domingo, 23 de marzo de 2025

Historias cortas - Capítulo 02: No puedo dormir


Dormir a Bosco no era tarea fácil. Era un niño inquieto al que le gustaba jugar sin límites. Si hacían cualquier ruido, por insignificante que fuese, se despertaba llorando. Tenían la cunita junto a la cama para poder acudir rápidamente si se despertaba o necesitaba algo. Aquella noche Bosco estaba muy inquieto y le costó dormirse. Sus le había cantado unas cuantas nanas hasta que se quedó frito.


Cuando se durmió, volvió a la cama junto a Diamante, que estaba ya dormido. Le dio un beso en la mejilla y miró la hora en su móvil. Las 23:30. Suselle y Dante ya dormían. Pandy y Puchi también estaban dormidos desde hacía ya rato. Sus se durmió con bastante facilidad, cómoda entre las sábanas y esa manta tan calentita. 


Aunque su descanso duró poco. Bosco se despertó llorando. Miró la hora en el móvil y solamente había pasado una hora. Deseó con todas sus fuerzas que Diamante se levantase a atenderle, pero sabía que eso no ocurriría. Diamante dormía como un tronco.


Encendió la lamparita de su mesita y bostezó. 

Sus: Ya voy, Bosco.
Bosco: ¡Buaaaaaaa! ¡Mamá!
Sus: Voy, cariño.


Fue hasta la cunita y lo tranquilizó. Bosco se relajó cuando vio a su madre, pero seguía muy inquieto.

Sus: Bosco, tienes que dormir mi niño. ¿Qué te pasa?

Un olor muy desagradable respondió a su pregunta.

Sus: Vaya, caquita.
Bosco: Caca.


Lo llevó al cambiador para limpiarle y ponerle un pañal limpito. A Bosco le gustaban las estrellitas que colgaban en el mueble cambiador, por lo que se puso a contemplarlas intentando atraparlas con las manos.

Sus: Estate quieto, Bosco.
Bosco: ¡Mami, trellitas!
Sus: Sí, son bonitas, ¿verdad? Venga, mamá te va a contar un cuento para que te duermas.
Bosco: ¡Ziiii!


Se lo llevó a la cama y lo puso en su regazo. Diamante seguía dormido y no se enteraba de absolutamente nada.

Sus: Había una vez una chica muy guapa que se llamaba Sheena. Era una chica muy especial y muy inteligente. Su amiga Àurea le acompañaba en sus viajes alrededor del mundo. Cuidaba mucho de los animales y...


Cuando Bosco se durmió, lo llevó a su cunita y lo tapó. Respiró aliviada, Bosco se había dormido relativamente rápido, pero ella no tenía nada de sueño.


Decidió ir al baño y de paso sentarse un rato en el cuarto del piano. Allí tenían la televisión y un sofá muy cómodo. 


El cuarto tenía un piano blanco precioso con el que Suselle practicaba, un cofre con las monedas de oro de Diamante (cerrado con llave), un sofá y una televisión con videoconsolas, altavoces y demás aparatos. Además, disponía de un balcón que daba a la calle. Sus miró a través de la cristalera. Había poco movimiento en la calle. Miró a la casa de Duclack y vio solamente una ventana con luz. Se imaginó a Duclack leyendo o preparando algún viaje en su barco. Un motorista pasó a toda velocidad. Era una de esas motos tan escandalosas, con el tubo de escape trucado. Hizo tanto ruido que temió que Bosco se despertase.

Meeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeee

Sus: Le deberían poner una buena multa. No entiendo que tiene de bonito que una moto haga tanto ruido y moleste a todo el mundo. 


A pesar del ruido, Bosco no se despertó.

Sus: Menos mal...


Se sentó en el sofá, totalmente despejada. No tenía nada de sueño. Ya era la 1:30 de la noche. Encendió la televisión para ver si le entraba el sueño. Se llevó un chasco cuando vio al nuevo presidente de Wensuland en pantalla. Estaba en su despacho, dando un discurso. No entendía cómo había podido ganar las elecciones. Donald Click era un hombre tan desagradable que no le representaba en absoluto. Estaba en contra de todos los valores que para Sus, eran vitales en su vida. 

Sus: No lo logro comprenderlo. Es como poner a Freddy Kruger o Torrente como presidente. A ver qué dice...


En el rótulo aparecen noticias varias mientras el presidente habla. Siguen las manifestaciones de los famobil. Los Pinypon han protestado por la nueva ley. Las lluvias inundan el pueblo de los Pitufos, etc. 

Donald Click había decorado su despacho con multitud de armas. Las coleccionaba. Escopetas, pistolas y cuchillos decoraban las estanterías. Donald era un hombre corpulento, bastante entrado en carnes. No era guapo y su tono de voz era ronca con tono chulesco. Adoraba la comida rápida, sobre todo KFC y Click Burguer. La coca click era la bebida que más consumía y le encantaba fumar puros caros de Clisandia. Llevaba siempre gorra y a ser posible roja.

Donald: Y seguiremos expulsando a inmigrantes que están en nuestro país para delinquir. ¡Al cuerno con ellos! Ya está bien de venir aquí a delinquir, quitar el trabajo a nuestros ciudadanos y a imponer sus valores. También he ordenado que se ejecute de inmediato la ley de campos de golf y deforestación de los bosques que no sirven para nada. Millonarios de todo el mundo vendrán a nuestro país a consumir y eso nos beneficiará. 


Donald: Estoy intentando solucionar todos los problemas creados por la anterior administración. La señora González, que es una inepta y descerebrada, casi lleva a la ruina a nuestro país.  He despedido a todos los corruptos que me llevaban la contraria y ahora la justicia por fin se ajustará a mi.


Donald: Entiéndase que la anterior presidenta, al ser mujer, con los temas hormonales no podía pensar con claridad. Y saben ustedes, en seguida se ponen nerviosas y necesitan que un hombre las guie. Otras leyes que entrarán en vigor son la de excluir a los colectivos LGTBI+ de las ayudas y servicios sociales, así como prohibirles practicar deportes representativos de nuestro país y por supuesto, acceder a las fuerzas armadas. Los animales, ¡si son seres inferiores! Voy a cambiar la ley animal. ¿Animales con derechos? ¡Esto ocurre por darle voz a organizaciones radicales y descerebradas! Prohibiré las protectoras y ONG que quieren quitarle los derechos a las personas para dárselos a los animales.


El presidente se sentó junto a un hombre trajeado con gafas de sol. Era Elon Click, el empresario más famoso y millonario del Playmundo. Prácticamente todas las empresas de prestigio le pertenecían. Conocido por ser muy radical y simpatizar con Donald, este lo había convertido en su vicepresidente. 

Donald: Este tipo de aquí es un genio. Lo que necesita nuestro país. Es listo y va a levantar Wensuland de la miseria en la que se encuentra por culpa de la señora González.


Elon: Voy a priorizar el lanzamiento de clicks a marte, por lo que pronto podremos reivindicar el planeta como nuestro.
 Donald: Seremos los primeros del Playmundo. De momento con un presupuesto de 200.000 cleuros. Ahora que hemos eliminado las ayudas en comedores sociales, hay presupuesto de sobra. 
Elon: Era ridículo invertir tanto dinero en comida para muertos de hambre en vez de para cosas importantes.


Donald: Mi mujer, es uno de mis grandes apoyos. Como todo hombre que se precie, tengo una mujer que me complementa. Ella es una gran consejera y está claro que gracias a Melania, las fotos son más bonitas. Sabe lucir sus vestidos como nadie y siempre está preciosa y arreglada.
Sus: ¿Y qué narices hace esa con semejante esperpento? Imagino que por dinero.


Melania: Me siento afortunada por el éxito de mi marido, un hombre extraordinario. Es el presidente que Wensuland se merece. Yo intentaré estar siempre a la...
Donald: Ya está, amor. No es necesario que hagas ningún discurso, ¡no eres la protagonista! Hahaha, a las mujeres les gusta demasiado hablar.
Melania: Eres idi...eal, esposo mío. Tienes razón, dejo que nos sigas deslumbrando con tu gran igno...teligencia.


Un grupo de hombres chungos pasaron por el despacho. Tenían pintas de conflictivos y de llevar vidas complicadas.

Donald: ¡Mis ministros! El ministro de defensa, el señor Armando Guerra Segura, el de economía el señor Perfecto Ladrón Honrado y el de deportes, el señor Miguel Marco Gol. Señores, pasen por aquí y sírvanse whisky. Agarren un puro de los buenos, en seguida voy. 


El presidente de Argenclick apareció en el despacho. Llevaba consigo una motosierra y la movía de un lado para el otro como si fuese un psicópata de película de terror mala. 

Milei Espasar de la Ley, era uno de los mejores amigos y aliados de Donald.

Milei: ¡Presidente, le regalo esta motosierra para que corte a todo nabo que se le ponga por el camino!


Donald agarró la motosierra y la encendió. El ruido era ensordecedor.

Donald: ¡Gracias, amigo mío! ¡Con esto voy a cortar cabezas huecas de mi país!


Donald: ¡Mira, Melania!
Melania: ¡Aparta eso de mi! ¡Majareta, lerdo, palurdo!
Donald: ¡No temas, Malenia! ¡Hahaha!
Guardaespaldas: Señor, ande con cuidado.
Milei: ¡Usted si que sabe utilizar una motosierra!


Melania: ¡Eres un zoquete! ¡Te falta un tornillo!
Donald: ¡Hahahaha, qué miedosa es!
Milei: Mujeres, amigo mío.
Melania: ¡Si no fuese por la pasta ya te habría mandado al cuerno!


Sus: Es indignante. ¿Quién a podido votar a este señor tan repugnante? Este mundo se va al traste. No logro comprender que a alguien le parezca un hombre capacitado para gobernar...


Sus: ¡Bah! Me estoy poniendo de malhumor. Voy a cambiar de canal. Aquí otro capítulo repetido de Vecinos Muñecos. En este canal ponen esta serie en bucle.


Un grupo de vecinos están reunidos en una junta urgente. Se había organizado en la entrada al edificio. La serie había sido todo un éxito en los diferentes universos jugueteros. En el Playmundo había conseguido varios premios y no dejaban de salir temporadas. En la temporada que estaban emitiendo, un click de famobil era el presidente de la comunidad. Los vecinos eran muy variopintos. Una pareja de Airgamboys, un Playmobil y un Airgamboy (zooland) cerdo, dos osos Sylvanian families, dos pitufos de PVC y una cantante y un Batman de Lego.

Click Famobil: Entonces, ¿votos a favor de la derrama para arreglar el ascensor?


Cerdo: Yo voto en contra. ¡Tengo claustrofobia! Recuerdo cuando pretendían llevarme al matadero, en ese camión, todos apretujados...
Playmobil: Tranquilo, Cochino, eso ya pasó. Yo también voto en contra. ¡Hay que hacer ejercicio! Subir y bajar escaleras es una buena forma de hacerlo. El ascensor es para vagos. 


Pinypon: Pues yo voto a favor. Tengo las piernas muy cortitas y me cuesta subir esos escalones.
Pinypona: Yo también. Nos cuesta mucho subir la compra por las escaleras. ¡Es un quinto piso!
Osa Sylvanian: A nosotros nos parece bien. Haremos lo que sea más conveniente para la comunidad.
Oso Sylvanian: Pobres Pinypon, yo también estoy a favor.


Miss Airgam Olivia: ¡Los Sylvanian no podéis ser más empalagosos! Yo voto en contra. ¡Vivo en el bajo! A mi el ascensor me da igual. Además, es verdad que es bueno hacer ejercicio. El ascensor es cosa de vagos.
Airgamboy Máximus: A mi me da penilla. Voto a...
Miss Airgam Olivia: ¿Perdona?
Airgamboy Máximus: Que...que me da penilla gastar dinero. Voto en contra.
Pinypona: ¡Calzonazos! 
Lego Wyldstyle: Cuando nos hagamos mayores no podremos subir escaleras. ¿Eso os da igual?
Miss Airgam Olivia: ¡Los muñecos no envejecemos!
Lego Batman: ¡Pero las piezas se estropean!
Miss Airgam Olivia: Pues te cambias de piezas, quiróptero. 
Lego Batman: ¡Eso lo serás tú!


Gran Pitufo: No pitufeis más, pitufovecinos. Deberíamos pitufar el tema con más pitufa. Si todos pitufamos gritando, al final nos pitufaremos y no llegaremos a un buen pitufo.
Pitufina: ¡Qué bien pitufas! Deberías ser tú el presidente, Gran Pitufo.
Gran Pitufo: Gracias, Pitufina. Pitufar con calma para llegar a un buen pitufo es pitufísimo. Pitufad atentamente. Tengo una pitufa que pitufará a todos.
Pinypona: ¡No entiendo nada!
Playmobil: Yo no sé hablar pitufo.
Miss Airgam Olivia: ¡Que te pitufen! Los pitufos son seres tan raros. ¡Parecen pokémons!


Lego Batman: ¡Un respeto al Gran Pitufo! ¡Es mayor!
Miss Airgam Olivia: Eres muy gallito, pequeño quiróptero. De una patada te puedo mandar a Legoland.
Lego Batman: ¡Yo no soy eso! ¡Y tú eres una muñeca desfasada que ya ni venden en las tiendas!
Miss Airgam Olivia: ¡Qué ataque más gratuito! ¡Pero soy vintage!
Pinypona: Así que eres vieja.


Click de Famobil: ¡Por favor, calma! Como bien dice el dicho, cuarenta sabores tiene el cerdo, y todos son buenos.
Cerdo: ¿¡Qué quieres decir con eso!? ¡Quieres comerme! ¡Carnívoro! ¡Asesino de Zoolanders!
Airgamboy Máximus: ¡Tú, oso! ¡Te voy a dar una paliza!
Oso Sylvanian: ¡Pero si yo no he dicho nada!
Airgamboy Máximus: ¡Pues por empalagoso!
Gran Pitufo: ¡No pitufeis más!
Pinypon: ¡Ese Batman se lo tiene muy creído por ser Lego! ¡Los Pinypon somos mucho mejores!


Sus se quedó dormida entre los gritos de los vecinos de la serie. Amaneció y Diamante se levantó preocupado al no ver a Sus en la cama. Fue hasta el cuarto del piano y la encontró dormida en el sofá.

Diamante: Mi Sus no debería venir a ver la tele tan tarde. Luego dice que duerme mal. Claro, si es que en la cama estaría mejor.


La llamó varias veces pero no lograba despertarla. Estaba profundamente dormida. Le acarició el pelo y le dio un beso en la cabeza.

Diamante: ¡Cariño, ya es de día! ¡Los niños tienen que ir al cole! 


Sus: Ay, me dormí tarde.
Diamante: Es que deberías haber dormido en la cama. ¿Qué es lo que ves hasta las tantas por al tele?
Sus: Nada que valga la pena. Cariño, no me podía dormir. Bosco me volvió a despertar llorando.


Diamante: Deberías haberme llamado.
Sus: Estabas tan profundamente dormido que me supo mal.
Suselle: ¡Buenos días!
Dante: ¡Mamá, no quiero ir al cole!
Suselle: ¡Eso lo dice porque hoy tenemos exámenes!
Pandy: ##### (¿Me preparas el desayuno? Venga, tengo mucha hambre).
Adolfina: Buenos días, señora. Bosco ya está despierto.
Bosco: ¡Mamá!
Puchi: ¡Piooooooooo!
Sus: Creo que va a ser un día muy largo...


 

viernes, 14 de marzo de 2025

Historias cortas - Capítulo 01: La vespa, Bosco y Puchi

 Sus volvía a casa del trabajo. Gracias a su amiga Duclack, que le había regalado una vespa azul marino (su color favorito), podía volver a casa dejando atrás los atascos y problemas de aparcamiento del coche. Estaba feliz, pues era viernes y tenía el fin de semana para descansar. Noa, su ayudante en la tienda, se quedaría al cargo del negocio. 




Diamante se había llevado a Suselle y Dante al cine, por lo que solamente le estaría esperando Bosco al cuidado de la señora Adolfina. Había sido un acierto contratarla, pues su ayuda le estaba salvando la vida. Aparcó la vespa frente a la fachada de su casa.


Había sido un día al aburrido pero fructífero en cuanto a ventas. Estaba deseando entrar en casa, abrazar a su bebé y darse una buena ducha caliente. 

Sus: ¡Por fin es viernes!


En la sala de estar se encontraba Bosco en su parque infantil. En aquel recinto seguro, podía jugar con todos sus juguetes sin hacerse daño. Adolfina lo vigilaba sentada en un sillón mientras leía un libro muy interesante. Cuando Bosco emitía un ruidito más fuerte de lo normal o se quedaba callado, siempre levantaba la mirada del libro para comprobar que estaba bien. No entendía nada de la extraña historia que Bosco se estaba montando con sus juguetes. La protagonista sin duda alguna era una muñeca de color rojo.

Bosco: ¡Pchhhhh! ¡Pumbaaaa!


Adolfina: Este niño tiene mucha imaginación. 

Sonreía cuando Bosco hacía ruidos raros enfrascado en su propio mundo de fantasía.


Sus: ¡Hola! ¡Bosco!
Bosco: ¡Mamá!

Bosco soltó los juguetes y empezó a saltar de alegría. Quería salir del parque y no lograba salir.



Sus lo agarró en brazos y lo abrazó mientras se lo comía a besos. Bosco sonreía feliz.

Sus: ¿Me has echado de menos?
Bosco: ¡Zi!
Sus: Pues tenemos todo el finde para estar juntos.
Adolfina: Bienvenida a casa, señora.
Sus: Hola, Adolfina. ¿Todo bien?
Adolfina: Sí, el señor se marchó con los niños al cine. Regresarán a la hora de la cena.
Sus: Espero que no vean una película de terror. Que luego no me deja dormir...
Adolfina: Claro, los niños tienen pesadillas y no pueden dormir.
Sus: No, si me refiero a Diamante.
Adolfina: Ups.

De pronto, escuchó unos ruiditos. Procedían de Puchi, su pajarito. Lo habían encontrado las vacaciones pasadas malherido y a punto de morir. Sus lo cuidó y ahora vivía con ellos, pues ya no sabía valerse por si solo en plena naturaleza.

Sus: ¡Puchi!

Puchi: ¡Mimi! ¡Pipipio!

Sus: Yo también te he echado de menos, Puchi. ¿Lo dejamos suelto, Bosco?

Bosco: Ziiii.



Cuando abrió la puerta de la jaula, Puchi salió disparado hacia Sus. La saludó restregando su cabecita por su cara y luego voló por la estancia.

Adolfina: Ay, señora...que no se me acerque. Este pájaro me tiene manía.
Sus: No diga eso, Adolfina. Es que tiene mucho carácter y percibe que le tiene miedo.
Adolfina: Es imposible no temerle. Me ha dado ya unos cuantos picotazos y no son precisamente suaves.


Bosco: ¡Ta volando!
Sus: Sí, se ha subido a la lámpara. Pobrecito, tenía ganas de volar. Lo vamos a dejar suelto. Iremos a ponerle agua y fruta para que se refresque.
Adolfina: Le prepararé un cuenco.


Puchi voló y se posó en los barrotes del parque infantil. Bosco fue a su encuentro y lo acarició. Puchi lo observaba curioso. Todavía no sabía si podía fiarse de él, pero le permitió que lo tocara.

Bosco: ¡Puchi bueno!
Adolfina: ¿Les preparo una merienda?
Sus: Eso sería fantástico, Adolfina.
Adolfina: Pues relájese. Puede ir a ducharse mientras lo preparo todo.


Sus: Me llevaré a Bosco y Puchi a la ducha. Seguro que se lo pasan pipa con el agua.


Fin


jueves, 6 de marzo de 2025

Halloween 2024 - Capítulo 05: El círculo de huesos

Ver a Mike arrodillarse a sus pies la detuvo. Lloraba suplicando por su vida y le besaba los zapatos.

Mike: ¡Piedad, por favor!
Julia: No hace falta que me beses los pies...
Mike: Haré lo que me pidas.
Julia: Levanta, Mike. Te ayudaré.
Mike: ¿En serio? ¿Me ayudarás?
Julia: Sí, te sacaré de aquí.


Le ayudó a levantarse del suelo y le pidió que la siguiese. Mike caminaba muy pegado a ella, temeroso de ser descubierto por las demás.


Julia: Detente. No hagas ruido, por ahí viene una.
Mike: No dejes que me atrape, por favor...

Una de las chicas pasó muy cerca de ellos. Agarraba una lanza con una punta extremadamente afilada.

Julia: Pasa de largo, no te preocupes.


Julia: De prisa, tenemos que pasar por aquí.
Mike: ¡Espera, por favor!

Mike corría tras ella todo lo rápido que podía. Estaba tan nervioso que las piernas casi no le respondían.


Finalmente llegaron al coche de Victoria. Julia se puso al volante y Mike en el asiento del copiloto. Cerró las puertas con el seguro y encendió el motor.

Julia: Saldremos con el coche. Intenta que no te vean demasiado. Tienen armas de fuego y te podrían disparar.
Mike: Gracias, preciosa.


Julia aceleró lentamente y el coche empezó a moverse por el desguace. No lograba ver a ninguna de las chicas.

Mike: ¿Dónde están?
Julia: Deben estar por otra zona del desguace. 
Mike: Malditas locas. No había visto unas tías más idas de la olla en mi vida. 
Julia: No están locas...
Mike: ¿Hablas en serio? ¡Están para que las encierren! Estas son de las que necesitan que un macho de verdad les enseñe quién es el que manda.
Julia: Eso es muy machista.
Mike: ¡Machista! Lo siento, son tus amigas, o lo eran, pero están locas. Nena, tú sin embargo has hecho lo correcto. Si ya me di cuenta cuando te vi por primera vez, que eres una chica delicada incapaz de hacer daño a nadie.
Julia: No estoy tan segura de eso. He estado a punto de matarte.
Mike: Pero no lo has hecho. Preciosa, gracias por ayudarme.
Julia: ¿Y de verdad no pretendías matarnos?


Mike: ¡Pues claro que no! Estaba de broma con vosotras. Venga, preciosa, ahora no es momento de pensar en eso. Prometo compensarte con un buen ramo de rosas y si quieres, una cena en el restaurante que quieras.
Julia: Entiendo.

Julia giró por un camino más estrecho que daba a  un círculo de huesos en el suelo y bidones de fuego colocados alrededor.

Mike: ¿Dónde estamos?
Julia: Eres el único que ha conseguido sobrevivir, ¿verdad?
Mike: Sí, creo que están todos muertos.
Julia: Será mejor que dejemos el coche aquí.
Mike: ¿Qué? ¡No me parece buena idea! Julia, esto no me gusta nada.
Julia: Están agazapadas, esperando atacar. No lograremos salir con el coche. Tengo una idea mejor.


Salieron del coche y se dirigieron al circulo de huesos.

Mike: ¿A dónde vamos?
Julia: ¡No te detengas!


Una vez dentro del círculo, salieron todas de su escondite. Los rodearon pero sin entrar en el circulo de huesos.

Mike: ¡Nos han pillado! ¡Maldita sea!
Julia: Tranquilo, no pueden hacerte daño.
Mike: ¿No pueden?
Julia: Es un círculo sagrado. No pueden entrar.


Mike: Malditas lunáticas. ¡Estáis piradas! Julia, ¿y qué hacemos ahora?

Julia agarró un enorme hueso del suelo y se acercó a Mike.

Julia: Terminar el ritual.
Mike: ¿Qué?


Julia clavó el hueso en la espalda de Mike hasta que este cayó al suelo. Se retorcía de dolor sabiendo que aquellos, eran los últimos segundos de su vida.

Mike: Mujeres...
Julia: Gracias, Mike. Me has mostrado el camino sin quererlo. Ahora, soy la nueva representante de nuestra fe en la tierra.


Hemera y Nix se acercaron a Julia y le levantaron los brazos para celebrar su victoria.

Nix: ¡Tenemos nueva representante!
Hemera: ¡Nuestro ritual llega a su fin!

Todas aplaudían entre gritos de felicidad. 

Julia: ¡Gracias, chicas!


Harry miró a Calabazo cuando este concluyó la historia. Resopló disgustado y puso cara de pocos amigos.

Harry: Pues vaya un chasco.
Calabazo: ¿No le ha gustado?
Harry: Es una locura de historia.
Calabazo: Usted quería que saliesen chicas guapas y fiestas.
Harry: ¡Pero no chicas asesinas ni ese tipo de fiestas!
Calabazo: Debería habérmelo especificado.


Harry: ¿Puedo ir al servicio? Tengo que ir a cambiar el agua al canario.
Calabazo: Hacía años que no escuchaba esa frase tan absurda y patética. Puede ir al servicio. Se encuentra en la plana superior.
Harry: ¿Cómo subo?
Calabazo: Por las escaleras, a no ser que sepa usted volar o teletransportarse. 
Harry: No sé que es eso...


Harry subió las escaleras poco a poco. El viento se colaba por los huecos de los ventanales y los gritos de los zombies invadían la mansión. 


Subió a la planta superior pero no lograba ver el cuarto de baño. Estaba oscuro y lo poco que podía ver parecía abandonado. El polvo, las telarañas y la suciedad estaban por todas partes.

Harry: ¿Hola? ¡Señor!


Caminaba sin rumbo fijo. Le rodeaban susurros, ruidos extraños y pasos que parecían dirigirse a él.

Harry: ¿Hola?


De pronto, llegó a un ataúd. No podía dejar de tiritar. Tenía miedo y mucho frío. La mansión de Calabazo no era un lugar precisamente muy confortable. La curiosidad le pudo, así que abrió el ataúd.


Un hombre de pelo blanco y tez muy pálida estaba tumbado en su interior. Tenía los ojos cerrados. Harry pensó que debía estar muerto, pero de pronto, abrió los ojos y lo miró enfadado. Abrió la boca y le enseñó sus colmillos.

Harry: ¡Un vampiro!


Vampiro: ¡Grrrr no huyas! ¡Tengo sed!
Harry: ¡Socorro!


Al intentar bajar las escaleras, una fantasma se interpuso en su camino. Le habló en un idioma que no reconoció pero lo más escalofriante era su voz de ultratumba.


Harry bajó las escaleras a toda prisa y el fantasma lo dejó ir sin intención de perseguirle. Llegó a la planta baja y corrió hasta la puerta.

Harry: ¡Tengo que salir de aquí!



Una bruja poseída por un demonio muy poderoso lo acechaba desde las sombras de la casa. Empezó a reírse a carcajadas y Harry casi se muere del susto.


Abrió la puerta y salió a toda prisa de la mansión. Los zombies le estaban esperando pacientemente en el exterior, por lo que no tardaron en darle alcance.

Harry: ¡¡Quiero volver al bar!!


Los zombies se abalanzaron sobre él y este cayó al suelo entre mordiscos y arañazos. Calabazo salió a la puerta alertado por los gritos desgarradores de dolor. Vio al pobre Harry morir devorado por los zombies sin que ya se pudiese hacer nada por su vida.


Calabazo: Vaya, creo que se ha debido asustar por lo sucio que tengo mi cuarto de baño. Hace unas pocas décadas que no lo limpio, pero entendedme, no pensaba que recibiría visitas.


Calabazo: Pobre Harry. Bueno, no os voy a engañar, me ha dado completamente igual que haya muerto. ¡No le ha gustado mi historia! En fin, ya da igual. Harry es historia. Gracias por estar un año más ahí. Espero que os haya gustado mi historia. El año que viene prometo estar una vez más aquí. Pasaré lista y si no estáis presentes, iré buscaros para daros un buen escarmiento. ¡Feliz Halloween, amigos!


FIN