favor, estamos trabajando. Si gritas tanto alertaras a los que estamos intentando atrapar.
Paula: No creas que soy tonta. He visto como miras a Ben. Lo siento, pero es mío. Nos amamos y vamos a casarnos. 
Ben: ¿Eh?
Paula: Tendremos hijos y viviremos juntos. Venderemos esa cabaña y nos iremos a vivir a la gran ciudad.
Keira: Vale, felicidades. Ahora intenta hablar en voz baja, estamos trabajando.
Paula: Estás celosa y no quieres que disfrutemos nuestro amor.
Keira: Mira, guapa. Tú no sabes nada sobre mi ni sobre lo que quiero. No estamos aquí para discutir vuestro amor.
Ben: Paula, tiene razón.


Paula: ¡PERO ES QUE NO TE ESTÁS DANDO CUENTA! ¡TE ESTÁ MANIPULANDO! 
Ben: Quieres relajarte, por favor. Te equivocas con Keira. Es una gran amiga y solamente quiere atrapar a los malos, nada más.
Keira: Tienes suerte de pillarme a buenas. A mi las tonterías las justas. Ben, tienes que llevarte a esta de aquí. Está entorpeciendo nuestro trabajo.
Ben: Será mejor que volvamos a la cabaña y te tranquilices.
Paula: ¡¡NO ME DA LA GANA!! Quiero bailar esta canción contigo aquí y ahora. Ben, nos amamos, es un amor verdadero, eterno. Este bosque debe ser testigo de nuestro amor. Si no bailamos esta canción, ¿qué será lo próximo? ¿ Dejar de darnos de comer?
Keira: ¿Os dais de comer?


Austin: Disculpad que os interrumpa.

Un hombre armado con una pistola los estaba apuntando con ella. Vestía con ropa de cazador con una boina militar. Lucía una perilla y unas cejas muy pobladas. Era un hombre de complexión fuerte y una sonrisa maliciosa. 

Paula: ¡AHHHHH!
Keira: Austin, me lo tendría que haber imaginado. 
Austin: El sigilo no es lo vuestro, ¿verdad? Se escuchaban los gritos desde la otra punta del bosque.


Keira: Haz el favor de bajar esa arma. Esto no es necesario.
Austin: ¡Manos arriba!
Ben: ¿Qué pretendes?
Austin: Ganar mucho dinero. No te preocupes, tendréis una muerte rápida e indolora.
Paula: ¡YO NO QUIERO MORIR!


Ben: Te lo ruego, deja que ellas se marchen. 
Austin: Son testigos, no las puedo dejar marchar. Además, Keira sabe quién soy.
Keira: Pues claro que lo sé. Eres una maldita cagarruta sin corazón. Prometo que acabaré contigo.
Austin: Olvidas que soy yo el que tiene un arma.


Ben: Esto es un sin sentido. Matar vidas, destruir bosques...¿Tanto amas el dinero?
Austin: Digamos que el dinero es el amor de mi vida. Cuando Germán Estello me pague, seré rico. Estoy deseando quemar esa maldita cabaña que tienes.
Ben: Te ruego que desistas de esta locura.
Austin: Lo siento, está decidido.


Paula: ¡Un momento! Yo no tengo nada que ver con esto. En serio, no sé que hago aquí. A mi me da igual todo esto del bosque.
Ben: ¡Paula!
Paula: Solamente estoy aquí por Ben, pero que prefiero vivir a morir aquí. Deja que me vaya, no diré nada a nadie.
Keira: ¿Esto va en serio?


Paula: Ben, lo siento pero todo esto es demasiado para mi. Yo todavía soy muy joven para morir y tú...al menos has vivido más que yo. Prometo recordarte con amor...pero yo no quiero morir. Lo siento.
Ben: Así que nuestro amor no era verdadero.
Paula: Te quiero, pero no tanto como para morir. 
Keira: ¿Ahora ya no te apetece bailar?
Paula: ¡Calla! Ahora podrás morir con él, no te quejes.
Ben: Deja que se marche.


Austin: ¿Os creéis que soy tonto?De aquí no saldrá nadie con vida.
Paula: ¡Pero si yo no diré nada a nadie! 
Austin: Lo siento, pero no puedo dejar cabos sueltos. 


Keira: Solamente es una chica estúpida, no tiene nada que ver con esto. Deja que se marche.
Austin: Me aburrís. He dicho que no.
Paula: ¡YO NO QUIERO MORIR!
Ben: Espero que si existe el infierno, acabes allí para siempre.


Continuará...

2 comentarios:

  1. ¡Ay, me he quedado sin palabras! ¡Me has dejado con la miel en los labios y sobre todo con el corazón en un puño! Este capítulo es impresionante, no sólo por lo bonitas que son las fotografías, sino sobre todo porque está compuesto de dos partes totalmente diferenciadas que se contraponen, que son dos caras de una misma moneda. Por un lado, tenemos la primera parte con Agnes, Artemisa y Valeria. Me ha encantado esa parte, pues es muy entrañable y preciosa. Me gusta la conexión que ha surgido entre las tres. Creo que es el grupo que mejor trabajará. Además, me ha emocionado mucho la escena en la que Agnes acaricia a los ositos y habla con ellos, encima en gallego, con unas frases preciosas. Qué bonito que Agnes tenga la capacidad de comunicarse de ese modo tan entrañable y hermoso con los animales. Es una escena muy, muy bonita, muy tierna, de ésas que en las películas van acompañadas de una música hecha con flautitas y un arpa, muy conmovedora, de las que te llenan los ojos de lágrimas con una facilidad asombrosa, y es que a mí siempre me ha emocionado mucho que un animal se acerque a nosotros y se deje acariciar por nosotros, sin tener miedo, confiando en nuestra bondad. Que un animalito confíe en nosotros es algo que nos remueve por dentro y nos agita el corazón.
    Por la otra parte, tenemos la horrible escena protagonizada por Ben, Paula y Keira, y digo horrible no porque no me haya gustado, sino porque continuamente desprende una sensación muy incómoda, entre la rabia, la frustración y la incomodidad que produce estar delante de una persona tan frívola y estúpida como Paula. Yo pensaba que podría sorprendernos gratamente a todos inesperadamente, pero ya veo que me equivoqué con ella, que estaba confiando en vano en ella. Qué niñata tan insoportable. Lo mejor será que Austin la asuste de verdad, se vaya por patas y no vuelva más. Pobre Ben, vaya decepción se habrá llevado con ella.
    Por cierto, he sentido un escalofrío cuando el malo saca un bidón de gasolina de entre los matorrales y también me he sentido muy identificada con Agnes cuando de repente siente toda esa rabia al acordarse de lo que ocurrió en Galicia. Yo me acuerdo de que en aquellos momentos (y aún entonces me pasa a veces) sentía tanta rabia que incluso pensaba que yo misma podría ser capaz de sentenciar a cadena perpetua a esa gente tan idiota, tan cruel, tan carente de corazón y de humanidad.
    Vuelvo a decir que esta historia está llegándome al corazón. Me conmueven mucho todas las escenas, las fotografías son realmente preciosas, los diálogos son tan reales, tan idóneos para cada personaje... Me gusta muchísimo y estoy deseando leer la continuación. ¡Ojalá no tardes en ponerla!

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  2. ¡Un capítulo muy emocionante! Sobre todo me ha gustado la escena final con Paula, Keira y Ben. Paula es muy odiosa. Yo no la había soportado ni un segundo. ¡Santa Paciencia la de Ben! Debe tener algún encanto oculto para aguantarla. ¡Menuda petarda con la cancioncita! Y me ha hecho gracia el carácter de Keira, fuerte y cortante con la petarda. No se calla. Al final se ha desenmascarado al estar frente a la muerte. Menos mal... Ben ha podido ver quién es realmente. A ver qué sucede ahora que se ha quedado en lo mejor.

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