martes, 3 de marzo de 2015

El Cumpleaños de Junior

Después de un día horrible en clase, Junior estaba triste y desanimado. Dos de sus compañeros se metían con él todos los días. El acoso le estaba causando un verdadero trauma. Se metían con su aspecto físico y le llamaban "el monstruito". Por su pelo verde y piel pálida era objeto de sus burlas. Los viernes Junior salía del colegio corriendo y feliz por la llegada del fin de semana. Aquel viernes Junior llegó a casa cabizbajo y triste. Fue directamente a su habitación y se tumbó en su cama a llorar.


PD (Payaso Demonio) tocó a la puerta de la habitación y entró. Estaba preocupado por su hijo. Aunque tenían poderes sobrenaturales para escarmentar a esos niños, no querían señalarse. Aquel día era el cumpleaños de Junior y parecía no acordarse. PD entró y le siguió Hurto, el perro de la familia.

PD: ¿Junior? ¿Te encuentras bien, hijo?
Junior: Quiero estar solo...
Hurto: ¡Guau guau! ¡Grrrr! (No te pienso dejar solo)
PD: Esta situación debe cambiar. El lunes iré sin falta y hablaré con la dirección del colegio.


Esas palabras llamaron la atención de Junior y se incorporó en la cama.

Junior: No quiero que lo hagas...entonces me dirán que soy un bebé que no sabe defenderse solo. 
PD: ¡Eso no es verdad! Sabes defenderte solo pero a veces no viene mal que nos ayuden.No permitas que esos insignificantes humanos sin corazón te arruinen el día. ¿Es que no lo recuerdas? ¡Es tu cumpleaños!


Junior: ¡Es verdad!
PD: Levántate, tengo una sorpresa para ti.
Junior: ¿Una sorpresa? ¿Que es?
PD: Ahora lo verás.

Se levantó de la cama y abrazó a su padre emocionado.La tristeza desapareció y sus ojos brillaron por la ilusión.

Un niño se asomó por la ventana de la habitación de Junior. Llevaba su pelo rubio muy repeinado y con sus ojos azules observaba la escena. No quería ser visto así que se asomaba con sigilo. A pesar de tener cuidado fue visto por Hurto. Al ver al intruso se puso a ladrar enfadado.

Jaimito: ¡Shhh, calla chucho!
Hurto: ¡Grrrrrr! ¡Guau guau! (¡Ey tú! ¡¡Allanamiento de morada!! ¡¡Largo!!) 


PD: Hurto, ¿que te ocurre? No montes tanto escándalo.
Junior: Habrá visto un ratón.
PD: La sorpresa está en el comedor. Vamos, yo creo que te gustará.
Junior: ¡Que nervios! Vamos, Hurto.

El niño se escondió para no ser visto. Junior y su padre salieron del cuarto y aunque Hurto ladró un poco más, al final se marchó con ellos.


Cuando se marcharon de la habitación, el niño se volvió a asomar. Cuando se aseguró que no había nadie que lo pudiese descubrir, hizo un gesto y otro niño se asomó. Eran dos hermanos gemelos que se llamaban Jaimito y Carlitos. Los dos se peinaban y vestían igual. Eran rebeldes y mal educados. Ellos eran los que se metían con Junior en el colegio. Eran conocidos por sus travesuras y todos los niños les tenían miedo. Aunque le hacían la vida imposible a todos los compañeros, Junior era el que más sufría su acoso.

Jaimito: Por poco nos descubren por culpa de ese perro pulgoso.
Carlitos: ¿Y aquí vive el monstruito?
Jaimito: Sí. Mira que este lugar es tétrico...
Carlitos: Yo pensaba que vivía en un cementerio, ¡jajajajaja!
Jaimito: ¡Y yo!


Entraron en el cuarto de Junior y observaron todos lo detalles. No tenían suficiente con el acoso al que le estaban sometiendo en la escuela, querían ir más allá. Tenían pensado burlarse de él en su propia casa e investigar el lugar donde vivía para contárselo a los demás.

Carlitos: Mira, hermano. ¡Este caballero de juguete mola!
Jaimito: ¡Pues para nosotros! ¿Te has dado cuenta que esta habitación es perfecta para el monstruito?
Carlitos: Sí, es espantosa. Vamos, tenemos que encontrarle. Le vamos a dar un buen susto.
Jaimito: Haremos fotos con el móvil y se lo enseñaremos a todos.


En otra estancia del castillo...

PD: ¡Ya puedes abrir los ojos!

Junior los abrió y descubrió que le habían preparado una fiesta sorpresa. Una gran mesa con toda clase de dulces y un inmenso pastel de cumpleaños, un montón de regalos y lo mejor, todos sus amigos.

Junior: ¡No puede ser! ¡Es una fiesta sorpresa!


Todos: ¡Felicidades, Junior!
Junior: ¡Muchas gracias! ¡Habéis venido todos!
PD: Menos tu tía Pepota, que está viviendo en el poblado de los Masais y es imposible comunicarse con ella.

Sus grandes amigos Jorgito, Willy y Renzo habían acudido a la fiesta. Eran sus mejores amigos, los niños con los que mejor se llevaba. También habían asistido Vicrogo,  Krastya, Bozo, Calabazo, su prima Rosita (una payasa de piernas muy largas) y claro está, su madre Calíope.



Junior: No me habíais dicho nada, ¡que sorpresa!
Willy: No queríamos estropear la sorpresa.
Renzo: Sabemos que estás depre así que queríamos sorprenderte.
Jorgito: Aunque me daba un poco de miedo venir a tu casa...por un amigo lo que sea.

Junior vivía junto a sus padres en un antiguo castillo. Aunque parecía estar descuidado repleto de telarañas, polvo y estancias oscuras, a ellos les encantaba vivir así. Aunque Junior todavía era pequeño, pronto empezaría a desarrollar sus primeros poderes sobrenaturales. Sus padres eran capaces de hacer cosas sorprendentes.


Llegó la ronda de los regalos y Junior los fue abriendo uno a uno rompiendo el papel de envolver totalmente ilusionado.

Bozo: Expegro gue te gruxte, ñam ñam ñam.
Krastya: Bozo, no hables con la boca llena...y deja de comer, ¡esas rosquillas son para todos!
Bozo: Una más, ¡ñam ñam ñam!
Junior: ¡Una pelota del Real Wensuland! ¡Mola!



Vicrogo: Un pajarito me ha dicho que deseabas este disfraz.
Junior: ¡Un disfraz de fantasma! ¡Yupiii!


Calabazo: Es una cabeza loca. Los niños diabólicos del inframundo están como locos con ellas. Se han agotado en las tiendas  del tremendo éxito.
Junior: ¡Que pasada!
Calabazo: Cuenta historias terroríficas, muerde, escupe, insulta, erupta y grita cuando menos te lo esperas.
Junior: ¡Muchas gracias, me encanta!



PD: Ahora llega el momento de entregarte nuestro regalo.
Junior: ¿Que es?
Calíope: Esperamos que te guste, hijo. Se trata de un regalo muy especial. Implica mucha responsabilidad. Debes cuidarlo y protegerlo. No es un objeto ni algo de lo que te puedas deshacer. Desde ahora será tu responsabilidad y de su bienestar y felicidad te tendrás que encargar.
Junior: ¿Un perro?
PD: Te regalamos un amigo, pero recuerda lo que ha dicho tu madre, no es un objeto.


Calíope: ¡Adelante!

Junior era un gran amante de los dragones. Cada semana visitaba junto a sus padres el valle de los dragones. Allí los veía volar y moverse durante horas. Tenía libros, figuras y películas sobre ellos y su fascinación era total. 

Junior: ¡Un dragón!

Se trataba de una cría de dragón aunque no por ello era pequeña. Era negro y rojo con dos enormes alas.Miró a Junior curioso y se acercó a él para lamerle el rostro. Habían conectado.


Junior le abrazó y el pequeño dragón agradeció la muestra de cariño cerrando los ojos y rugiendo.

Junior: Eres precioso. Prometo cuidarte y quererte toda la vida. Te voy a llamar...¡Draky! ¿Te gusta?

Todos los niños se acercaron hasta Draky y lo acariciaron. Junior estaba en una nube. Por fin había conseguido alcanzar su sueño, tenía un dragón como amigo.



Calíope: Hemos acertado con el regalo.
PD: Sí, sabía que le gustaría. Me gusta verle así, tan feliz.
Calíope: No soporto que esos niñatos se metan con nuestro pequeño. Deja que les de un buen escarmiento, ¡para algo tenemos poderes!
PD: De esa forma nos señalaremos más. Es mejor que vayamos a hablar con los profesores.
Calíope: Está bien...Tengo que ir a ver como va mi poción. Ahora vengo.


Krastya: Vicrogo, ven acércate. 
Vicrogo: ¿Que ocurre?
Krastya: Quiero que pruebes esta pizza que hemos comprado Bozo y yo. Está deliciosa. Es de una pizzería cerca de casa y está para chuparse los dedos.
Vicrogo: Ya se me hace la boca agua. ¿De que es?
Krastya: Vegetal. Tiene tomate, cebolla, olivas, pimiento rojo,...


Al destapar la caja de la pizza descubrió que allí no había nada. 

Krastya: ¡No está!

No lo dudó un instante. Su mirada se dirigió hacia su querido novio, Bozo. Él la miraba asustado mientras se comía una barra de pan.

Krastya: ¡Te la has comido!


Bozo: Yo..eh...tenía que probarla por si estaba mala...¡lo he hecho por vuestra seguridad!
Krastya: ¡Tragón!
Rosita: No pasa nada, Krastya. Hay mucha comida, no te preocupes.
Vicrogo: Sí, no pasa nada...aunque me habría gustado mucho probarla.
Bozo: Lo siento...



Jaimito y Carlitos seguían investigando el castillo en busca de Junior. Finalmente llegaron a la cocina. Entraron curiosos aunque también empezaban a tener miedo. El aspecto de todas las estancias del castillo eran terroríficas. Muchas oscuras, con ruidos extraños y silencios ensordecedores. 

Carlitos: ¡Un poco de luz! Hermano, ¿y si nos vamos?
Jaimito: ¡No seas cagao!
Carlitos: No es por miedo...es que estoy cansado. ¡Ey, mira!
Jaimito: ¡Una serpiente! 


Sobre una caja había una enorme serpiente preparada para ser cocinada.

Jaimito: ¡Que asco!
Carlitos: ¡Haz una foto! Ese monstruito come serpientes...


Jaimito: ¡Mira, ratones! Parece que están vivos pero no se mueven...
Carlitos: ¡Arañas, sapos, ratones! ¡Que asco! ¡Se comen a los bichos!
Jaimito: ¡Haremos fotos de todo!
Carlitos: Este sitio me da repelús...


Escucharon pasos que se acercaban hacia ellos. Asustados se escondieron tras una mesa. La puerta se abrió y entró Calíope.

Jaimito: Es la madre de monstruito...
Carlitos: ¡Shh, calla!


Tenía una enorme olla en el fuego y se acercó a ella. La removió con un cucharón suavemente.

Calíope: Perfecto. Ahora los últimos ingredientes.


Se acercó hasta la mesa en la que estaban escondidos los niños y agarró un escorpión muerto de un recipiente.

Calíope: Escorpión negro.
Jaimito: Tengo mucho miedo, hermano.
Carlitos: Y yo...es una bruja...tenemos que salir de aquí...


Calíope: ¡Araña venenosa! Este ingrediente me encanta, le da un sabor exquisito.
Jaimito: Quiero ir a casa...
Carlitos: Y yo...


Calíope: ¡Un ratón muerto! Esta es la estrella de la poción. Es mi ingrediente secreto. Es una lástima no tener cabeza de niño humano para darle más sabor...

Calíope no era tonta. Supo desde el primer momento que estaban allí. Identificó a los dos hermanos como los responsables de hacerle la vida imposible a su hijo. No lo dudó un instante, les daría una buena lección aunque PD no estuviese de acuerdo.



Carlitos: Salgamos de aquí, ahora que está de espaldas.


Calíope se dio media vuelta y gritó. Los niños se volvieron a esconder asustados. Jaimito se orinó encima pero lo de Carlitos fue algo mucho peor...

Jaimito: ¿Nos ha visto?
Carlitos: Creo que no...
Calíope: ¡Me voy a transformar! Me apetece tomar mi forma original.


Tras pronunciar unas palabras ininteligibles se convirtió en una bruja terrorífica. Su aspecto no podía dar más miedo.

Calíope: Así estoy mejor. Además, con este aspecto tengo mis sentidos más agudizados. ¡Que mal huele! ¿De dónde vendrá esa asquerosa peste? No creo que provenga de la olla...


Se dio media vuelta y aprovecharon para salir lentamente de su escondite.

Jaimito: Vamos, de prisa. Si nos descubre nos arrancará la cabeza...


Calíope: ¡Cuuuucaaaaa!

Volvieron a esconderse cuando la bruja se dio media vuelta y se puso a pronunciar ese nombre.

Calíope: ¡Cuuucaaa! ¿Dónde estás, bonita? ¡Estás ahí!

Una enorme araña marrón, con manchas blancas y muy peluda apareció bajando la pared.

Calíope: ¡Mi niña guapa! Ven con mami, que es la hora de comer.
Jaimito: ¡Es una araña! ¡Me dan asco las arañas!
Carlitos: Socorro, que alguien nos ayude...


La araña saltó sobre la bruja y esta la abrazó.

Calíope: Pero que guapa estás, Cuca. Sé que te gustaría comer niños, que es tu plato preferido, pero es que por aquí no hay niños disponibles...aunque si quieres, un día vamos al colegio de mi hijo y te comes a esos dos desgraciados que se meten con Junior. Nadie se mete con mi hijo sin sufrir las consecuencias.
Carlitos: Habla de nosotros...estamos perdidos.
Jaimito: ¡Buaaaaaa!
Carlitos: ¡Shhh!


Calíope: Toma, te he preparado un par de ratones. Come hasta saciarte, querida. Uy, ese olor...aquí huele raro...como a niños repelentes...¿Hay alguien escondido por aquí? 


No pudieron aguantar más la presión y salieron de su escondite. Los dos gritaron asustados y desesperados. Calíope los miró con satisfacción. Sus rostros reflejaban puro terror.

Jaimito: ¡No nos haga daño, señora!
Carlitos: ¡No nos volveremos a meter con monstruito!
Calíope: ¿¡Cómo le has llamado!?
Carlitos: ¡Perdón, quise decir Junior!


Jaimito: Corre, hermano. ¡Corre!
Calíope: ¡Pagaréis por todo el daño que le habéis hecho a mi hijo!

Se puso entre ellos y la puerta para que no pudiesen escapar. 

Carlitos: ¡Socorro! ¡Déjenos salir, bruja!
Jaimito: ¡No volveremos a meternos con Junior!
Calíope: ¡Vuestras palabras no valen nada!


Carlitos: ¡Se lo prometo! Cómase a mi hermano, él ha sido más malo que yo.
Jaimito: ¡Mentiroso! Mi hermano me obliga a meterme con monstru...digo, Junior. 
Calíope: ¡Pata de cabra, cara de vaca, cola de gato y piel de rana! ¡Convierte a estos dos delincuentes, en aquello que merecen!

Los dos hermanos se convirtieron en ratones.

Jaimito: ¿Eh? ¡Ahhhhh!
Carlitos: ¡Eres un ratón!
Jaimito: ¡Tú también! ¡Socorro!


La bruja agarró una escoba para aplastar a los dos roedores.

Calíope: ¡Os voy a aplastar y os daré de comer a mi querida Cuca!
Jaimito: ¡No por favor! ¡Buuuaaaa!
Carlitos: ¡Corre!


Cuca se interpuso en su camino cuando pretendían escapar. Si antes se habían asustado con la araña, ahora mucho más. Se acercaba a ellos lentamente, fijando sus ojos negros en sus pequeños cuerpos de ratón. Aunque parecía que estaban en peligro, Cuca no tenía intención de causarles daño, al igual que Calíope. 

Calíope: ¡Vamos, Cuca! ¡A comer!


Los dos ratones corrieron hasta llegar a una estancia con ventanas. Calíope y Cuca los perseguían de cerca.

Calíope: ¡No volveréis a meteros con mi hijo nunca más!
Jaimito: ¡No mires atrás!



De pronto se toparon con unas enormes patas negras. Asustados miraron hacia arriba y descubrieron a quién pertenecían. Draki los miraba curioso. No le gustaban los ratones y no sentía el más mínimo interés por ellos.


Jaimito: ¡Un dragón! ¡Mamáaaaaaaaaaaaaaa!
Carlitos: ¡Por la ventana, huyamos por la ventana!


Los dos hermanos consiguieron llegar a la ventana y escaparon. Calíope los miró divertida y no pudo evitar echarse a reír a carcajada limpia.

Calíope: ¡Jajajajajajajaja! ¡Esos dos no volverán más por aquí!
Junior: Mamá, vamos a cortar la tarta...¿que ocurre?



Calíope: No ocurre nada, hijo. Algo me dice que no vas a tener más problemas en el colegio, ya lo verás.
Junior: Eso espero...
Calíope: Confía en mi, hijo. Ve con los demás, yo ahora mismo me reúno con vosotros.


Los dos hermanos convertidos en ratones corrían alejándose lo más rápido posible del castillo. El terror dominaba sus diminutos cuerpos.

Jaimito: ¡Los hemos perdido!
Carlitos: ¡No dejes de correr! ¡Tenemos que escondernos en algún lugar dónde no nos encuentren!


Carlitos: ¡Pero somos ratones! ¡Yo no quiero ser un ratón! ¡Buuaaaaa!
Jaimito: Yo tampoco, ¡buaaaaaa!


De pronto recuperaron su cuerpos originales. Los dos niños se miraron sorprendidos y lloraron entre aliviados y asustados.

Jaimito: ¡Volvemos a ser normales! 
Carlitos: ¡Esto ha sido una pesadilla! Hermano, nadie creerá los que nos ha ocurrido. Hemos perdido nuestros móviles...Escucha, tenemos que guardar el secreto. 
Jaimito: Y a ese monstruito lo dejamos en paz. No quiero que esa bruja nos persiga...


Calíope: ¡Mi hijo se llama Junior! ¡Si me entero que os volvéis a meter con él, iré a por vosotros! ¡Corred par de roedores apestosos! ¡No volváis nunca más!


Los dos hermanos corrieron como alma que lleva el diablo. Jamás volverían a meterse con Junior y no se acercarían por el castillo por nada del mundo. 

Jaimito: ¡Me he hecho pipi! ¡Buaaaaaa!
Carlitos: ¡Yo caca! ¡Buaaaaaaaa!


FIN

5 comentarios:

  1. ¡Qué buena historieta! Es muy divertida. Y esos niñatos reciben su buen escarmiento. ¡Qué mal me caían! ¡Le roban hasta el click caballero! Y se meten en el colegio con el pobre... PD Junior es un click muy especial, me encanta hacer historias con él. Hay algunas fotos en las que pone una carita más expresiva. Quizás por su condición de bicho raro incomprendido se le coge más cariño y da ganas de protegerlo. Me ha gustado ver también a toda la familia de payasos demonios en la casa. Me hubiera gustado ver también a Pepota, porque es la primera vez que veo a toda la familia reunidos. Pero tenemos planes con ella como te comenté. Gracias por pensar en ello y darle coherencia a esa futura historia. Bozo es un payaso zampón pero con esa cara de bonachón, es imposible enfadarse con él. Rosita una mimosa, jajajajaja. Me hace gracia la foto en la que abraza a Bozo y le dice algo así como que no se preocupe, que no pasa nada porque se haya comido todo. Me la imagino con una vocecilla de inocentona. ¿Esta familiar no ha salido con cara de payasilla? ¿Será adoptada? Aunque lo de patilarga... Hay que reconocer que todos tienen algo de raritos. Me gustaría aumentar a la familia con más personajes en futuras historias. Me hacen mucha gracia.
    Draky es un regalo precioso. ¿Dónde lo meterán cuando crezca? ¿Tardarán mucho los dragones en dar el estirón? Me gustaría algún día ver el valle de los dragones que suelen visitar PD, Calíope y Junior. Y luego el regalo de la cabeza loca, ¡OJO, todo lo que hace!, jajajajajaja.
    Menos mal que Calíope se ha encargado de que a Jaimito y Carlitos se les quite las ganas para siempre de meterse con su hijo. ¡Vaya unos cobardicas!
    Tenemos que seguir con estos personajes haciendo cosillas. Son muy especiales todos ellos.

    ResponderEliminar
  2. habia puesto un comentario largo y no ha salido, cualquiera lo repite ahora...
    es casualidad que haya estado recreando toda la familia de payachos para hacer una nueva historia? te falta el mas terrorifico de todos: PAYACHO AB!!
    felicidades, una gran aventura como siempre, de la factoria wensus.

    ResponderEliminar
  3. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

    ResponderEliminar
  4. ¡Qué entrada tan divertida! Me ha gustado mucho, empezando por Junior, que me cae bien, y su familia, que, pese a ser tan oscuros, me encantan; siguiendo porque me da mucha impotencia que se rían de Junior en el colegio; después continuando con la fiesta de cumpleaños que le han preparado, es genial. No tiene nada que ver, pero cuando le regalan el dragón a Junior me he acordado de que, cuando era muy pequeñita, me regalaron dos pollitos y también eran una responsabilidad y la primera vez que dormían en mi habitación, en una cajita, tuve que cantarles una nana para que se durmiesen. Me ha hecho gracia la desaparición de la pizza... Jajajajaja...
    Otra cosa que quería apuntar es que me ha hecho gracia que hayas utilizado el oxímoron silencio ensordecedor, pues esas construcciones me recuerdan mucho a Sinéad.
    Después me ha encantado el escarmiento que les ha hecho la madre de Junior. ¡Se lo merecen! A ver si así se atreven a meterse más con él. Es una historia muy original. ¡Enhorabuena!

    ResponderEliminar
  5. ¿Quiénes son los buenos? ¿quiénes son los malos? ¿quiénes son los monstruos? En esta historia, sin duda, los villanos son esos detestables gemelos, tan rubitos, tan perfectos... tan insoportables. En comparación, PD Junior es un encanto, y aunque aún no hemos visto en funcionamiento sus poderes mágicos (que los tendrá, seguro), es inevitable sentir por él toda la ternura del mundo cuando al principio está tan triste al ser discriminado, es fácil identificarse con él. La fiesta que le prepara su papá es una gran idea, ¡mira que estar tan triste como para olvidar el cumpleaños! Todos los regalos son geniales (lástima que no vendan cabezas locas aquí, qué suerte tienen en el inframundo, me compraba una ahora mismito), pero claro, no se puede comparar ninguno con Draky, que es un ser vivo y seguro se convertirá en un compañero maravilloso de Junior, supongo que crecerá despacio, pero mejor, así lo puede tener en casa e incluso en su cuarto durante más tiempo. Me ha llamado la atención también lo que pasa con Bozo y la pizza, seguro que le ha dado vergüenza, es que... conecto mucho con los que tienen problemas para dejar de comer, ¡es tan difícil a veces! Seguro que estaría riquísima... ¡ñam ñam! A partir de ese momento la historia cambia, y tenemos la parte protagonizada por Calíope y los gemelos, ¡sin olvidarnos de Cuca y Draky! Me encanta que paguen por lo que han hecho, en realidad es un precio muy pequeñito, para ellos es un mal rato (muy malo, eso sí), pero seguro que se las han hecho pasar fatal a Junior y a muchos otros, ¡ojalá siempre hubiera una Calíope a mano para poner las cosas en su sitio! Como siempre, una historia original y con corazón, que viene acompañada de unas fotazos geniales, ¡hazme caso y empieza a hacer reportajes y a venderlos! Y, mientras tanto, no te olvides de ponernos más historias como esta :-)

    ResponderEliminar