lunes, 25 de julio de 2022

Historias del barrio - Capítulo 07: Flower Power

Alejandra era la mecánica de confianza de Wen. Cada vez que tenía algún tipo de avería en su coche, acudía a su taller. En esta ocasión, Wen llevó la vieja furgoneta que su abuelo les regaló a todos los nietos. Los fines de semana, salían de excursión todos juntos. Fueron tiempos muy felices para Wen y Sus. Con el paso de los años, la furgoneta quedó en desuso y finalmente la dejaron olvidada en un garaje. Ernesto se acordó de ella y quiso resucitarla. Estaba enfermo y deseaba pasear junto a sus nietos en ella. Todavía le quedaban fuerzas para seguir luchando.

Alejandra: Esto ya está. 
Wen: ¿Ya? Pensaba que tardarías mucho más en arreglarla. 


Alejandra señaló algunas partes del motor y empezó a explicarle todo lo que había reparado. Wen asentía con la cabeza pero no tenía ni idea de lo que le estaba contando.

Alejandra: Esta furgoneta es una jabata. Ya no se fabrican así de resistentes. 


Era una furgoneta wolkswagen T1 dividida en tres colores. La parte baja en color naranja, la media blanca y el techo azul marino. Estaba decorada con dibujos hippies con flores, palomas y las míticas palabras flower power en los laterales. 

Wen: Eso dice mi abuelo.
Alejandra: ¿Cómo está Ernesto?
Wen: Es fuerte y de momento va aguantando.
Alejandra: Me alegro mucho. Un día me pasaré a verlo. Por cierto, tienes que vigilar el nivel de aceite de la furgoneta.


Wen: Es que llevaba mucho tiempo parada.
Alejandra: Te voy a regalar una lata y la guardas para cuando la necesites. 
Wen: Gracias, Alejandra.


Estrella había acompañado a Wen al taller para recoger la furgoneta. Mientras Alejandra hablaba con Wen, ella esperaba aburrida. No había nada en el mundo más aburrido para ella que un taller mecánico. Miraba las paredes, repletas de herramientas, baterías, ruedas, latas,...le producía un gran rechazo. Las paredes lucían manchas de aceite y grasa.

Estrella: Pufff, qué aburrimiento.


Wen: ¿Has podido arreglar la puerta del conductor?
Alejandra: Tuve que pedir algunas piezas, pero la arreglé sin problemas.
Wen: Menos mal, tenía que subir por la puerta del copiloto y era muy incómodo.


Alejandra: También tienes las cuatro ruedas nuevas y de la misma marca. Ya sabes, para pasar la ITV tiene que ser así.
Wen: ¿Tienen que ser de la misma marca?
Alejandra: Sí. Ahora es una falta grave. 
Wen: Ya no saben cómo sacarnos el dinero...


Wen: Estrella, nos vamos.
Estrella: ¡Por fin! Estoy deseando salir de aquí.
Alejandra: ¿Tan mal te caigo?
Estrella: Oh, no es eso...
Alejandra: Tranquila, es broma. 


Wen: Bueno, pues nos vamos. Gracias por todo. ¿Tengo que pagarte algo más?
Alejandra: No, ya estamos en paz. Disfrutad de esta maravillosa furgoneta y saluda a tu abuelo de mi parte.
Wen: Lo haré. 


Isidora y su hijo caminaban por la calle. Estaba muy disgustada. No le había gustado nada que su hijo hablase con Paca Laca. Para ella, era una persona despreciable y una muy mala influencia.

Isidora: Así que no lo hagas más. Si se te acerca, te alejas como alma que lleva el diablo.
Josué: Solamente intercambiamos unas palabras, madre.
Isidora: Suficiente para que el demonio se cuele en tus pensamientos. 
Josué: Está bien, no hablaré más con ella.


Terminaba otro día más de clases de refuerzo. Dante y los niños salieron a la calle para reencontrarse con sus familiares. 

Brenda: Mañana es sábado, así que nos volveremos a ver el lunes.
Dante: Buen finde, profe.
Brenda: Igualmente, Dante.


Eva: Dante, ¿vamos ahora a ese lugar especial que te dije?
Dante: Vale. Se lo preguntaré a mi madre, a ver si me deja.


Brenda: Esperad aquí hasta que vengan vuestros padres.
Eva: Yo me vuelvo sola a casa.
Brenda: En ese caso ten cuidado, Eva. Mira bien antes de cruzar la carretera.


Marcos: Brenda, ¿puedo hacerle una pregunta?
Brenda: Sí, claro.
Marcos: ¿Podrías darme clases particulares? Es para refrescarme la memoria y así poder ayudar a mi hijo con sus estudios.
Brenda: No puedo. Estoy especializada en niños, no en adultos.
Marcos: Yo soy como un niño, no le daré problemas. Podríamos cenar juntos y hablar del tema.
Brenda: Pues...


Paca: ¡¡Brenda!! Mírala, qué guapa es la tía. Huy, el picaflor está con ella. Pobre, estará agobiada con semejante petardo. Voy a socorrerla.


Marcos: ¡La Paca! ¡Me doy el piro!
Brenda: ¡Señor, que se deja a su hijo!
Pepito: ¡Papá!
Paca: Mira como corre el desgraciado.


Brenda: Hola, Paca.
Paca: ¿Te estaba molestando ese pesado?
Brenda: Lo cierto es que sí. Siempre intenta ligar conmigo con múltiples trucos, todos ellos ridículos.
Brenda: Es una picaflor. A mi jefa la tiene loquita. A ese no le hagas caso, que es muy pesadito.
Brenda: Lo sé, lo tengo calado.


Isidora: Mira, por ahí va ese pervertido. Qué vergüenza, ir vestido de esa guisa por la calle.
Josué: Pues el vestido es precioso, madre.
Isidora: ¿El vestido? Deja de decir tonterías.
Josué: Viste como le da gana, madre. Todos deberíamos ser libres de hacerlo sin miedo a lo que piensen los demás.


Isidora: Alto ahí, jovencito. Eso es libertinaje. Hay unas normas básicas de comportamiento que una persona como es debido cumple. En la biblia lo dice claramente, y nosotros nos guiamos por eso. ¿Crees que la biblia está equivocada?
Josué: No digo eso, madre. Lo que quiero...
Isidora: No repliques, hijo. Esta noche repasaremos algunos versículos para que lo tengas más claro.
Josué: Pero esta noche he quedado para salir...
Isidora: Pues lo anulas. Lo primero es lo primero.


Paca: Toma, cari. Esta es la invitación a la inauguración del flamenco rosa.
Brenda: No faltaré.
Paca: Está mal que sea yo la que lo diga, pero mi actuación te dejará con la boca abierta.
Brenda: Estoy deseando verla.
Paca: Un besito, guapa.


Sus: Dante, ya estamos aquí. ¿Se ha portado bien?
Brenda: Muy bien.
Bosco: ¡Yo ere clases!
Sus: Espero que siempre tengas esas ganas de aprender, Bosco.


Paca: Ahí está Marcos. Debería darle vergüenza, tontear con tantas clacks. Se quiere esconder de mi, pero yo lo veo todo.  


Agnes y Lúa se reencontraron con Sus, Diamante y los niños. Hacía mucho que no se veían. Suselle abrazó a Agnes con lágrimas en los ojos. La echaba mucho de menos. Dante saltaba de alegría. Sus abrazó a Lúa emocionada.

Sus: ¡Estáis preciosas!
Lúa: Gracias, Sus. Tú estás espectacular. Estábamos deseando veros. ¡Hola, Diamante!

Diamante saludó con la mano. Por alguna desconocida razón, le daba vergüenza hablar con ellas. Le imponía su gran belleza y su personalidad tan dulce y cariñosa.

Diamante: Os echábamos de menos.
Agnes: Y nosotras a vosotros. Suselle, has crecido mucho.
Suselle: Lo sé, ya soy casi una mujer.
Dante: ¿A que yo también estoy grande?
Agnes: ¡Eres todo un hombrecito, Dante!


Sus: Os presento a Bosco.
Agnes:¡Bosco! Es muy riquiño.
Lúa: Guapísimo.
Bosco: ¡Yo apo!
Agnes: Es muy gracioso. Es un placer conocerte, Bosco.



¡¡Pi pi pi piiiiiiiiii!!

Wen tocaba el pito de la furgoneta mientras se acercaba. Todos miraron sorprendidos la wolkswagen. Wen sonreía feliz al ver a Agnes y Lúa.

Agnes: ¡Hola, Wen!
Wen: ¡Qué sorpresa! ¿Habéis venido de visita?
Agnes: Sí, pasaremos unos días aquí.
Wen:¡Qué bien!
Sus: ¿Qué haces conduciendo la vieja furgoneta?


Ernesto: Hola, Sus.
Sus: ¡Abuelo! ¿Qué estás haciendo? ¡Deberías estar en la cama!
Ernesto: De eso nada. He preparado una excursión con mis nietos. Quiero pasar algo de tiempo con vosotros antes de irme para siempre.
Sus: Abuelo...


Estrella: Os iréis a pasar unos días juntos. Tengo que ir a buscar a Lilu y Lulú.
Sus: Pero, no puedo irme así de repente.
Diamante: No te preocupes. Lo teníamos todo pensado. Tienes una maleta con tus cosas en la furgo.


Willy: ¡Hola, prima! ¿Preparada para ir de viaje?
Sus: ¡Willy! Pues, no sé...


Diamante: No te preocupes, estaremos bien.
Sus: ¿Seguro?
Suselle: Claro que sí, mamá.
Dante: Ya somos mayores.
Diamante: Disfruta todo el tiempo que puedas con tu abuelo.
Sus: Gracias, Diamante.


Estrella: ¡Lilu, Lulú! ¿Estáis preparadas?
Lulú: Yo sí. Recordaremos viejos tiempos. Será emocionante salir todos los primos juntos. 
Lilu: Y estar con el abu, sister.
Lulú: Sí, quiero estar con él todo el tiempo del mundo.
Estrella: La furgoneta está preparada.


Fueron hasta la furgoneta y se despidieron de todos. Serían unos días muy intensos que no olvidarían jamás. 


Una vez subieron todos, Wen arrancó la furgoneta. Ernesto se sentía muy dichoso. Disfrutar de aquel viaje con sus nietos era el regalo más hermoso que la vida le había brindado nunca. El tiempo corría en su contra, pero no estaba dispuesto a desaprovechar ni un solo segundo.


Continuará















 

1 comentario:

  1. ¡Me encanta la furgoneta! Es preciosa y muy alegre con esos colores y dibujos hippies que tanto me gustan. Me encanta el momento en el que Paca aparece y espanta a Marcos, ¡qué pesado! Y cuando a Sus le dan la sorpresa de ir de viaje con su abuelo y los demás. Me ha hecho mucha gracia que justamente Agnes le diga riquiño a Bosco porque justo antes, cuando Dante siente vergüenza al tener que saludar a Agnes y a Lúa, yo he pensado justo eso y que lo iba a escribir! Me encanta que utilices expresiones gallegas tan típicas de aquí! Voy a seguir leyendo! Me encanta la historia! Ay, por cierto, que te veo las intenciones y seguro que Josué acaba escapándose y yendo a la inauguración, es que se nota mucho que él no es como su madre. Estoy deseando que se libere. Seguro que a la tía ésa le daría un patatús si viese a su hijo ahí en el local jajajajaja.

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