jueves, 30 de enero de 2014

Sed de sangre: Capítulo 01 - Dimensión oculta

Wen se encontraba en su habitación. Había soñado con Sinéad, así que al despertar agarró su diario y se puso a escribir.

“Querido diario, he soñado otra vez con ella. Desde que sé su secreto, sueño casi todas las noches con ella. El sueño de esta noche ha sido desconcertante. Me encontraba en un bosque. Estaba totalmente perdido y no sabía que dirección debía tomar. Estaba anocheciendo y la poca luz que me dejaba ver lo que me rodeaba se colaba entre las ramas de los árboles. Soplaba un viento fuerte que presagiaba tormenta y tenía mucho frío. Caminaba desorientado apartando arbustos y maleza. El viento traía consigo unas voces, unos lamentos.


 Parecían advertirme, pero no sabía de qué. Dos figuras aparecieron entre las sombras. Querían hacerme daño. Se acercaban a mí corriendo, deseosos de darme alcance. Yo corría, pero las ramas me hacían tropezar y se enredaban en mis piernas. Los árboles se movían de un lado a otro a causa del viento y ya sentía en mi rostro las primeras gotas de lluvia. Esas figuras estaban cada vez más cerca. Los truenos caían cerca de mi posición. 



 De pronto, Sinéad apareció entre los árboles. Golpeó con sus manos a las oscuras figuras y se desvanecieron como polvo sin dejar rastro. Se acercó a mí y me abrazó. Me aseguraba que no me ocurriría nada malo, y seguidamente me besaba… y eso me gustó. He despertado muy alterado. Hoy hace un día estupendo, el sol brilla y parece que no hace mucho frío. ¿Que significarán estos sueños? Me perturba, siento que traiciono a Estrella…pero es algo que no puedo evitar. Pienso una y otra vez en los labios de Sinéad…”


CLICKTV Presenta… Dimensión Oculta. Un programa presentado por Jedrek y Martyna Kowalski, los hermanos especialistas en casos paranormales.


Jedrek: Bienvenidos una noche más a Dimensión Oculta, su programa preferido sobre temas paranormales, sin aparente explicación. Como viene siendo habitual, me acompaña mi querida hermana Martyna y la escritora Priscila Buenafuente.
Martyna: Hermano, es un placer compartir plató un día más contigo y con Priscila. Hoy tenemos un programa muy interesante.
Priscila: Cierto. Tenemos testimonios de personas que han vivido sucesos paranormales y hablarán en exclusiva para el programa.



Jedrek: Matyna, contamos con el testimonio del cura fugado al que muchos ya han bautizado como el cura loco.
Martyna: Así es. Benito es el cura de Wensus city. Abandonó su iglesia al recibir la visita de un supuesto ser infernal. Padre, le agradezco que haya aceptado nuestra invitación.
Benito: Soy yo el que os agradece esta oportunidad para explicarme.
Martyna: ¿Qué es lo que vio en su iglesia? Según sus propias palabras, un ser infernal intentó matarle.
Benito: Así es…nadie me cree, pero es cierto. Un hombre extraño, con barbas, una vara y acompañado de un niño demoniaco irrumpió en mi iglesia e intentaró matarme.
Martyna: ¿Cómo?
Benito: Pronunció unas palabras y un seres oscuros aparecieron por todas partes…
Martyna: Padre, no quisiera dudar de sus palabras, pero es mi obligación preguntar. ¿Es usted alcohólico? Muchos aseguran que le daba a la botella incluso cuando estaba oficiando misa…
Benito: Reconozco que bebía…pero eso no me nubló el juicio, lo que vi fue real. Un demonio me atacó.



Priscila: Un alcohólico es capaz de ver elefantes volando y tigres hablando. En mi opinión, debería acudir a un especialista, controlar esa adicción que usted reconoce que tiene y recuperarse. La misma iglesia está pensando en expulsarle por conducta indebida…
Benito: Pero…
Priscila: Además, una mujer asegura que fue su amante durante muchos años y ahora está a punto de conceder una exclusiva a una revista sensacionalista del país. Su testimonio no se sostiene.
Benito: Yo…
Jedrek: Gracias por estar hoy con nosotros, padre Benito. Estudiaremos su caso e intentaremos encontrar una respuesta lógica, aunque me parece que Priscila ya ha resuelto el caso. Priscila, tenemos otro caso misterioso sin resolver.
Priscila: Así es.



Priscila: Roxana es una madre desesperada. Su hijo desapareció hace unas semanas, sin dejar rastro. Desesperada, pide ayuda a quién haya podido verle o tenga alguna pista sobre su paradero.  Roxana, luego hablaremos contigo.
Roxana: Os agradezco esta oportunidad. Estoy desesperada…



Priscila: También contaremos con el testimonio de Victoria y Rafael. Aseguran haber sido testigos de una reunión de un aquelarre de brujas.


Rafael: Alucinamos pepinillos. Esas brujas se reunieron en una casa en el bosque y pudimos ver cómo usaban su magia.
Jedrek: ¿De cuantas brujas estamos hablando?
Victoria: Creo que unas ocho o nueve brujas.
Priscila: Fuisteis descubiertos, ¿cierto?
Victoria: Sí, conseguimos escapar por muy poco.
Martyna: ¿Tomáis drogas?
Rafael: Por supuesto que no.


Jedrek: ¿A que viene ese pregunta?
Martyna: Solo descarto posibilidades.
Priscila: Lo cierto es que mi compañera ha dado en la diana. No quiero acusaros de drogadictos pero hoy en día son muchos jóvenes los que se drogan, no sería tan extraño. Un par de porritos y ya podéis ver un aquelarre de brujas dónde en realidad solo hay un grupo de mujeres haciendo ganchillo.
Victoria: ¡No tomamos drogas!
Jedrek: Vamos a publicidad y volvemos en seguida.


Director: ¡Maaaaaaal! ¿¡En que estáis pensando!?
Jedrek: ¿Qué ocurre?
Director: El programa se hunde, ¡los índices de audiencia son pésimos! Si seguís desmintiendo todos los casos paranormales que nos llegan…los pocos que nos siguen dejarán de hacerlo. ¡¡La gente tiene que creer que ocurren estas cosas de verdad!!
Priscila: ¿Quiere que mintamos? Sinceramente, creo que en todos los casos que nos llegan siempre existe una explicación lógica.
Director: Pues intenta que no la tenga, ¡o te quedarás sin trabajo!



Pinhead y Fune se habían colado en el plató del programa. Ambos con gafas para ocultar su identidad, observaban con atención lo que ocurría. Habían visto en varias ocasiones el programa y se les ocurrió que ellos les podrían ayudar. Su intención era ocultarse, atrapar un vampiro, hacerse famosos, millonarios y después, ser libres. Tenían la esperanza de ser considerados héroes nacionales y que la justicia les perdonase sus delitos.

Fune: ¿Crees que estos podrán ayudarnos?
Pinhead: No tenemos otra opción. Si ellos no pueden ayudarnos, estaremos acabados…


Director: ¡Necesito un descanso! Menos mal que este corte publicitario es de treinta minutos.

Mientras el director se marchaba, Fune y Pinehad se acercaron a la mesa redonda del plató. Allí seguía sentado Jedrek. Priscila se había levantado para estirar las piernas y Martyna se calentaba las manos en la chimenea.


Pinhead: Señor Jedrek, ¿podemos hablar con usted?
Jedrek: ¿Quiénes son ustedes? ¡Cómo han entrado aquí!
Fune: Necesitamos su ayuda. Hemos visto vampiros.
Jedrek: ¡Otros que quieren tomarme el pelo! Un respeto, que soy un profesional.


Se levantó de la mesa enfadado. Caminaba alejándose de ellos.

Pinhead: No le estamos mintiendo. Hemos visto vampiros e intentan matarnos…necesitamos su ayuda. Usted los conoce mejor que nadie y podría ayudarnos a protegernos y luego atrapar a uno de ellos.
Jedrek: ¡Fuera! No tengo tiempo para estas tonterías. Los vampiros no existen.


Fune agarró de la pechera a Jedrek y lo miró a los ojos fijamente. Jedrek estaba muy asustado, era un hombre poco dado a la violencia.

Jedrek: ¡¿Qué hace?! ¡Seguridad!
Fune: No puede decir que los vampiros no existen, ¡usted habla de ellos en su libro y en este programa! ¿Tengo cara de ser tonta? Se lo que he visto y eran vampiros. ¿Ve el brazo vendado? Fue una de ellos. Me mordió y por muy poco no me chupa toda la sangre. Si usted no nos ayuda moriremos, ahora mismo nos estarán buscando.
Jedrek: Tranquilícese…comprenda que debo ser cauteloso. No son los primeros que vienen a contarme estas historias y han resultado ser falsas. Por supuesto que creo en la existencia de los vampiros, faltaría más. Si me suelta, intentaré ayudarles.
Fune:  Empezamos a entendernos.



Martyna: Así que vampiros, ¿cierto?
Pinhead: Sí, ¿cree que mentimos?
Martyna: En absoluto. No es la primera vez que veo a personas en su misma situación. Podríamos ayudarles, mi hermano y yo somos especialistas en el tema vampírico.
Fune: Sería la ostia, si nos ayudasen.
Martyna: A cambio, les pediremos un favor. Siéntense en la mesa con nosotros. Cuenten a nuestra audiencia cómo y cuando vieron a esos vampiros. Necesitamos un empujón para que no nos cancelen el programa.
Fune: Nos busca la pasma. Hasta que atrapemos un vampiro, tenemos que mantenernos ocultos.
Jedrek: Les pixel aremos las caras, nadie les reconocerá. Además, con nuestros filtros distorsionaremos sus voces.
Pinhead: De acuerdo, siendo así…
Fune: Vale, pero como nos pille la pasma, iremos a por vosotros.


Cuando el director regresó de su merecido descanso, Martyna habló con él. Darían paso a los testimonios de Fune y Pinhead en un intento de salvar el programa. Darían total credibilidad a los testimonios de los nuevos invitados.

Director: Está bien, no tenemos nada que perder. Recordad, necesitamos que la gente crea que ocurren estas cosas o si no nos quedaremos sin trabajo.


Regresaron de publicidad con Fune y Pinhead sentados a la mesa. Priscila y Martyna se retiraron y dejaron a Jedrek que se encargase de la entrevista. Tal y como habían prometido, sus rostros estaban pixelados y sus voces distorsionadas. 

Jedrek: Estamos de vuelta con una exclusiva. Ha sido algo inesperado, por eso hemos modificado las secciones del programa para dar cabida a dos importantes testimonios. Estos dos individuos que se encuentran conmigo, han visto vampiros. Sí, cómo lo están escuchando. Temen ser identificados y por seguridad, les hemos pixelado el rostro y distorsionado las voces. Bienvenidos a Dimensión oculta.
Fune: ¿Seguro que no se nos ve la jeta?
Jedrek: Seguro. Podéis estar tranquilos. Decirme, ¿es cierto que habéis visto vampiros?
Fune: Sí, fue por casualidad. Una vampiresa me hirió en el brazo.
Jedrek: ¿Le mordió?
Fune: Sí, quería chuparme toda la sangre...


Pinhead: Yo actué rápido y conseguí que dejase en paz a mi novia. Le clavé un cuchillo en el estómago.
Jedrek: ¿Mató a esa vampiresa?
Pinehad: No lo creo. Le salía sangre, pero no creo que muriese. Aunque conseguimos escapar por los pelos.
Fune: Esa maldita quería chuparme toda la sangre...hasta ese momento no creía en vampiros ni cuentos de hadas.


Jedrek: ¿Que aspecto tenían esos vampiros?
Fune: El vampiro era guapo, como el típico actor buenorro de las pelís. 
Pinehad: ¿Más guapo que yo?
Fune: Son bellezas diferentes, nene. La vampiresa era también muy guapa. Pelo largo, ojos hipnotizan tes, tez blanca, largos colmillos...
Pinhead: Preciosa, es verdad. No quería que nos hipnotizara, así que no la miraba directamente a los ojos...pero reconozco que era difícil resistirse. 
Jedrek: ¿Cómo se percataron de que eran vampiros?


Pinhead: Por lo que estaban hablando...al principio pensamos que eran locos pertenecientes a alguna secta, pero en seguida supimos que no era así. Decían que olían la sangre de los que se encontraban cerca. Cuando uno de ellos se fue decidimos atacar a la vampiresa. Queríamos evitar que saliese a matar...no podíamos permitir que matase a gente inocente.


Fune: Por eso queremos atraparlos, al menos a uno de ellos. Demostraremos que no estamos mintiendo y el mundo nos agradecerá que le libremos de un monstruo sangriento. Quién sabe, a lo mejor se nos da bien cazar vampiros y nos podemos dedicar a ello. 


Jedrek: Mi hermana Martyna y yo nos comprometemos a ayudar a estos dos valientes. Atraparemos a un vampiro y la semana que viene, os lo mostraremos en exclusiva. Lo traeremos a este plató y Dimensión oculta será el primer programa en demostrar y mostrar la existencia de un vampiro. 



Continuará...


viernes, 24 de enero de 2014

Hafida: Capítulo 12 - Te echaré de menos

Estaba deseando volver a casa. Se sentía extremadamente cansada y desilusionada. Marta estaba pasando por una mala racha. No es que su vida fuese un desastre ni las cosas fuesen mal, pero no hacía más que pensar en Clingo, su novio. Lo echaba de menos y se sentía insegura. Pensaba en todas esas fans que le perseguían a todas partes y eso le angustiaba. Intentaba no pensar en ello, pero le costaba muchísimo.


Entró en una de las habitaciones  para limpiar cuando se encontró una guitarra sobre la cama. Era muy parecida a la que tenía Clingo. En un primer momento no hizo caso, pero pronto empezó a darle vueltas a la cabeza.


De pronto, escuchó a alguien silbando. Se trataba de un hombre. Estaba en la ducha, secándose. Era un hombre rubio, de complexión fuerte...igual que Clingo. De pronto, le vino una idea a la cabeza "Clingo ha venido para darme una sorpresa". Su corazón comenzó a latir rápidamente.


Se acercó a la ducha y miró atentamente...no estaba segura, pero se parecía tanto a él... el hombre estaba de espaldas, por lo que no podía estar segura si se trataba de su novio. No pudo aguantar más. Se armó de valor y salió de dudas.

Marta: ¿Clingo? ¿Eres tú?


Aquel señor, de largo y oscuro bigote se dio la vuelta. La miró con sorpresa. Le preguntó que hacía en su habitación pero Marta no respondía. Estaba tan desilusionada y avergonzada que no sabía que decir.

Rigoberto:  Oiga, ¿es que nunca a visto un hombre desnudo?
Marta: Yo...
Rigoberto: Oiga, ¿que es lo que mira? ¿Es que se ha enamorado?


Al fin reaccionó. Se dio la vuelta y salió corriendo a toda prisa de aquella habitación.

Marta: ¡Disculpe caballero!
Rigoberto: ¡Oiga! ¡No se vaya! ¡Vuelvaaa!


Hafida, Hasine, Simbat y Swity se estaban despidiendo de Ben. Había llegado el momento de regresar a casa. Aunque estaban encantados y les gustaba estar allí, debían seguir con sus vidas. Hasine no se sentía cómodo si no dormía sobre su colchón en el suelo en su casa. Necesitaba el calor infernal de sus tierras. Simbat no deseaba irse. La ciudad le pareció el lugar más divertido y maravilloso que podía existir, pero no podía dejar solo a su padre, le necesitaba.

Hasine: Gracias por todo. Recuerda, en mi casa serás siempre bienvenido.
Ben: Le tomo la palabra.
Hafida: Ben...
Ben: Siento que algo se me rompe en mi interior. Pensar que de nuevo estarás tan lejos...¿Seguro que te quieres ir?
Hafida: Debo hacerlo, allí está mi sitio.
Ben: Hafida...te echaré de menos.
Hafida: Ben...yo también.


Amaba a Simbat, lo tenía claro, pero...Ben siempre sería especial para ella, alguien importante. Se esforzaba en no llorar, pero como siempre le ocurría, terminó derramando algunas lágrimas.

Ben: No llores, por favor. Prométeme que te cuidarás.
Hafida: Lo haré. Tú también, cuídate mucho. Siempre tendrás un lugar privilegiado en mi corazón. 
Ben: Te deseo lo mejor, Hafida. Tú también tienes un lugar en mi corazón, puedes estar segura.


Simbat: Ben, un placer conocerte. Aunque al principio me caíste realmente mal, ahora tengo otro concepto sobre ti. 
Ben: Cuida a esta mujercita o te las verás conmigo. Te llevas a una mujer diez.
Simbat: Lo sé. Espero que volvamos a vernos pronto. Adiós.
Ben: Buen viaje.



Todos tomaron asiento. El conductor se preparaba para el largo viaje. Hafida se asomó a la puerta del autocar para despedirse por última vez de Ben.

Hafida: ¡Ben! ¡No te olvides de mi! ¡Puedes venir a visitarnos cuando quieras!
Ben: ¡Lo haré! ¡Cuídate mucho! Recuerda que siempre podrás contar conmigo, no importa el tiempo que pase. ¡Adiós!
Hafida: ¡Adiós, Ben!


Mientras esto ocurría, Chelo salía del trabajo. Estaba realmente agotada. Tuvo que consolar de nuevo a Marta, que seguía alterada por el mal entendido con el cliente del bigote. Por suerte, el hombre no había presentado ninguna queja. Después de una jornada intensa de trabajo, volvía a casa. Aunque le tocaba preparar la cena, aquello no le disgustaba. Le gustaba cocinar y más si era para los suyos. Después de lo ocurrido con Makin, tenía miedo. Le había dicho a su hija que la acompañase a casa, pero tuvo un imprevisto y no pudo. Así que le tocó regresar a casa sola. Agarró bien el bolso por si las moscas. Si alguien se le acercaba más de la cuenta, le daría un buen bolsazo. Ben ya se disponía a marcharse en su coche cuando vio a Chelo alejándose sola...o no tan sola. Unos hombres la seguían muy de cerca.



Aunque intentaba tomar caminos concurridos, pronto se vio caminando completamente sola. De pronto, escuchó pasos. Alguien caminada a unos metros detrás de ella. No quería mirar atrás...

Chelo: Bah, no seas tonta Chelo. Seguro que no es nadie...


Esos pasos se aceleraron y dos hombres le cortaron el paso. Llevaban unas pintas muy extrañas. Supo de inmediato que no tramaban nada bueno.

Chelo: ¿Que queréis?
Hombre: امرأة، مدرب بلدي تبقي دائما كلمته
Chelo: ¿Eh? ¡Habla en mi idioma! No os acerquéis a mi, ¡soy peligrosa!
Hombre2: سوف تدفع حياتك مع الجرم. كنت سأموت.
Chelo: ¡Dejadme en paz! ¡Socorro!


Los hombres agarraron a Chelo. Ella se resistió dando bolsazos a diestro y siniestro...

Chelo: ¡Socorroooo!
Hombre: لا محاربته، وسوء امرأة!

De pronto, el motor de un jeep se escuchó acercándose a toda velocidad. Ben acudía en ayuda de Chelo.

Ben: ¡Resista! ¡Ya voy!
Chelo: ¡Es usted!
Hombre: لعنة، لدينا مشاكل


Ben bajó de su coche y le propinó una buena patada a uno de los hombres. El asaltante cayó al suelo dolorido. Su compañero se dispuso a contraatacar, pero Ben lo agarró de la pechera. El hombre gritaba enfurecido e intentaba liberarse.

Ben: Maldito desgraciado. Si volvéis a tocar a esta señorita, os las veréis conmigo. Juro que la próxima vez no seré tan generoso. ¡Largo de mi vista!



Los hombres salieron corriendo y se alejaron de ellos sin mirar atrás. Chelo observaba atónita la escena. Se sintió fascinada por Ben todavía más. Estaba nerviosa y su corazón latía descontrolado. 

Ben: ¡No quiero volver a veros nunca más por aquí! 


Ben invitó a Chelo a subir a su coche. Los malhechores habían huido a toda prisa, pero no quería correr el riesgo. Chelo accedió encantada. Estaba siendo una noche muy emocionante, la más emocionante que había vivido en años. Había pasado mucho miedo, pero ahora se sentía en el cielo.

Ben: ¿Seguro que está bien?
Chelo: Tengo el susto en el cuerpo, pero sobreviviré.
Ben: ¿Puedo tutearla?
Chelo: Por supuesto. Gracias por acudir en mi ayuda...les has dado un buen escarmiento.
Ben: No volverán a molestarte. ¿Dónde vives?
Chelo: Debes cruzar el puente hacia Clisandia.


Ben: Eres especialista en meterte en problemas. 
Chelo: No sé como me las apaño. El otro día con el espíritu me salvaste el pellejo y ahora otra vez. Eres todo un caballero. Seguro que tu mujer estará encantada contigo...
Ben: Estoy divorciado.
Chelo: Oh, vaya...
Ben: No tengo mucha suerte en mis relaciones sentimentales...


Chelo: Es aquí.
Ben: Bonita casa.
Chelo: Gracias. ¿Quieres pasar? Te puedo preparar una taza de chocolate bien caliente. Seguro que mi marido está en casa, posiblemente viendo la televisión.
Ben: Agradezco tu amabilidad, pero debo irme. Hoy necesito ir a mi casa y meditar. Tengo que aclarar ideas.
Chelo: Gracias de nuevo por ayudarme.
 Ben: Lo haría una y mil veces más.  Buenas noches, Chelo.



Ben se alejó en su jeep mientras Chelo se despedía con la mano. Se sentía la protagonista de una película romántica. Siempre había soñado con que algo así le ocurriese. Había sido muy emocionante conocer a Ben. No pensaba dejar a su marido y lanzarse a sus brazos, amaba a su Resti con toda su alma, pero sentía una fuerte atracción por Ben. Se marchó a casa con una sensación agradable en el cuerpo, a pesar de haber sufrido el ataque por parte de esos dos hombres misteriosos. Tardaría mucho tiempo en quitarse a Ben de su cabeza.



Continuará...