viernes, 1 de mayo de 2015

Lara Click: Tomb Raider - La monja 2ª Parte

Las palabras de la madre superiora se repetían en mi mente una y otra vez "en estos bosques habita el demonio". Intentaba restarles importancia pero lo cierto es que no me las podía quitar de la cabeza. Hacía un día estupendo y corría una agradable brisa. Pensé en la hermana Catalina. Su nota de despedida parecía sincera. Estaba enamorada de ese tal Henry y dispuesta a cambiar de vida por él. ¿Le habría hecho daño ese hombre? 


Estaba llegando al árbol extinto. Según Ingrid allí me encontraría con Henry, el supuesto amado de Catalina. Reduje la velocidad poco a poco. Conocía bien la zona porque Ingrid y yo solíamos salir de excursión cuando eramos adolescentes y aquel era un lugar mágico y apartado.


Descubrí que Ingrid estaba en lo cierto. Un hombre con un sombrero azul y prismáticos parecía estar esperando a alguien apoyado en un árbol. Estaba segura que se trataba de Henry.


Apagué el motor de mi quad y fui andando hasta aquel hombre. Me acerqué con tranquilidad pero haciendo ruido para que no se asustase y se percatara de mi presencia. No quería correr riesgos y que me atacase. No sabía si estaba armado.

Lara: Buenas tardes, amigo.
Henry: Buenas tardes.
Lara: Un día estupendo para disfrutar de la naturaleza, ¿no le parece?
Henry: Disculpe, pero prefiero estar solo. 
Lara: No era mi intención molestar...
Henry: Estoy esperando a alguien.


Lara: ¿Espera a Catalina?
Henry: ¿¡Cómo lo sabe!? ¿Quién es usted?
Lara: Estoy investigando su desaparición. Las monjas me han pedido ayuda.


Henry: ¡Esas monjas otra vez! La tienen retenida en el convento, ¡estoy seguro! Déjeme en paz. Me acusan de su desaparición.
Lara: Solo intentan ayudar, señor Henry. Nadie le acusa de nada...

Henry se puso a caminar alejándose de mi. Aunque a simple vista no me parecía sospechoso, no podía dejar que se marchase de esa forma.

Lara: ¡Espere!
Henry: ¡Váyase al cuerno!


Le adelanté y lo detuve. Se sorprendió y en su cara pude ver odio y desesperación.

Lara: Solo trato de encontrar a Catalina. Sé que se amaban y se proponían escapar juntos.
Henry: Pero ella nunca apareció...esas monjas la tienen retenida, ¡estoy seguro!
Lara: Encontraron sus zapatos y ropa de su hábito desgarrada. Ahora mismo todo el mundo es sospechoso. Ayúdeme a encontrarla. ¿Cuando fue la última vez que la vio?
Henry: Un día antes de desaparecer. Estaba con mi hermano esperando su llegada. Cuando apareció nos besamos y me dijo que al día siguiente dejaría los hábitos y se vendría conmigo. Dijo que la esperase en este lugar y que...


Clain: ¡No respondas a más preguntas, hermano!

Un hombre se interpuso entre nosotros. Parecía estar muy enfadado.

Lara: Estoy investigando la desaparición de Catalina.
Clain: ¿Acusando a mi hermano?
Lara: Yo no he acusado a nadie.
Henry: Clain, la envían las monjas...
Clain: ¡Lo sabía! Han acusado a mi hermano injustamente. No comprenden su dolor, su desesperación. Lo más probable es que se marchase con otro hombre y plantase a mi hermano. Ahora todo el mundo le apunta con el dedo, ¡eso no es justo!
Lara: ¿Tiene alguna prueba de que Sor Catalina se marchase con otro hombre?
Henry: Vamos, hermano. No perdamos más el tiempo con esta clack.


Lara: Todos estamos interesados en descubrir que le ocurrió a Sor Catalina, deberían colaborar.
Henry: Déjenos en paz, señorita. 
Clain: Mi hermano no tiene nada que ver con su desaparición, así que olvídese de él. Vamos, Henry.

Los dos hombres se alejaron enfadados. No comprendía su actitud y me parecía sospechosa. 


Decidí seguir buscando por la zona donde encontraron los zapatos y restos de ropa de la monja. Quizás allí encontrase alguna pista que arrojase algo de luz al misterio.


No podía seguir con el quad, así que seguí a pie. Subí por un complicado terraplén y luego escalé una inmensa montaña para ver mejor desde la altura.  Las vistas eran preciosas pero no me aportaron ninguna pista. 


¡Grrrrrrrrrrrrrrrrrrrr!

Aquel rugido me heló la sangre. No conocía animal capaz de rugir con esa fuerza. Pensé que podría ser un oso pero lo descarté al instante.


Irremediablemente acudieron a mi mente las palabras de la madre superiora "en estos bosques habita el demonio, escondido entre la maleza y las bestias de la noche". ¿Y si el demonio rugía de esa forma? Seguí escalando hasta llegar a una enorme roca enganchada en lo alto de una inmensa cueva. Observé desde allí arriba temerosa. No me apetecía bajar y encontrarme con el demonio o lo que fuese que rugía de esa forma...


¡Grrrrrrrrrrrrrrrrrrrr!

De nuevo aquel rugido. Esta vez había sonado más cerca. Estaba asustada, no me avergüenza reconocerlo. Aunque a pesar de ello, no estaba dispuesta a dejar que el miedo me dominase. Lucharía contra aquella bestia si se atrevía a meterse conmigo o tenía algo que ver con la desaparición de la monja. 


Iba bajando poco a poco hasta el fondo de la cueva. Cuando estaba a unos diez metros del suelo, lo vi. No se trataba del demonio ni ningún tipo de monstruo bíblico. Era un Dinosaurio, concretamente el T-Rex. Estaban extinguidos, no podía creer lo que estaba viendo con mis propios ojos.

¡GRRRRRRRRRRRRRRR!


Parecía estar hambriento y enfadado. Abrió de nuevo su enorme boca y rugió otra vez. Dejó al descubierto su terrorífica colección de grandes y afilados colmillos. 

Lara: ¡Impresionante!


El animal se alejó lentamente hasta desaparecer. Me quedé allí arriba, embobada y sorprendida. ¿Sería este el demonio que había visto la madre superiora? Estaba segura de que así era. Un temor se apoderó de mi y un escalofrío recorrió mi espalda. Si Sor Catalina se encontró en su camino ese dinosaurio dudaba que siguiese con vida. Mis esperanzas de encontrarla con vida estaban desapareciendo. 


Decidí correr tras el dinosaurio para averiguar dónde se escondía y si había algún rastro de la monja. No comprendía como un T-Rex podía desaparecer de esa forma. Seguí sus huellas hasta un lugar remoto en el bosque. Me extrañó que los pájaros dejasen de cantar y el silencio se apoderó de la zona. Escuché unos fuertes golpes y  me encontré al dinosaurio frente a mi, a unos metros.

¡GRRRRRRRRRRRRRRRRRRR!



No le quise disparar. Un animal extinguido y único en el mundo no merecía morir. Decidí esconderme entre unas enormes plantas, ocultándome entre sus hojas. Escuchaba sus pasos cada vez más cerca y temí por mi vida.


No estaba segura de que no me hubiese visto esconderme, así que me preparé para salir corriendo al menor indicio de ser atacada. El animal se acercaba cada vez más. Sus pasos se escuchaban muy fuerte y temblaba el suelo.


"¿Y si me aplasta con sus enormes patas?". Ese temor se apoderó de mi cuando pasó por mi lado, muy cerca.  Pude contemplar sus terrorífica pezuñas cuando se detuvo un momento. Cuando pensaba que se había percatado de mi presencia el T-Rex se alejó y desapareció. Permanecí quieta hasta que creí que era seguro salir.


Seguí sus huellas y pasados unos metros me encontré a Henry en el suelo. Parecía estar inconsciente. Temí que hubiese sido atacado por el dinosaurio.


Le tomé el pulso y me alegré al averiguar que seguía con vida. Henry abrió los ojos con esfuerzo. Se tocaba la cabeza dolorido.

Lara: Henry, ¿Que ha ocurrido? ¿Ha sido el dinosaurio?
Henry: Algo nos atacó...a mi hermano y a mi...Me duele la cabeza...
Lara: Te recuperarás.
Henry: ¡Mi hermano! ¿Dónde está mi hermano?
Lara: ¡Maldición! No te preocupes, lo rescataremos.


Continuará...

No hay comentarios:

Publicar un comentario